Desde hace cuatro años, ProFuturo se suma a sus aliados internacionales en la celebración de esta efeméride con el firme deseo de mejorar la educación de millones de pequeños en entornos vulnerables de diferentes lugares del mundo. La pandemia ha puesto de manifiesto la necesidad de un cambio urgente en la educación, y de cómo las herramientas digitales pueden y deben ayudar a reducir la brecha educativa.
Según datos de Unicef, más de 175 millones de niños –alrededor de la mitad de los niños en edad preescolar de todo el mundo– no están matriculados en educación preescolar, lo que supone la pérdida de una oportunidad fundamental y les genera profundas desigualdades desde el comienzo de sus vidas. Hoy sabemos que el coronavirus podría destruir los sueños y ambiciones de toda una generación de niños, suponiendo una auténtica pandemia de pobreza en los países de entornos vulnerables.
Los datos son desoladores: 1.600 millones de niños de todo el mundo han visto interrumpida su educación por el coronavirus, por eso más que nunca es necesaria una intervención urgente de gobiernos, instituciones educativas y organismos internacionales. La inversión en educación es, hoy más que nunca, una necesidad, como se puso de manifiesto en el lanzamiento de la campaña #RaiseYourHand, donde ProFuturo participó con su aliado GPE para concienciar sobre la urgencia de esta situación.
La pandemia ha puesto de manifiesto las lagunas no sólo en campos tan vitales como la educación, sino en necesidades tan básicas como el acceso al agua, a los alimentos y al trabajo. Todos ellos causan un impacto directo en millones de niños que verán afectado su crecimiento y que necesitan protección por parte de instituciones internacionales, gobiernos, ONG y sector privado. Este 20 de noviembre es una oportunidad más para alzar la voz en nombre de los que no pueden hacerlo.
Los refugiados, aún más vulnerables ante la pandemia
Esta situación se agrava de manera drástica en el caso de los niños refugiados. El reciente informe Coming together for refugee education de ACNUR y la Malala Fund, publicado en septiembre de 2020, se centra especialmente en los efectos de la pandemia en la educación de las niñas refugiadas. Para ellas, el acceso a la educación supone todo un desafío, ya que tienen menos oportunidades que los niños, sobre todo en el acceso a educación secundaria. Además, este informe prevé que la mitad de las niñas refugiadas no puede volver a la escuela una vez se ha producido la reapertura de las mismas tras el confinamiento global.
Para ProFuturo, el coronavirus ha supuesto una oportunidad para «reinventarnos y llegar a los desconectados», en palabras de nuestra directora general, Magdalena Brier. A pesar de la educación digital no puede sustituir a la escolarización tradicional, en ProFuturo creemos que, además de mantener las lecciones más allá de las paredes del aula -cuando el mundo está encerrado o cuando otras barreras limitan la educación presencial- puede mejorar la calidad de la educación.
Para mitigar el impacto de la crisis de la pandemia en la educación, durante el cierre de escuelas hemos abierto todos nuestros cursos de formación de profesores y recursos educativos a disposición de todos y de forma gratuita. Con el objetivo de beneficiar a más personas, también los pusimos a disposición de los ministerios de educación de los países en los que trabajamos y a las instituciones internacionales para que los incluyan en sus plataformas educativas.
Es parte de un compromiso con la educación que no deja de crecer en unos tiempos tan oscuros como estos; no obstante, para ProFuturo hay un mensaje esperanzador que repetimos con motivo de esta efeméride: hemos visto cómo funcionan las iniciativas coordinadas y las alianzas desarrolladas durante estos meses. Por ejemplo, ProFuturo ha sido invitada a unirse a la Global Education Coalition de UNESCO, todo un ejemplo de cooperación. La clave reside en el trabajo conjunto y en la voluntad de hacer frente a esta pandemia.