ProFuturo llegó a Madagascar en el año 2016 de la mano de la Archidiócesis de Antsiranana. Se trata de uno de los primeros países en los que implementamos nuestro proyecto, y alcanzó a 13 escuelas de la zona norte del país en las regiones de Sava y Diana. Actualmente beneficia a más de 100 docentes y casi 4.000 niños y niñas.
Sin embargo, nuestro mayor reto y que ahora hemos superado, ha sido acercar la educación a las escuelas de la zona sur del país. Gracias al trabajo conjunto con la Fundación Agua de Coco, ponemos en marcha nuestra acción en esta área. La alianza beneficiará a más de 100 docentes distribuidos en 30 escuelas de dos zonas principales: Tuléar y Antshoamadiro.
La zona sur de Madagascar: un reto educativo
El sur de Madagascar es una de las zonas más vulnerables del mundo. El desabastecimiento eléctrico y las dificultades en la conectividad a Internet han sido un auténtico reto a la hora de acercar nuestro programa educativo a estas escuelas y comunidades.
“El sur de Madagascar se encuentra muy lejos de Antananarivo, la capital donde se concentra toda la buena enseñanza. En esta zona los colegios públicos tienen una enseñanza primaria muy básica y cada vez de peor calidad”, afirma José Luis Guirao presidente de la Fundación Agua de Coco.
Por ello, ProFuturo y la Fundación Agua de Coco decidieron adaptar a este contexto nuestro programa educativo. De esta forma la “Sala ProFuturo” entablada en la Escuela de las Salinas (zona de Tuléar), funcionará como sede de formación para los más de 100 docentes procedentes de las 30 escuelas próximas. El programa se basará en la enseñanza de nuevas tecnologías y metodologías de aprendizaje.
Además, con el objetivo de seguir acercando el proyecto a zonas remotas, , como los de la Escuela de Los Zafiros (Antshoamadiro), la “Sala ProFuturo” acogerá durante una semana a los docentes de dicho centro para que puedan disfrutar de una formación intensiva y así llevar el proyecto también a esta zona. . “El apoyo de ProFuturo en estas escuelas es fundamental. Creo que unidos con Agua de Coco vamos a marcar un antes y un después con este comienzo de la formación pedagógica a través de la informática y el sistema online”, señala Guirao.
Contexto educativo en Madagascar
Madagascar es el país insular más grande de África y el cuarto más grande del mundo. Su población supera los 26 millones de habitantes y se sitúa en el puesto 164 del ranking del Índice de Desarrollo Humano (IDH) de 2019. Según el Banco Mundial más del 92% de la población malgache vive con menos de 2 dólares USA diarios.
Madagascar es un país donde los colectivos más vulnerables, en concreto las mujeres y los niños, tienen un acceso muy limitado a los servicios básicos. José Luis Guirao explica cómo uno de los objetivos principales de la Fundación Agua de Coco en el sur es conseguir que las tareas entre niños y niñas se repartan. Ellas no tienen tiempo para juegos al encargarse de las tareas domésticas, la cocina y de recoger agua cada mañana.
Este contexto de vulnerabilidad se expande como consecuencia al ámbito educativo. Los retos para acercar la enseñanza a los niños y niñas del país son grandes y, a pesar del aumento de matriculaciones en los últimos diez años, según UNICEF, muchos niños no acuden a la escuela al no poder sus familias colaborar en el salario de los profesores contratados por las comunidades. “Los profesores están mal pagados, se acumulan muchos meses de sueldos no pagados y esto se traduce en enseñanza precaria”, confirma Guirao. Otro de los grandes problemas es la sobrepoblación en las aulas y la escasez de materiales de aprendizaje.
Sin embargo, alianzas como la de ProFuturo y la Fundación Agua de Coco demuestran cómo el trabajo en conjunto es un motor infalible para acercar la educación a cualquier zona, independientemente de la realidad en la que se encuentre. Con nuestro programa de educación digital seguimos creyendo en el poder transformador de la educación a través de pactos con tanta repercusión como el que beneficiará a Madagascar.