*Por Anita Latzoo especialista en comunicación en World Vision
*Foto de portada: Nyein Thaw Htoo para World Vision.
El empoderamiento de las mujeres y las niñas es el tema central de todos aquellos que luchan por la igualdad de género. Algunas de las formas más importantes de empoderar a las mujeres y las niñas son la educación, las oportunidades económicas y la participación política.
La educación es fundamental para empoderar a mujeres y niñas. Es una inversión en su futuro y les ayuda a desarrollar las habilidades y conocimientos que necesitan para participar plenamente en la sociedad. Por desgracia, en muchos lugares del mundo las mujeres y las niñas se enfrentan, a menudo, a obstáculos que les impiden acceder a la educación. Para lograr la igualdad de género, esto debe cambiar. Ya sea enviando a las niñas a la escuela, a sesiones de formación profesional o a talleres, las mujeres y las niñas tienen derecho a recibir una educación, independientemente de su situación económica.
Foto: Luis Miguel Rodríguez para World Vision.
Una forma clave de apoyar a las mujeres y las niñas es a través de la capacitación económica. Cuando las mujeres tienen independencia económica, están en mejores condiciones de tomar decisiones sobre su vida y su futuro y pueden invertir en sus familias y comunidades. Por desgracia, las mujeres siguen ganando menos que los hombres en casi todos los países del mundo. Es lo que se conoce como brecha salarial de género y tenemos que acabar con ella mediante la aplicación de la legislación sobre igualdad salarial, el aumento del salario mínimo, la prestación de servicios universales de guardería y, lo que es más importante, ¡hacer de la brecha de género una prioridad en materia de derechos humanos!
Otro elemento esencial del empoderamiento es la participación política. Cuando más mujeres participan en la toma de decisiones, más cambios positivos vemos para todos. Las mujeres aportan una perspectiva diferente a los gobiernos y a la gestión empresarial, lo que puede dar lugar a mejores políticas y prácticas. Sin embargo, a pesar de los avances, las mujeres siguen estando infrarrepresentadas en la política mundial.
La innovación digital y la tecnología tienen el potencial de ayudar a acelerar el progreso hacia la igualdad de género.
Cómo empoderar a las mujeres con tecnología
Foto: Dara Chhim para World Vision.
La innovación digital y la tecnología tienen el potencial de ayudar a acelerar el progreso hacia la igualdad de género. Por ejemplo, las tecnologías móviles pueden ayudar a conectar a las mujeres de las zonas rurales con servicios esenciales como la información y las instalaciones sanitarias. Los servicios financieros digitales ayudan a las mujeres a acceder al crédito y a otros servicios financieros para, a partir de ahí, crear y desarrollar empresas.
De momento, los datos no son buenos. Ya hemos ofrecido algunos. ONU Mujeres nos brinda alguno más:
- Dentro de las materias STEM, las áreas educativas más dominadas por los hombres son las TIC y las ingenierías, donde la matriculación de mujeres es del 27% y 28% respectivamente.
- Para el 2050, el 75% de los trabajos estará relacionado con las áreas STEM. Sin embargo, hoy las mujeres ocupan apenas el 22% de los puestos en inteligencia artificial.
- Nueve de cada 10 niñas pequeñas asocia la ingeniería con habilidades masculinas.
¿Cómo resolvemos estas disparidades? ¿Cómo aprovechar el poder de la tecnología digital en favor de la igualdad de género evitando perpetuar e incluso agrandar brechas y desigualdades?
Para empezar es importante garantizar que las mujeres tengan las habilidades y los conocimientos necesarios para utilizar estas herramientas con eficacia. Esto incluye proporcionar a las mujeres acceso a una educación y formación de calidad en campos como la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas. También es vital crear un entorno propicio para las mujeres emprendedoras facilitándoles el acceso a financiación, tutoría y redes.
También es preciso promover la participación, el empleo y el liderazgo de niñas y mujeres en la tecnología y la innovación. Esto debe hacerse desde los primeros años de formación por lo que será preciso reconsiderar las reformas de los currículos educativos y la formación en habilidades tecnológicas de niñas y mujeres a lo largo de la vida.
En una sociedad digital como la actual, en la que la mayor parte de la actividad económica que se genera lleva aparejado el uso de alguna herramienta tecnológica, no podemos permitirnos excluir a la mitad de la población mundial. Y esto no solo por razones de justicia, que ya bastarían por sí mismas; las razones son, también, de índole económica: si las mujeres no participan de uno de los sectores más importantes de la economía ni se involucran en su desarrollo, ¿qué futuro nos espera?
Se está avanzando hacia la igualdad de género, pero para maximizarla hay que deconstruir las barreras estructurales, que incluyen la economía, las leyes, las prácticas culturales y el acceso a la educación. Invertir en las mujeres y las niñas es una prioridad de derechos humanos y debe tratarse como tal.
Cada día debe considerarse una oportunidad para defender los derechos y el futuro de las mujeres de todo el mundo.
* SOBRE LA AUTORA: Con una Licenciatura en Artes Liberales y Estudios Profesionales en Antropología, Anita Latzoo está especializada en la creación de contenidos para World Vision.
