Acudimos a la conferencia emblemática de la UNESCO sobre el uso de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) en la educación. Javier González Casado, parte del equipo de ProFuturo nos narra las tres intensas y fructíferas jornadas en el seno de la organización especializada de Naciones Unidas para las TIC.
ProFuturo continúa imparable su viaje hacia la consolidación de la igualdad de oportunidades en la educación del siglo XXI consciente de la necesidad de unir esfuerzos. Tan relevante como seguir la senda de implantación y expansión de la educación digital integral de ProFuturo allí donde la vulnerabilidad se hace latente en las localidades más remotas, lo es el avanzar en el desarrollo de relaciones y alianzas con los principales actores de la comunidad internacional en materia de educación.
Javier González Casado, parte del equipo de ProFuturo, nos cuenta cómo fueron esas intensas jornadas en la Mobile Learning Week.
“La Semana Santa fue un momento peculiar en mi desempeño profesional dentro de la Fundación ProFuturo, a la que pertenezco desde hace 10 meses y donde el asombro y sorpresa, siempre positivos, son las constantes en mi quehacer del día a día.
Hace ya unos meses fuimos invitados como Institución a participar en la Semana del aprendizaje móvil por la UNESCO, una serie de conferencias y reuniones ya emblemáticas tanto en educación como en el mundo de lo digital. Suele acontecer a fines del mes de marzo, con lo que, en esta ocasión, ha coincidido en nuestra Semana Santa española.
Debíamos estar ahí con nuestro Programa ProFuturo debajo del brazo, aunque tuviéramos que cambiar nuestras agendas. Es el evento por excelencia donde convergen tanto el mundo de las Tecnologías de la información y la comunicación (TIC) con la educación, a través de las dos Agencias de las Naciones Unidas que abarcan ambos mundos: la citada UNESCO y la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT).
Llegamos un domingo a la tarde para poder preparar debidamente nuestro stand de presentación de nuestro Programa. Como anécdota para nuestro recuerdo queda el “peregrinaje” desde nuestro hotel en la ciudad financiera de París, la Défense, hacia el gran mirador a la Torre Eiffel que representa el conjunto de edificios UNESCO. Más de media hora de atascos en taxi nos permitían, si quiera mínimamente, hacernos a la idea de la grandiosa y tumultuosa vida de la gran capital europea en la que trabajaríamos estas 3 jornadas.