Historia II

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Me llamo Emilia y quiero ser independiente

Emilia Claudete Noy

ProFuturo es un programa de educación digital para mejorar la calidad educativa, a través de herramientas digitales, enentornos vulnerables y lo hace con una estrategia doble: por un lado mejora la formación del docente a nivel tecno-pedagógico y a la vezpromueve el aprendizaje significativo del estudiante, a partir de experiencias de aprendizaje digitales motivadoras.

Me llamo Nicole y quiero ser auxiliar de vuelo

Nicole Buerano

ProFuturo es un programa de educación digital para mejorar la calidad educativa, a través de herramientas digitales, enentornos vulnerables y lo hace con una estrategia doble: por un lado mejora la formación del docente a nivel tecno-pedagógico y a la vezpromueve el aprendizaje significativo del estudiante, a partir de experiencias de aprendizaje digitales motivadoras.

Me llamo Cristiano y me encantan las matemáticas

Cristiano Ruiz

ProFuturo es un programa de educación digital para mejorar la calidad educativa, a través de herramientas digitales, enentornos vulnerables y lo hace con una estrategia doble: por un lado mejora la formación del docente a nivel tecno-pedagógico y a la vezpromueve el aprendizaje significativo del estudiante, a partir de experiencias de aprendizaje digitales motivadoras.

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“La clase de las tabletas es una de las favoritas de Emilia. El profesor acude a la clase y explica cómo manejarlas para aprovecharlas al máximo; así también comprueba de primera mano la eficacia del programa.”

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256 escuelas

Son las escuelas en las que Profuturo está presente en Angola.

Foto: ProFuturo

La curiosidad ilimitada de Emilia y su batería incesante de preguntas, que lanza como una metralleta a todo aquel que se cruza en su camino, la han llevado a hacerse amiga de Manuel. Cuando visita la escuela, el responsable de zona intenta responder, con paciencia y divertido, a todas las cuestiones que le plantea la niña y le explica las distintas funciones de las tabletas del aula digital.

60%

Es el total de niños que no acuden regularmente a la escuela.

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Angola era considerado hasta hace poco uno de los países más difíciles para la infancia. En 2015, en Angola se registraron 167 muertes de menores de cinco años por cada mil nacimientos.

Foto: ProFuturo

Como coordinador de zona de ProFuturo, Manuel se reúne de forma periódica con los profesores y directores de las cinco escuelas de las que es responsable para impartir la formación presencial que estos reciben de forma regular durante todo el programa; para resolver las dudas que puedan tener respecto al uso de la plataforma pedagógica digital diseñada por ProFuturo.

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Manuel visita los centros escolares para acompañar a profesores y alumnos del programa ProFuturo.

Foto: ProFuturo
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Emilia, como su amiga Ana, sueña con tener una casa de ladrillos y brillar con luz propia.

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La jornada de Emilia empieza temprano ayudando a su madre en las tareas domésticas, que incluyen limpiar la casa e ir a recoger agua para el aseo de la familia. Cuando ha terminado, Emilia se pone la mochila y emprende el camino al colegio, la escuela Nuestra Señora de Fátima.

En su camino al colegio, algunos compañeros de Emilia tienen que atravesar montañas de escombros y basura, pero ya están acostumbrados y no le dan demasiada importancia a la miseria que los rodea porque tienen un solo objetivo en mente: aprender y disfrutar con sus compañeros.

Emilia comparte su entusiasmo por el colegio con su amiga Ana Bernarda Enoque, de doce años, cuya familia llegó a Luanda en el año 2000 huyendo de la Guerra Civil, que se cebó especialmente con el entorno rural, donde en la actualidad aún quedan enterradas numerosas minas antipersona. Emilia y Ana suelen ensoñar en voz alta: se imaginan un futuro en el que tienen una casa de verdad, de ladrillos, y en el que gozan de tantos derechos como el resto de sus compañeros varones de clase.

Al finalizar las clases, Emilia, Ana y sus compañeros se entretienen en el camino de vuelta a casa: juegan al fútbol o con juguetes hechos de latas y palos, corretean de un lado a otro, etc. Los niños y niñas no dejan de serlo aun cuando no viven en el mejor entorno para hacerse mayores; de hecho, Angola era considerado hasta hace poco uno de los países más difíciles para la infancia. En 2015, en Angola se registraron 167 muertes de menores de cinco años por cada mil nacimientos.

Emilia y Ana se divierten perdiéndose entre los enormes bosques de edificios en construcción de su barrio. Se sientan y comparten confidencias, se esconden entre los bloques de cemento y juegan a imaginarse que una de esas viviendas es su casa y que, gracias al colegio, a la educación y a ProFuturo, su sueño se ha hecho realidad.