Neus Lorenzo
Neus Lorenzo concibe el aprendizaje no como un objetivo, sino como una forma de estar en el mundo. Su trayectoria vital y profesional es prueba de ello: una búsqueda constante de sentido, conexión y conocimiento al servicio de la educación.

Sobre Neus Lorenzo
< Ver todos los ColaboradoresEl aprendizaje como forma de vida
Para Neus Lorenzo, aprender es una forma de vivir. Esa frase no es una declaración de principios: es una descripción precisa de su trayectoria. Desde muy joven combinó dos carreras —Magisterio e Historia— con trabajo nocturno y vida familiar. Y no por ambición, sino por pura fascinación: por saber más, por entender mejor, por compartir lo aprendido.
Su primer contacto con la docencia fue como profesora de inglés, aunque también llegó a ejercer de arqueóloga. Pero fue en el cruce entre tecnología y educación donde encontró su terreno natural. En 1985, cuando la informática educativa aún era un experimento incipiente, se apuntó al primer curso disponible en Cataluña. Con un Spectrum de 4K, empezó un recorrido que la ha llevado a convertirse en una de las voces más activas en innovación pedagógica en el ámbito hispano.
Neus Lorenzo ha sido maestra en primaria, profesora de secundaria e inspectora de educación durante más de veinte años. También ha liderado proyectos centrados en el desarrollo digital de los centros, la formación docente, la comunicación institucional y el liderazgo educativo. Ha investigado de forma constante cómo se construye el conocimiento en la escuela, y cómo evoluciona cuando entran en juego nuevas formas de comunicarse: desde el correo electrónico hasta la inteligencia artificial.
Actualmente es Vicepresidenta de Recerca de la Societat Catalana de Pedagogia (Institut d’Estudis Catalans) y miembro de la Junta del Observatorio de Innovación Tecnológica Educativa (ODITE-Espiral).
Lo que más la mueve sigue siendo lo mismo desde el principio: la necesidad —y el placer— de comprender, de conectar ideas y de acompañar a otros en ese camino. No ha dejado nunca de estudiar, ni de enseñar, ni de maravillarse con lo que aparece nuevo.