Desde ProFuturo queremos recordar a los millones de mujeres, hombres y niños que se han visto obligados a dejar sus hogares y abandonarlo todo a causa de los conflictos armados o de las persecuciones.
A las afueras de Beirut, en Bourj Hammoud, se encuentra la escuela de refuerzo Frans Van der Lugt. No es un colegio cualquiera. Acoge a alrededor de 150 niñas y niños refugiados, la mayor parte de ellos procedente de Siria. Son niños en situación de especial vulnerabilidad para los que la educación es su única esperanza de acceso a un mundo mejor. Niños que llevan a sus espaldas el trauma de haber dejado atrás una guerra devastadora. Niños que necesitan ser escuchados y queridos. Niños que, además de necesitar apoyo psicológico, se enfrentan a un curriculum y a un idioma completamente nuevos. De la mano de Entreculturas y el Servicio Jesuita al Refugiado (SJR), desde octubre de 2017 en ProFuturo nos esforzamos cada día en que estos niños tengan acceso a una educación de calidad que les permita mirar al futuro y les abra las puertas del siglo XXI.
«ProFuturo es una forma interactiva de aprender que es realmente muy positiva, que les entusiasma y les hace aprender más rápido»
Gassia Tenekejian, coordinadora de ProFuturo en la escuela, nos recuerda hoy lo estimulante que resulta para los alumnos el descubrimiento de la educación digital: “Les proporciona un plus, una forma interactiva de aprender que es realmente muy positiva, que les entusiasma y les hace aprender más rápido”, asegura. “Esta nueva herramienta -continúa Gassia- les ayuda con sus idiomas y el resto de actividades del colegio porque incluye contenidos con animaciones, colores y vídeos que hacen que las lecciones sean activas”.