La educación, clave para combatir el trabajo infantil

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La educación, clave para combatir el trabajo infantil

Casi uno de cada diez niños en el mundo está sometido al trabajo infantil. Así lo estima una investigación conjunta de la la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Walk Free Foundation. Desde 2002, cada 12 de junio se reivindica el Día Mundial contra el Trabajo Infantil. Una efeméride lanzada por la OIT con […]

Casi uno de cada diez niños en el mundo está sometido al trabajo infantil. Así lo estima una investigación conjunta de la la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Walk Free Foundation. Desde 2002, cada 12 de junio se reivindica el Día Mundial contra el Trabajo Infantil. Una efeméride lanzada por la OIT con el fin de aunar esfuerzos para erradicar esta lacra que tiene a 152 millones de niños entre 5 y 17 años como víctimas (64 millones de niñas y 88 millones de niños), tal y como subraya dicha institución.

Un problema de tal magnitud que por primera vez se incluyó como una meta específica en la agenda global; en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para 2030. Entre esos 17 objetivos para transformar el mundo, la meta 8.7 es la que toca de lleno este tema. Los dirigentes de todo el mundo se comprometieron en 2015 a “tomar medidas inmediatas y eficaces para erradicar el trabajo forzoso, poner fin a las formas modernas de esclavitud y la trata de seres humanos, y asegurar la prohibición y eliminación de las peores formas de trabajo infantil, incluidos el reclutamiento y la utilización de niños soldado y, a más tardar en 2025, poner fin al trabajo infantil en todas sus formas”. El cumplimiento de esta meta incidirá directamente en la consecución de las otras.

Según la OIT, el término “trabajo infantil” suele definirse como todo trabajo que priva a los niños de su niñez, su potencial y su dignidad, y que es perjudicial para su desarrollo físico y psicológico. Uno de sus mayores problemas es que puede pasar desapercibido. Los niños pueden trabajar como sirvientes domésticos, pueden estar ocultos tras las paredes de talleres o se pueden encontrar fuera de la vista del público en plantaciones. El informe “Crecer felices. Erradicación del trabajo infantil”, de la Fundación Telefónica, OIT y el Gobierno de Chile, sitúa a la pobreza, la baja escolaridad de los adultos responsables, la falta de red de apoyo y la tolerancia social, como alguna de las causas y consecuencias de que los niños y niñas adolescentes trabajen. Este estudio destaca la detección como una etapa primordial en la protección de los derechos, pues permite notificar y activar las redes de apoyo.

Pero, ¿cuál es la solución? Control estatal, educación y financiación. Así quedó patente en la última Conferencia Mundial sobre la erradicación sostenida del trabajo infantil, celebrada en Buenos Aires el pasado mes de noviembre. Más de 190 países redactaron una Declaración en la que se expuso que el trabajo infantil requiere de respuestas integrales ya que es tanto causa como consecuencia de la pobreza, la desigualdad, la discriminación, la exclusión social y la falta de acceso a la educación.

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