La educación como herramienta para la paz

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La educación como herramienta para la paz

Líbano es uno de los países más pequeños del mundo situado en Oriente Próximo que acoge alrededor de 1,5 millones de refugiados sirios. Un ejemplo de generosidad ante el mundo entero ya que uno de cada cuatro habitantes es refugiado, lo que le convierte en el país con más refugiados en función de su población.

Líbano es uno de los países más pequeños del mundo situado en Oriente Próximo que acoge alrededor de 1,5 millones de refugiados sirios. Un ejemplo de generosidad ante el mundo entero ya que uno de cada cuatro habitantes es refugiado, lo que le convierte en el país con más refugiados en función de su población.

José Manuel Carrillo Extremera pertenece al área de Formación y Soporte de ProFuturo y acudió a Líbano en julio de 2017 para realizar una formación de docentes en Bourj Hammoud. Este es su post:

Es por todos bien sabido que la guerra implica sangre, lágrimas y destrucción, desgarro y desolación. Somos testigos diarios de ciudades arrasadas, de niños llorando que no entienden lo que ocurre a su alrededor, heridas sangrantes mezcladas con el polvo de edificios hechos añicos por bombas que caen aleatoriamente. Pero desde el confortable salón de casa no somos conscientes de lo que implica una guerra, siempre tan lejanas en tiempo y espacio.

En Líbano tuve la oportunidad, la inmensa fortuna, de conocer a la coordinadora del proyecto ProFuturo, Gassia Tenekejian. Oriunda de Aleppo, ciudad devastada por la barbarie en Siria, sabe bien lo que implica salir de tu propio país para salvar el pellejo. Fueron muchas y muy duras las historias de tragedia que quiso compartir con nosotros, pero sin duda la más dura confesión fue el asesinato del hijo de una de sus mejores amigas mientras estaba en la guardería. Aunque nos pongamos en la piel de esa amiga y pensemos en nuestros hijos o sobrinos nunca llegaremos a experimentar el dolor de esa madre.

Gassia es una convencida defensora de la educación de los niños como herramienta clave para luchar por la paz, como origen de un futuro brillante para los niños, alejando los fanatismos y fomentando una convivencia entre culturas y religiones. Nuestro proyecto ha sido muy bien acogido por todos, profesores y responsables, y supone una oportunidad de mejora para tantos niños refugiados que tuvieron que dejar su país buscando la supervivencia.

Confiamos en que la educación de las futuras generaciones será la clave para el desarrollo de un mundo en paz, favoreciendo el intercambio cultural siempre tan enriquecedor. Gassia es cómplice de nuestra misión, y trabajará con ahínco para aportar su pequeño grano de arena en nuestro gran proyecto.

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