Nicole Buerano tiene diez años y es alumna de la escuela pública de educación primaria Acacia Elementary School, en Malabón (Filipinas) y en su vida tiene mucha importancia el viento, siempre presente en esta pequeña ciudad situada al norte de Manila. Quizás por eso, el sueño de Nicole es convertirse en auxiliar de vuelo. Malabón tiene algo más de trescientos sesenta mil habitantes que se distribuyen en sus 19,76 km², lo que la convierte en una de las ciudades con mayor densidad de población de Filipinas. La superpoblación y unas infraestructuras deficientes, a menudo castigadas por los desastres naturales, convierten algunos de sus barrios en entornos vulnerables, especialmente para la infancia. La historia de Nicole es una de las que forman parte de nuestro libro Compromiso con la educación, que presentamos el 20 de noviembre coincidiendo con el Día Universal del Niño.
En los suburbios de esta ciudad, que fue considerada por muchos como la Venecia filipina, el agua de las inundaciones se mezcla con aguas residuales fruto de una red de alcantarillado con poco mantenimiento, que incluso llega a causar problemas sanitarios en la población, en especial entre los más pequeños.
Nicole vive con sus padres y su hermano menor, Kurt Daniel, en un pequeño condominio de unos ocho vecinos y es una alumna brillante: le encanta leer y su asignatura favorita en el colegio es el inglés. A la pequeña le da miedo la oscuridad y acaba de descubrir que su sueño es volar, convertirse en auxiliar de vuelo algún día.
Nicole y su madre comienzan el día comprobando el tiempo que va a hacer para prepararse para la lluvia, si es necesario. La época de lluvias en la región de Manila, que transcurre desde finales de junio hasta mediados de noviembre, apenas da tregua a los habitantes de una ciudad de cielos encapotados.