¿Sabías que el origen de la expresión curador proviene del ámbito museístico? ¿Puedes imaginarte qué tienen que ver una exposición de arte en un museo y la curación de contenidos? Pues en realidad, son dos formas muy parecidas de gestionar el conocimiento. Solo que una se realiza con obras de arte en formato físico y la otra se hace con información. Sin embargo, cuando un docente cura información para sus alumnos, en realidad no está haciendo algo muy distinto al comisario de una exposición: identifican un tema, lo contextualizan, deciden qué pinturas van a colgar en las paredes de cada sala, qué debe decirse de cada una de ellas y de qué manera van a ser mostradas al público (Beth Kanter). En este artículo explicamos en qué consiste la curación digital de contenidos y cuáles son sus ventajas y características. En este post vamos a ir un poco más allá y vamos a ver cuáles son las competencias que debe tener o adquirir un profesor que quiera curar contenidos o agregarles valor mediante la transformación, siempre con la idea de que sean útiles para potenciar el aprendizaje de sus estudiantes.
Como también vimos en su día, hoy por hoy existen algunas herramientas digitales muy útiles para la curación de contenidos en educación. Esto supone una gran ayuda teniendo en cuenta el ingente volumen de información que circula cada día por la red. Sin embargo y, aunque estas herramientas resultan muy eficaces, la verdadera curación de contenidos depende por completo de las competencias y habilidades de un curador “humano” que utiliza sus conocimientos, su experiencia y sobre todo su capacidad crítica para gestionar toda esa información. Para decidir qué es útil y relevante para sus alumnos.
Lo que debe hacer y lo que no debe hacer un curador de contenidos
Para hacer una radiografía de cuáles son las habilidades que debe poseer el perfecto docente curador, vamos, primero, por oposición, a ver cuáles son los errores más comunes que debe evitar un profesor cuando se enfrenta a la curación de contenidos. En este sentido, la docente australiana Joyce Seitzinger, en su presentación When Educators Become Curators, los clasifica de la siguiente manera:
- El acaparador: un curador que colecciona todo indiscriminadamente, que no organiza su contenido y no lo comparte. El “acaparador” lleva a cabo una actividad más parecida a la agregación de contenidos que a la curación.
- El Scrooge: al igual que el acaparador, el Scrooge acapara y atesora información y, aunque a diferencia del anterior, sí que la organiza y la clasifica, tampoco la comparte, a pesar de que este es, precisamente, uno de los propósitos clave de la curación de contenidos educativos.
- El tabloide: un coleccionista que recopila todo tipo de información, de forma indiscriminada, y la comparte generosamente, tanto si los demás quieren o necesitan esta información, como si no.
- El Robot: un curador que utiliza herramientas para compartir información automáticamente, sin contextualizarla ni aportar ningún tipo de valor añadido. En este caso, la curación no se diferencia nada de la lista de resultados de una búsqueda de Google.
Por su parte, según la matriz de descriptores de las competencias digitales de los profesores, desarrollada por CIEB, en los niveles más avanzados, el docente que tiene competencias para curar y crear contenidos es aquel que:
- Crea y cocrea cotidianamente recursos digitales en diferentes formatos (vídeo, audio, escrito…); hace remixes, los publica y los comparte en repositorios. Define criterios de evaluación para las informaciones, los recursos digitales y las fuentes de información. Usa datos abiertos y recursos educacionales libres y abiertos.
- Planifica, utiliza y crea recursos digitales de acuerdo con el perfil y las necesidades de sus alumnos. Emplea criterios objetivos para planear y analizar los recursos educacionales relacionados con el currículo.
- Enseña a sus homólogos a realizar curaduría y creación de recursos digitales.
- Involucra a los alumnos y les enseña a seleccionar contenidos digitales a partir de determinados criterios. También les enseña a crear, cocrear, editar y hacer remixes de contenidos.
Las seis habilidades básicas del curador de contenidos en educación
Así, basándonos en lo que no debe hacerse y en lo que deben saber hacer, ¿cuáles serían las competencias básicas del docente curador? Las vemos a continuación:
1) Conoce bien las necesidades de su “audiencia”
¿Qué aporta este contenido a sus estudiantes? ¿Cómo puede ayudarles a resolver sus dificultades? ¿Se alinea con las necesidades curriculares? ¿Y con los intereses de sus estudiantes?
2) Tiene conocimientos digitales y tecnológicos
El docente con competencia para curar contenidos para el aula debe conocer bien las tecnologías digitales para realizar búsquedas e investigaciones; seleccionar y analizar recursos, y elaborar y compartir diferentes contenidos en múltiples formatos (video, podcast, infográficos…).
3) Tiene un profundo sentido crítico y un gran conocimiento de su materia.
El docente debe poseer un gran espíritu crítico que le permita distinguir la información sólida y respaldada por fuentes fiables y validada por la ciencia, de la que no lo es.
4) Es curioso, analítico y organizado
El docente capaz de curar siente una gran curiosidad por toda la información existente sobre su materia y posee un gran sentido de la organización para analizar y organizar toda esa información, una vez seleccionada, de forma coherente y de acuerdo con las necesidades de su alumnado; y, también, tiene capacidad de reordenar la información que ha curado de una nueva forma, transformando los contenidos.
5) Es colaborador
La colaboración se encuentra en la esencia misma de la curación de contenidos. Compartir el contenido curado es uno de los objetivos fundamentales de la curación de contenidos. El contenido se cura pensando en un colectivo, en este caso, los estudiantes. Pero, el acto mismo de la curación también puede ser un acto colaborativo entre docentes o entre docentes y estudiantes. De hecho, y según la matriz de CIEB, un docente curador que ha alcanzado el nivel más alto de competencia en curaduría y creación de contenidos enseña a sus homólogos y a sus alumnos a curar y reelaborar contenidos digitales.
6) Es ético
La curación consiste en seleccionar contenidos elaborados por otras personas, con un sentido crítico y unos criterios determinados, para reelaborar ese contenido en función de las necesidades de nuestra audiencia. Por eso, es muy importante y asegurarse de citar, siempre, al autor o autores de la información que estamos utilizando y facilitar, cuando sea posible, un enlace a la fuente original.
Aunque la curación de contenidos ha existido siempre, con la llegada de la sociedad digital ha adquirido, como tantas otras cosas, una fuerza y un desarrollo inéditos hasta ahora. Se trata de una respuesta al problema de la “infoxicación”, que empieza a surgir a principios del siglo XXI como consecuencia de la ingente cantidad de información que circula por las redes. La inteligencia artificial, el Big Data, los algoritmos “inteligentes” pueden ayudarnos en alguna medida a manejar toda esa información que (y esto es algo excelente), nunca ha estado tan disponible para tanta gente. Sin embargo, y como mencionábamos al principio de este artículo, la curación de contenidos continúa dependiendo, completamente, de las habilidades más humanas: curiosidad, pensamiento crítico, motivación, colaboración y ética.