El siguiente artículo ha sido escrito originalmente para WISE ed.review. Para leer el artículo original en inglés, haga clic aquí.
Opinión de:
Dña. Claudia Muñoz-Reyes P.
Experto en Desarrollo Internacional y Tecnologías para la Educación
Bolivia
En esta era digital, caracterizada por el rápido desarrollo de las Tecnologías de la Comunicación y de la Información (TIC), la gente con problemas de alfabetización está en mayor riesgo que nunca. Las personas menos formadas tendrán cada vez más dificultades para participar en el desarrollo de las sociedades basadas en el conocimiento, aumentando así la división social y la brecha de lo digital y el conocimiento (Reimers, 2000). Sin una intervención innovadora para contrarrestar los efectos de la globalización y los avances tecnológicos, la brecha no hará sino aumentar dejando, a los menos formados, sin las habilidades necesarias para asegurar su bienestar.
En las sociedades altamente desiguales de América Latina, la desigualdad es especialmente grave para los pueblos indígenas que viven en zonas rurales. Hay aproximadamente de 50 a 60 millones de personas indígenas desfavorecidas que viven, en su mayoría, en Bolivia, Ecuador, Guatemala, México y Perú (PNUD, 2004).
Las ventajas de la tecnología móvil
En los últimos nueve años ha habido un creciente interés en el papel de los dispositivos móviles en el cumplimiento de los retos educativos. Muchos investigadores han señalado los distintos beneficios que ofrecen como herramientas educativas. Los dispositivos móviles de hoy en día pueden almacenar y ofrecer una gran cantidad de información, incluyendo una amplia variedad de materiales curriculares dirigidas a las edades apropiadas. Las rápidas innovaciones y los avances en las TIC – aumentan, específicamente, en el procesamiento de potencia, memoria y conectividad para móviles, dispositivos de mano – los han hecho más interactivos y mediáticos que nunca (Pea y Maldonado 2006).
Por otra parte, requieren sustancialmente menos infraestructura y electricidad, lo que les da muchas ventajas sobre los ordenadores. Estos dispositivos móviles ya han llegado a las poblaciones más aisladas y han tenido un tremendo impacto en la vida de los individuos (Attewell 2005). La investigación ha demostrado que tienen el potencial de ampliar el acceso y suplementan la educación en las zonas más remotas y marginadas del mundo (Zurita y Nussbaum 2004; Kim 2009). Muchos han señalado que esto los convierte en herramientas más aptas para el impacto a gran escala (Kim, Miranda y Olaciregui 2008).
Los dispositivos móviles también tienen una ventaja sobre los ordenadores con respecto a los contenidos educativos. Una limitación clave de las iniciativas basadas en el ordenador es la falta de variedad y robustas aplicaciones de software de aprendizaje. El rápido crecimiento de las aplicaciones móviles (es decir apps), ha ampliado en gran medida las oportunidades de aprendizaje con dispositivos móviles. Hay más de 500.000 aplicaciones disponibles en iTunes y más de 300.000 en Android (Schuler 2012). En un estudio exhaustivo de la app educativa, Schuler (2012) informa que: «Las apps son un medio importante y creciente para proporcionar contenido educativo a los niños, tanto en términos de disponibilidad como de popularidad». Por otra parte, muchas apps son capaces de promover el aprendizaje en un entorno como de juego, haciéndolos mucho más atractivos que las pedagogías tradicionales de aprendizaje.
Por desgracia, la influencia de los teléfonos móviles se denuncia a menudo como una distracción, lo que lleva a que muchas escuelas pidan a los estudiantes dejar sus teléfonos mientras se encuentran en la clase. Sin embargo, al exigir a los estudiantes que los apaguen, las escuelas están perdiendo la oportunidad de sacar provecho de la capacidad computacional de los móviles y su naturaleza interactiva. Esto se debe a que prácticamente no existen técnicas pedagógicas diseñadas para utilizar muchos teléfonos móviles conectados en red para apoyar el aprendizaje en el aula. La tecnología móvil puede aprovechar la creatividad natural de los alumnos como base para el aprendizaje en el aula en lugar de ejecutar reglas memorizadas (como los de resolución de problemas aritméticos). Por lo tanto, el poder real de los dispositivos móviles en las aulas es preparar a los niños para que sean pensadores creativos y solucionadores de problemas activos.
Tal y como están las cosas ahora, la tecnología mobile learning tiene sentido para los niños que viven en zonas rurales o en áreas sin muchos recursos, incluida la electricidad. Un dispositivo de aprendizaje móvil que puede ser producido en masa, a un precio asequible, junto con un cargador de célula solar, puede ser útil incluso sin la capacidad real de conectarse a Internet. Sin embargo, dado que muchos países en desarrollo están dando prioridad a la instalación directa de las redes de telefonía móvil en las zonas rurales en lugar de conectar teléfonos fijos convencionales, podemos esperar que, en el futuro, más y más gente desfavorecida de las zonas rurales y urbanas obtengan la ventaja de las redes móviles y de la superautopista de la información (Sharples et al., 2005) y aprovechar, cada vez más, la tecnología para el mobile learning.
Las numerosas ventajas de los dispositivos móviles les hacen particularmente aptos para apoyar el aprendizaje centrado en el estudiante. Estudios anteriores han documentado cómo los dispositivos móviles pueden facilitar la experimentación en entornos del mundo real, ayudar a los estudiantes a recoger y registrar información y permitir a los estudiantes a compartir sus experiencias e información con sus compañeros (Looi et al 2010; Squire y Klopfer 2007). Según Looi «la portabilidad y versatilidad de los dispositivos móviles tienen un gran potencial en la promoción de un cambio pedagógico desde la didáctica centrada en el profesor al aprendizaje participativo centrado en el estudiante» (156).
Aunque los resultados de varios estudios en diferentes países de América Latina todavía se están recogiendo, se desprende, de un análisis de la información recopilada como parte de la investigación llevada a cabo en los últimos cinco años por Kim (2013), que deben ser considerados los siguientes temas:
1- Los teléfonos móviles ofrecen una serie de características críticas:
a) Portabilidad: dispositivo móvil del tamaño de la palma de la mano o como de juguete.
b) Alegría en el aprendizaje: contenido en forma de cuentos cortos, dibujos animados y canciones que los niños cantan juntos.
c) Facilidad de uso: cualquier persona puede aprender a utilizar las funciones básicas de un dispositivo de aprendizaje móvil en cuestión de minutos.
d) Durabilidad: muy resistente a golpes y al polvo.
e) Mantenimiento: sólo necesita recargarse.
Debido a la combinación de estas características, los niños indígenas que están en las primeras etapas de la alfabetización, encuentran que jugar con los dispositivos móviles de aprendizaje es mucho más emocionante que otras actividades posibles en los lugares remotos e inhóspitos donde viven.
2- En las regiones que carecen de soporte estructural (por ejemplo profesores, instalaciones escolares, padres que saben leer y escribir), el mobile learning puede ser ideal y único o simplemente otra opción de aprendizaje en contextos adversos. En general, podemos decir que una cosa es universal en todas las situaciones y culturas: el aprendizaje debe ser divertido, satisfactorio y gratificante. La alegría de aprender es una característica clave que necesita ser incorporada y debidamente equilibrada en estas aplicaciones para niños pequeños.
Otras referencias:
- Proyecto «Dedos: tabletas digitales en el aula«
- Proyecto «Sterio.me«
