Aleyda, María Teresa, Adriana, y Jovia: el poder transformador de las mujeres docentes

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Aleyda, María Teresa, Adriana, y Jovia: el poder transformador de las mujeres docentes

Este 8 de marzo, con motivo del Día Internacional de la Mujer, se abre la reflexión sobre la equidad y la igualdad de género, un pilar fundamental para garantizar un futuro sostenible. 

Bajo el lema de la ONU para este 2025, «Para TODAS las mujeres y niñas: Derechos. Igualdad. Empoderamiento«, se resalta la necesidad urgente de reducir la brecha de género en todos los ámbitos, incluidas la educación y las ciencias. Y es en este contexto donde las profesoras, educadoras y docentes de entornos vulnerables que trabajan en colaboración con ProFuturo, el programa de innovación educativa con tecnología de Fundación Telefónica y la Fundación “la Caixa”, desempeñan un papel crucial, siendo agentes de cambio que no solo transmiten conocimiento, sino que empoderan a las nuevas generaciones a través de la educación.

El año 2025, al igual que los anteriores, es testigo de la labor incansable de miles de mujeres que, desde las aulas en América Latina, África, y otras regiones del mundo, han transformado las realidades de sus estudiantes, llevando la educación a quienes más lo necesitan. También se ha puesto en evidencia lo que supone, en términos de calidad, el uso de la tecnología con fines educativos precisamente en aquellas circunstancias en el que el trabajo docente se realiza muchas veces en condiciones de escasos recursos, pero con una convicción firme: la educación es la clave para cambiar el futuro. 

Profesoras como motor de cambio

En muchas partes del mundo, las profesoras son la columna vertebral de los sistemas educativos, especialmente en contextos de vulnerabilidad. En América Latina y África se estima que el 60% de los docentes en las escuelas rurales son mujeres, y ellas desempeñan un papel fundamental en comunidades donde la igualdad de género y el acceso a la educación son desafíos persistentes. La educación es un derecho universal, pero según UNESCO, el acceso sigue siendo limitado para muchas mujeres y niñas, sobre todo en zonas rurales o en situaciones de conflicto. Lugares donde la misión de ProFuturo logra su máximo potencial haciendo accesible el acceso a esa educación, y en términos de igualdad, equidad y calidad.

Este panorama se compensa con historias de perseverancia y superación como las de las profesoras que participan en programas como los que ofrece ProFuturo, donde la inclusión de tecnologías digitales con fines educativos en las aulas de comunidades vulnerables hace que los niños y niñas de estos entornos accedan a recursos pedagógicos de calidad. En ProFuturo, más del 70% de los docentes que participan en este programa son mujeres que están llevando la educación a rincones olvidados del planeta, demostrando que la tecnología y la educación son herramientas poderosas para empoderar a las nuevas generaciones.

Historias de docentes mujeres que inspiran

Desde las aulas en El Salvador hasta Uganda, ProFuturo es testigo de cómo las mujeres docentes marcan la diferencia: 

En Perú, Aleyda es un modelo de cómo la tecnología puede ser utilizada para ofrecer una educación de calidad. Como finalista del Global Teacher Prize, Aleyda demuestra que las herramientas digitales, cuando se usan de forma adecuada, pueden ser un puente para un aprendizaje más dinámico y accesible.

Finalmente, María Teresa Cornejo, profesora de innovación pedagógica en el colegio República de Venezuela en Arequipa, Perú, destaca por su enfoque en la educación digital. Inspirada por un niño que creó una app para ayudar a personas ciegas, busca enseñar a sus estudiantes a crear tecnología, no solo consumirla. 

Adriana, directora en Acajutla, El Salvador, es un claro ejemplo de liderazgo. Su misión es sembrar el cambio en los estudiantes y su convicción es firme: «Es una experiencia muy bonita ver la semilla de cambio que uno siembra en los niños«. A través de su trabajo, Adriana demuestra que la educación es una vía para transformar tanto a los estudiantes como a la comunidad.

En Uganda, Jovia, docente y coach de ProFuturo, ha vivido un proceso similar de crecimiento. Comenzó su carrera sin utilizar herramientas digitales, pero su curiosidad, junto con la formación recibida de ProFuturo, la llevó a abrazar la tecnología y, finalmente, a enseñar a otros docentes a incorporarla en sus aulas. Su historia refleja cómo el aprendizaje continuo y el compromiso con la enseñanza pueden abrir puertas a nuevas oportunidades para mejorar la educación.

Con ProFuturo, ha transformado su aula integrando herramientas digitales y promoviendo el pensamiento computacional. Su objetivo es formar una nueva generación con habilidades críticas y creativas, preparándolos para ser productores de tecnología en lugar de consumidores. Su escuela fue reconocida como destacada a nivel nacional por su innovación educativa. «Queremos que los alumnos lleguen a ser productores de tecnología y no solo consumidores«, expresa. 

Su contribución al programa ha sido tal que su escuela fue elegida “escuela destacada nacional” por su innovación educativa.

La tecnología como puente de igualdad

A lo largo de estos relatos, un común denominador se hace presente: el uso de la tecnología con fines educativos. ProFuturo, a través de la inclusión de herramientas digitales en comunidades vulnerables, está ayudando a las educadoras a superar las barreras del acceso al conocimiento. La brecha digital es una de las principales desigualdades del siglo XXI, pero gracias al trabajo de mujeres docentes comprometidas con la innovación, muchas niñas y niños que viven en entornos marginados están accediendo a educación de calidad, lo que les permitirá soñar con un futuro más próspero.

El trabajo incansable de estas mujeres demuestra que, si bien aún queda mucho por hacer, cada paso que se da hacia la igualdad de género y la educación de calidad tiene un impacto real en el futuro de las próximas generaciones. Las profesoras y educadoras de entornos vulnerables no solo son maestras de aulas; son maestras de esperanza, líderes de cambio y modelos a seguir que, con cada lección, construyen un mundo más justo, igualitario y sostenible.

Este 8 de marzo, celebramos a todas las mujeres docentes que, con su trabajo, están llevando la educación a lugares donde más se necesita, demostrando que el poder de la educación, especialmente cuando es impartida por mujeres, tiene la capacidad de transformar no solo el presente, sino también el futuro del planeta.

#EducarTransforma 

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