Con motivo de la publicación en español del libro Educación para la era de la inteligencia artificial (Fundación Santillana), su autor Charles Fadel, una de las voces más influyentes en el ámbito de la innovación educativa y presidente del Center for Curriculum Redesign, visitó este martes el Espacio Fundación Telefónica.
El director general de Fundación Telefónica, Luis Prendes, fue el encargado de darle la bienvenida: «En tiempos de ruido y de vértigo, Charles ha decidido escribir lento y pensar hondo. Ha sabido hablar con razón y con corazón. Su compromiso con la educación no solo técnico, sino ético. No busca adaptarnos al futuro, sino preservar lo esencial para navegar a través de él. Hay que ser muy valiente para defender lo humano en un mundo que avanza como si pudiera prescindir de ello. Este libro no impone diagnósticos pero que abre múltiples conversaciones. Nos pregunta qué clase de humanidad queremos preservar».
En un momento tan decisivo como el que vivimos para la educación a nivel global, la combinación de crisis estructurales, como el impacto prolongado de la pandemia, la creciente escasez de docentes y la caída en el rendimiento educativo, ha puesto de manifiesto la urgencia de repensar qué enseñamos, cómo lo hacemos y, sobre todo, con qué propósito. En este sentido, el autor aseguró que la pasión y la vocación son la clave para mantener despierta la motivación. «Con la sofistificación masiva en el campo de la educación, hay que cambiar el cuándo y el cómo en la enseñanza. Es fundamental que los estudiantes estén motivados. Y lo único que les motiva son los propósitos, los proyectos, algo por lo que de verdad se interesen. Los profesores tienen que ser quienes contextualicen todo esto. Tienen que seguir siendo relevantes como educadores».

El libro es, de hecho, una llamada de atención sobre cómo la inteligencia artificial, si bien puede ser una aliada para personalizar aprendizajes y optimizar recursos, también puede acentuar ciertas desigualdes, reproducir riesgos o, incluso, amenazar la autonomía del docente.
Además de enumerar algunos de los desafíos y oportunidades que la inteligencia artificial plantea en este contexto, también hubo tuvo para reflexionar sobre las profesiones que, en el futuro, traerá consigo. «Las personas se adaptan, no esperan a la que la tecnología las arrolle. Hay algunas tareas que hacen que se pueden automatizar, y también otras nuevas que aparecerán», argumentó. De ahí que su consejo sea la versatilidad, «como una navaja suiza»: «Ser generalista y, luego, especialista. Si los trabajos no están claros, el emprendimiento es el trabajo del futuro«.
Durante la jornada, Fadel también aprovechó para reivindicar la importancia del pensamiento crítico, tanto dentro como fuera de las aulas: «El mundo está cambiando, y no se puede escapar de este cambio», advirtió. «Lo que ha cambiado en esta última década es la aparición de sistemas entrenados con todo internet. Se han comido la Wikipedia y un montón de datos. Pero estos sistemas siguen siendo frágiles. Se necesitan muy pocos píxeles para equivocarse».