En estos meses, hemos formado a más de 500.000 docentes de 50 países de Latinoamérica, África y Asia. En el pico de la pandemia, el cierre de escuelas dejó a 1.200 millones de estudiantes sin clases en 143 países del mundo, y durante este periodo nuestros contenidos adoptaron formas de difusión alternativas para llegar a los estudiantes: aplicaciones móviles como WhatsApp, podcasts o a través de programas de televisión y radio.
Nuestro propósito de contribuir a mitigar el impacto de la Covid-19 en la educación y de facilitar el aprendizaje fuera de las aulas ha permitido que más de 5 millones de niños de todo el mundo pudieran terminar el curso escolar a pesar de la pandemia. Esta crisis sanitaria, económica y social ha puesto de relieve la importancia de la educación en el futuro de millones de niños. En el #DíaUniversalDelNiño, que se celebrará el 20 de noviembre, ProFuturo reivindica la importancia de garantizar el derecho a la educación de todos los niños y niñas del mundo.
La pandemia ha afectado de un modo dramático a la educación; por ello, la inversión en este sector es, hoy más que nunca, una necesidad a la que todos tenemos que hacer frente.
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Según datos de la Unesco, un 12,8% de la población mundial en edad escolar de 23 países está afectada por el cierre de escuelas y 23,8 millones de niños y jóvenes podrían abandonar el sistema educativo el año que viene. En el pico de la pandemia, el cierre de escuelas dejó a 1.200 millones de estudiantes sin clases en 143 países del mundo. Esta es una realidad que afecta, una vez más, a la población más vulnerable, que no dispone de los recursos necesarios para seguir estudiando desde casa.
Para contribuir a la continuidad de la educación, pusimos a disposición de estudiantes y docentes de todo el mundo 1.800 horas de contenidos de lengua, matemáticas, ciencia, tecnología y habilidades para la vida a través de nuestra plataforma de aprendizaje, que abrimos a la comunidad educativa mundial.
WhatsApp, una herramienta efectiva en tiempos de pandemia
En las zonas más remotas donde el acceso a dispositivos electrónicos y la conectividad a Internet es limitada, intentamos llegar a los niños y niñas a través de sus profesores a través WhatsApp con el envío de links a las actividades. De esta forma se pudo establecer una comunicación bidireccional, para que también los niños y jóvenes pudieran comunicarse con sus profesores y hacerles llegar dudas y preguntas.
Para Rawaa Madi, coordinadora de proyecto en Líbano, esta aplicación fue clave, ya que «permitió establecer un diálogo real entre los profesores y los estudiantes: los docentes enviaban la explicación y asignaban los deberes y los chicos contestaban con mensajes de voz o escritos para trasladar sus preguntas y comentarios».
Aunque el valor social, emocional y lugar físico de aprendizaje del colegio no pudo ser totalmente sustituido por la educación online, como recuerda Nicole, una niña de una escuela filipina en Malabón, donde aún no han regresado a las aulas. “Me entristeció saber que no podría ir al colegio por la pandemia, significaba que no podría ver a mis amigos, compañeros y profesores”, nos cuenta.
“Mi colegio me está ayudando mucho todo este tiempo. Nos da módulos para poder seguir las lecciones y tenemos reuniones online para poder conectar con nuestros profesores si nos surgen dudas y preguntas”, explica esta filipina a la que le encanta leer, su asignatura favorita es el inglés y que, a pesar de su corta edad, ya sueña con ser auxiliar de vuelo, como pudimos leer en la historia que protagoniza dentro del libro Compromiso con la educación.
Podcast, workbooks y mensajes de texto
Como afirmó nuestra directora general, Magdalena Brier, recientemente, la pandemia «nos ha obligado a reinventarnos para llegar a los desconectados». Por ello, desarrollamos soluciones creativas e innovadoras para llegar a los más vulnerables. Durante estos meses hemos transformado nuestros contenidos digitales en workbooks, podcast, programas de televisión, mensajes de texto y una app offline con formación docente.
Panamá es un ejemplo de ese cambio: adaptó sus recursos para que las clases pudieran ser emitidas por televisión a nivel nacional, con lo que han podido estudiar diariamente 200.000 niñas y niños; en Brasil, por su parte, se han emitido por diferentes radios cinco clases semanales de 22 minutos, acompañadas de cuadernos de aprendizaje.
Durante este tiempo, además, hemos reforzado la formación docente. En total, nuestra plataforma de aprendizaje ofrece en esta modalidad 160 cursos de formación docente en cuatro idiomas. Para lograr un mayor alcance, también hemos puesto a disposición de gobiernos e instituciones internacionales sus contenidos y nos hemos sumado a la coalición mundial que ha puesto en marcha la Unesco para combatir el impacto que está teniendo la crisis sanitaria del Covid-19 en el sector educativo en entornos vulnerables.
El caso de España
En nuestro país, para que las familias con menos recursos puedan seguir conectadas, hemos donado 10.000 tablets a las 17 Comunidades Autónomas, Ceuta y Melilla, y a más de 30 organizaciones sociales.
“La educación digital ha logrado dar cierta continuidad a la educación lejos de las aulas, y ha permitido que más de cinco millones de niños de todo el mundo terminen el curso escolar a pesar de la pandemia. En ProFuturo creemos que la educación es la herramienta más poderosa para transformar el mundo y, sin duda, lo que está pasando con el Covid-19 es una oportunidad sin precedentes para reducir la brecha educativa y digital”, señala Magdalena Brier. “La importancia que ha cobrado la educación ahora es una ventana abierta a la esperanza y está siendo un estímulo para continuar haciendo lo que mejor sabemos hacer”, expone.
