Todas las personas, independiente de su origen o condición, tienen derecho a acceder a la educación. Sin embargo, las personas que viven con algún tipo de discapacidad, afrontan dificultades de muy diversa naturaleza para el desarrollo de sus trayectorias formativas y vitales.
No son pocas y muchas de ellas se concentran en áreas y países vulnerables. Según datos del Banco Mundial (2021), sólo en América Latina y el Caribe viven cerca de 85 millones de personas con algún tipo de discapacidad (un 14,7% de la población en la región), y según la OMS, casi el 80% de las personas con audición incapacitante viven en países de ingresos bajos y medianos. La presencia de la discapacidad es mayor en las familias de menores ingresos. En uno de cada cinco hogares categorizados dentro de la extrema pobreza vive una persona con discapacidad; mientras que siete de cada 10 hogares con personas con discapacidad son susceptibles de caer en la pobreza. A su vez, en un círculo vicioso y perpetuante de su situación de desventaja y vulnerabilidad, este grupo es más susceptible de enfrentar condiciones de vulnerabilidad económica y social que influyen negativamente en su acceso a servicios básicos, disponibilidad de internet y dispositivos digitales.
En materia educativa, el informe GEM 2020 sobre inclusión y educación, desarrollado por Unesco y SUMMA para América Latina, señala que niñas y niños con discapacidad se enfrentan a mayores dificultades para completar sus ciclos formativos. En efecto, este grupo representa el 15% de la población sin escolarizar y, los(as) jóvenes de 12 a 17 años tienen un 10% menos de probabilidades de asistir a escuelas en comparación a sus pares sin discapacidad.
Frente a la necesidad de promover mayores oportunidades de inclusión efectiva de grupos excluidos, el proyecto Videolibros enSeñas de la organización Canales Asociación Civil de Argentina, busca reducir las barreras que enfrenta la comunidad sorda para desarrollar aprendizajes, acceder y experimentar la lectura. Para ello, han desarrollado una videoteca digital, libre y gratuita que acerca la literatura infantil a niños, niñas y jóvenes sordos.
La biblioteca ofrece un catálogo variado de vídeos en los que personas sordas leen en lengua de señas libros y cuentos escritos en español. Los vídeos incluyen voces en off, para que las personas oyentes puedan compartir el cuento con las personas sordas, y tienen como fondo las imágenes ilustradas de cada libro.
Cuando la barrera es el acceso a la lengua
La experiencia lectora de los niños y niñas con discapacidad auditiva se encuentra condicionada tanto por factores asociados al acceso a la lengua, como por un desconocimiento general de la población sobre las características culturales y lingüísticas de este grupo (Lissi y colaboradores, 2020). Para Silvana Veinberg, responsable de desarrollo institucional y fundadora de asociación Canales, responsable de Videolibros EnSeñas, estas dificultades surgen desde el nacimiento: “El 95% de esta población nace en hogares donde todos son oyentes y no conocen la lengua de señas. Así que, aunque se desarrolla comunicación entre ellos, no existe un adecuado intercambio lingüístico porque no comparten una lengua común. Si un niño pequeño no aprende una lengua, no desarrolla una serie de habilidades que exceden lo lingüístico.”
Las personas sordas que acceden tardíamente al aprendizaje de la lengua de señas, su lengua natural, presentan obstáculos para aprender el español como una segunda lengua, lo que dificulta acceso a la cultura escrita y a las herramientas necesarias para desarrollar habilidades de lectura. Estos factores limitan la relación de las personas sordas con la lectura, impactando en su motivación y en su acceso al repertorio literario, así como en el desarrollo de competencias progresivas (Lissi, 2018).
El placer de leer en Lengua de Señas Argentina (LSA)
El origen de Videolibros EnSeñas surge a partir de un proyecto desarrollado con familias y escuelas de niñas y niños con discapacidad auditiva en la provincia de Buenos Aires (2005). Este proyecto buscaba promover el juego entre padres e hijo(a)s e incluía la lectura entre sus actividades. A pesar de que los niños(as) no leían, Silvana recuerda que se acercaban directamente a la biblioteca a recoger los libros. Esta experiencia derivó en el desarrollo de una investigación sobre prácticas de lectura con familias sordas: “Corroboramos la disociación que existe entre las personas con discapacidad auditiva y los libros. No había libros en las casas de las personas sordas, no leían cuentos. Si a los chicos sordos nadie les lee, ellos no van a querer leer libros. Ahí comenzamos a pensar cómo acercar la lectura, dónde puede un niño sordo leer un libro, entonces pensamos en hacer libros leídos por personas sordas que pudieran llegar a los chicos y que ellos pudieran entender lo que decía el texto en su propia lengua”.
La primera etapa de este proyecto, que dio lugar a la creación de la plataforma y la `roducción de los primeros 15 videolibros, se originó en 2009 gracias al respaldo del BID y su concurso “Un mundo de soluciones”. La propuesta de Videolibros tenía como objetivo fomentar la lectura compartida entre personas sordas y oyentes, con el fin de promover una mayor interacción y enriquecer las experiencias relacionadas con la literatura.
Cada videolibro consta de una traducción del texto original en español a la Lengua de Señas Argentina (LSA), que es leída por un narrador o narradora, manteniendo la integridad de la obra original. Además, se incluye una narración en español realizada por una voz en off, que permite que niñas y niños, así como sus familiares oyentes, puedan seguir la historia. Esta experiencia se complementa con el apoyo del texto escrito y las ilustraciones, que brindan una dimensión física al libro. Para acceder a estos contenidos, solo es necesario registrarse en la videoteca.
El equipo reconoce la importancia de un proceso cuidadoso en el diseño de la plataforma, que incluye la selección de obras y su adaptación al formato videolibro. Esto se debe a que las barreras que enfrentan las personas sordas con respecto a la lengua y la cultura escrita pueden variar significativamente en cada caso. “Algunas veces los cuentos son demasiado complejos para ellos en términos lingüísticos, porque no han adquirido naturalmente la LSA. Muchas veces estos chicos a los seis años no tienen una lengua. Por eso, algunas adaptaciones que realizamos tienen que ver con cuál es el nivel lingüístico que le vamos a dar a los textos, sin modificar su contenido, porque es una lectura”, señala Silvana.
El proyecto ha sido muy bien recibido por las familias, quienes han expresado su gratitud. “Hemos recibido mensajes de padres que nos decían que ahora le pueden leer a sus hijos, compartir con ellos un cuento todas las noches. Acompañan la lectura con una tableta o un celular, pero han notado un gran cambio en la forma en que se conectan con los libros.” También han recibido comentarios positivos desde las escuelas, aunque Silvana reconoce que, además del acceso, se necesita una mediación adecuada en el proceso de aprendizaje de la lectura.
Hasta la fecha, la plataforma cuenta con un catálogo de 89 libros, organizados en categorías según la edad y temas sugeridos. Para 2023, los videolibros tienen más de 8.350 usuarios activos y cerca de 454.000 visitas. El proyecto también ha recibido múltiples reconocimientos, como el Premio WISE a la innovación educativa en 2015 y el Zero Project sobre prácticas de educación inclusiva en 2020.
Gracias al desarrollo de alianzas con organismos como UNICEF y el Ministerio de Cultura de Argentina, la videoteca ha podido aumentar su catálogo de obras y diversificar su oferta de lecturas. También ha permitido a Canales brindar asesoramiento en iniciativas relacionadas con la discapacidad. Además, han logrado expandir su alcance en la región, ofreciendo videolibros leídos en lengua de señas de Argentina, Nicaragua, Paraguay y Uruguay.
El potencial de las tecnologías y la construcción de espacios más inclusivos en América Latina
El informe GEM 2023 sobre tecnología y educación señala que las soluciones digitales favorecen y diversifican el acceso a contenidos, permiten crear experiencias de enseñanza más personalizadas e integradoras, y facilitan la comunicación y la participación. El desarrollo de nuevas funciones de accesibilidad en dispositivos de uso frecuente, como teléfonos y computadores, han permitido que personas con discapacidad puedan acceder a herramientas de apoyo con mayor facilidad y reduciendo costos.
La responsable de este proyecto enfatiza la importancia de las tecnologías en la comunicación de la comunidad sorda, señalando: “La única forma de registro que tiene la lengua de señas es el video. Aunque no tiene una representación gráfica, decimos que es una lengua letrada, porque sí tiene posibilidades de ser registrada y leída. Por eso el video es la tecnología por excelencia.” Además, la experiencia de Canales demuestra que las tecnologías también desempeñan un papel fundamental en el apoyo al aprendizaje del español como segunda lengua y en la reducción de costos para la implementación y la difusión masiva de recursos educativos. Esto se ha logrado mediante la creación de VideoLibros y la implementación de diversas estrategias que promueven la accesibilidad, la sensibilización, la formación y la capacitación de docentes y mediadores del aprendizaje en todo el territorio argentino.
Sin embargo, aún enfrentamos desafíos significativos en la implementación de tecnologías inclusivas. La capacitación especializada de docentes y familias para el uso efectivo de estas herramientas es una tarea pendiente, así como la necesidad de reducir los prejuicios que puedan existir en torno a la utilización de estos apoyos tecnológicos. También se requiere generar una mayor evidencia que respalde el impacto positivo de estas tecnologías en la inclusión (Unesco, 2023).
En América Latina, observamos diferencias en la relación con la comunidad sorda. Según Silvana, “existen lugares donde las personas sordas enfrentan más opresión que en Argentina, mientras que en otros países, como Brasil o Uruguay, han avanzado significativamente en este aspecto. También hay diferencias en el apoyo que brindan las universidades para el desarrollo de proyectos y la formación de personas sordas. Esta formación tiene un impacto directo en la construcción de una sociedad más equitativa.” Igualmente importante resulta reconocer la necesidad de incorporar nuevas voces en el ámbito formativo y laboral: “Debe haber profesionales sordos que lleven adelante los proyectos y las políticas, ya que ellos son quienes mejor comprenden las necesidades de su propia comunidad y pueden determinar qué es lo mejor para ella.”