Dentro de la colección de cursos de ChatGPT impulsada por ProFuturo y el Observatorio del Impacto Social y Ético de la Inteligencia Artificial (OdiseIA), Ignacio G. R. Gavilán, profesor y director del área de Relación Robots-Personas en OdiseIA, y Fabián García Pastor, director de Formación de la misma entidad, ofrecieron el webinar ChatGPT para profesores, una ponencia dirigida a docentes interesados en explorar cómo esta herramienta puede integrarse de forma práctica y ética en el ámbito educativo.
Según ambos expertos, ChatGPT no debe ser visto como un sustituto del profesorado, sino como una ayuda inteligente que puede facilitar muchas tareas cotidianas del aula. El modelo puede ayudar a generar ideas, estructurar contenidos, redactar planificaciones y optimizar tiempos, pero siempre bajo la supervisión crítica del docente, quien sigue siendo la figura central del proceso educativo.
Uno de los ejes centrales de la ponencia fue el uso de prompts bien diseñados. Para obtener respuestas útiles y contextualizadas, se recomienda indicar al modelo cuál es su rol, la asignatura, el nivel educativo y los objetivos que se persiguen. A través de ejemplos prácticos, los asistentes pudieron experimentar directamente con la herramienta, solicitando a ChatGPT determinados contenidos para, para posteriormente, revisarlos y adaptar la propuesta al contexto real del aula.
Los ponentes destacaron los principales beneficios del uso de ChatGPT en la educación, entre ellos, el ahorro de tiempo en tareas repetitivas, la generación de recursos pedagógicos personalizados, la posibilidad de adaptar contenidos a distintos niveles de competencia y la ayuda en procesos de evaluación formativa. Además, el modelo puede ser una fuente de inspiración creativa para abordar los contenidos desde perspectivas innovadoras.
No obstante, también se hizo hincapié en los riesgos y límites de esta tecnología. La privacidad de los datos es un aspecto clave, especialmente en lo relativo a nombres de estudiantes o cualquier otra información sensible. También se advirtió sobre la necesidad de enseñar al alumnado un uso ético y crítico de la inteligencia artificial, fomentando la autonomía y el pensamiento reflexivo frente a las respuestas generadas por sistemas automatizados.
Bien utilizado, ChatGPT puede ser una herramienta poderosa para mejorar la planificación docente, dinamizar las clases y enriquecer la experiencia de aprendizaje. Pero su uso debe estar guiado por principios éticos, sentido pedagógico y el juicio profesional de los educadores. «No se trata de delegar en la máquina, sino de apoyarse en ella para hacer mejor lo que ya sabemos hacer como docentes».