Hoy, 24 de enero, conmemoramos el Día Internacional de la Educación, una fecha que nos recuerda el poder transformador de la educación para cambiar vidas y abrir puertas hacia un futuro lleno de oportunidades. En ProFuturo, estamos comprometidos con esta visión y trabajamos cada día para llevar el aprendizaje digital a los rincones más vulnerables del mundo, con el propósito de reducir la brecha educativa y garantizar que ningún niño o niña se quede atrás.
Este día nos invita a reflexionar sobre el impacto de la educación en estudiantes, docentes y comunidades. Cada historia de transformación, que nace de la educación, nos inspira a seguir construyendo un mundo más justo y equitativo, donde el conocimiento sea la base del progreso.
La UNESCO, al proclamar esta conmemoración, ha enfocado este año en el tema: «IA y educación: preservar la autonomía en un mundo automatizado», resaltando cómo la inteligencia artificial está redefiniendo la forma en que aprendemos y enseñamos. Este avance debe mantener al ser humano en el centro, asegurando que estas herramientas potencien su autonomía y desarrollo.
En el programa nos alineamos con este objetivo, trabajando para dotar a las personas con las habilidades y capacidades necesarias para comprender, influir y aprovechar los avances tecnológicos para mejorar, personalizar, monitorear y potenciar los procesos educativos. Este esfuerzo se materializa en las aulas, los hogares y las comunidades, donde estudiantes y docentes, de la mano de la tecnología y la IA, se preparan para enfrentar los retos del siglo XXI y construir el futuro en el que quieren vivir. Para esto, la mejor evidencia de nuestro impacto son nuestras Historias ProFuturo, y para hoy, quisimos compartir el relato de Dair con vosotros.
Dair y las tablets en una escuela rural en Perú
En las montañas de Perú, Dair, un estudiante de una escuela rural, sueña con ser ingeniero civil. Gracias a las tablets digitales que hemos llevado junto con el impacto de nuestro programa educativo, él y sus compañeros ahora, aprenden matemáticas a través de juegos interactivos y exploran la riqueza de la flora y fauna de su país de una forma nunca antes imaginada.
Para Dair, la tecnología no solo es una herramienta educativa, es una ventana a su futuro; para Felipe, su padre, la educación será la mejor herencia que puede dejar a sus hijos; y para Letty, la directora de la escuela, es una oportunidad para tanto los docentes como los estudiantes construyan un futuro mejor para toda la comunidad.
Descubre su historia aquí:
Esta historia, junto con las miles que contamos en ProFuturo, reafirman nuestro compromiso con el Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 (ODS 4): garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad para todos, en todos los rincones en los que nos sea posible.
En cada estudiante como Dair, un futuro lleno de posibilidades.
En cada padre como Felipe, un sueño de progreso.
En cada docente y directivo como Letty, una oportunidad de inspirar y transformar.
Porque educar no solo cambia vidas individuales, sino que construye comunidades más fuertes y resilientes.
#EducarTransforma. Hoy y siempre.
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