La región del África Subsahariana enfrenta una grave crisis educativa: de los más de 244 millones de niños y niñas sin escolarizar en el mundo, el 30% se encuentra en África subsahariana, según datos de UNESCO. Esto son más de 72 millones. Entre los que sí asisten a la escuela, las tasas de abandono escolar son alarmantemente altas (según el Banco Mundial, el 20% de los estudiantes de entre 12 y 14 años abandonan la escuela, cifra que crece hasta el 40% en la franje de 15 a 18 años.
La calidad de la educación es otra de las grandes preocupaciones de este subcontinente. Muchas escuelas carecen de recursos básicos, como libros de texto y personal docente capacitado. Esta falta de recursos se refleja en los bajos niveles de rendimiento académico: solo el 10% de los niños y niñas que terminan la escuela primaria en la región tienen habilidades mínimas en lectura y matemáticas. Pongamos la lupa en los datos por países. Según mediciones recientes del proyecto MILO de la UNESCO, que ha medido los resultados de aprendizaje de seis países africanos antes, durante y después de la pandemia, en 2021, la proporción de estudiantes que alcanzaron los niveles mínimos de desempeño en lectura ha sido del 0,1% en Burundi, el 2,3% en Zambia, el 9% en Burkina Faso, el 10,8% en Costa de Marfil, el 13% en Senegal y el 46,7% en Kenia. En matemáticas los datos mejoran ligeramente moviéndose entre el 2,1% de Zambia y el 74,1% en Kenia. Por medio, teneos un 8,9% en Costa de Marfil, un 13,5% en Burundi, un 23,7% en Burkina Faso y un 34% en Senegal.
A continuación, veremos por qué es tan importante colocar la equidad en el centro de las políticas educativas y cómo se puede mejorar la equidad en educación.
¿Por qué la equidad debe estar en el centro de las políticas educativas en África?
Para empezar a entender por qué la equidad debe estar en el corazón de cualquier política educativa basta con acercarnos a su definición. Equidad, que no es lo mismo que igualdad, es crear las condiciones que favorezcan la igualdad de oportunidades de todas personas y puedan integrarse en la sociedad de forma (ahora sí) igualitaria. Ahora que ya sabemos lo que es, intentemos responder a la pregunta.
- La equidad garantiza el acceso a la educación de todos en igualdad de condiciones. La equidad en educación es crucial porque asegura que todos los niños tengan acceso a una educación de calidad, independientemente de su contexto socioeconómico, género, discapacidad o ubicación geográfica. Sin equidad, las enormes desigualdades ya existentes pueden ampliarse. Las políticas que ignoran la equidad tienden a perpetuar las desigualdades existentes y pueden aumentar la brecha educativa entre los distintos grupos sociales.
- La equidad en la educación garantiza retornos significativos. poner la equidad en el centro de las políticas educativas puede tener retornos significativos tanto a corto como a largo plazo. A corto plazo, mejora los resultados educativos al brindar a los niños desfavorecidos las herramientas y el apoyo que necesitan para alcanzar su potencial académico. A largo plazo, contribuye a un crecimiento económico más equitativo y a la reducción de la pobreza, al garantizar que una mayor proporción de la población tenga acceso a oportunidades educativas de calidad que les permitan mejorar sus condiciones de vida.
- La equidad es esencial para la educación inclusiva. las políticas equitativas son esenciales para abordar las necesidades de grupos marginados, como los niños con discapacidades, los afectados por conflictos y los que viven en extrema pobreza. Estas poblaciones, que son las más propensas a ser excluidas del sistema educativo, son también las que más pueden beneficiarse de una educación de calidad, lo cual no solo mejora sus resultados de aprendizaje, sino también su integración social y su bienestar general a largo plazo.
- La equidad proporciona estabilidad social y económica. la equidad en la educación también se relaciona con la estabilidad social y económica. Un sistema educativo equitativo contribuye a una mayor cohesión social al asegurar que todos los segmentos de la sociedad tengan la oportunidad de mejorar su situación. Esto es crucial en un continente como África, donde las desigualdades sociales y económicas pueden conducir a tensiones y conflictos.
¿Cómo podemos mejorar la equidad educativa en el África subsahariana?
Del informe de UNESCO y la Unión Africana podemos extraer algunas recomendaciones para mejorar la equidad en la educación. Las resumimos a continuación.
Aumentar la financiación: Según la UNESCO, los países africanos necesitarían 77.000 millones de dólares más al año para alcanzar sus objetivos nacionales en educación y proporcionar una educación de calidad para todos. Sin embargo, a pesar de esta necesidad, la ayuda al desarrollo destinada a la educación en la región subsahariana de África ha disminuido en un 23% en el último año registrado. Incrementar la financiación pública y buscar fuentes innovadoras de financiación privada es esencial si queremos mejorar la equidad educativa. Los recursos financieros adecuados permiten implementar programas y políticas que favorecen a los estudiantes más desfavorecidos y aseguran una distribución equitativa de los recursos. Por ejemplo, en Uganda, la implementación de la política de educación universal gratuita (Universal Primary Education – UPE) en 1997 resultó en un aumento significativo en la matrícula escolar, que pasó de 2,5 millones de estudiantes en 1996 a 8,7 millones en 2013. Esto fue posible gracias a un aumento en el financiamiento gubernamental destinado a la educación. En Ghana, una inversión en educación del 6% del PIB en 2015 permitió mejoras en infraestructura escolar y acceso a recursos educativos, beneficiando especialmente a las áreas rurales y menos desarrolladas.
Implementar reformas que aseguren una educación de calidad. Implementar reformas curriculares y pedagógicas que aseguren una educación de calidad para todos (formación de maestros, desarrollo de materiales educativos adecuados, creación de entornos de aprendizaje inclusivos…) redundará en una mayor equidad. Así lo demuestran ejemplos como los del programa Tusome Early Grade Reading en Kenia, que ha mejorado significativamente las habilidades de lectura de los estudiantes de primaria mediante la capacitación de maestros y la provisión de materiales de lectura de alta calidad, o las reformas curriculares y la capacitación docente en Sudáfrica que han mejorado los resultados de aprendizaje en matemáticas y ciencias, como se refleja en las evaluaciones internacionales como TIMSS, donde Sudáfrica mostró un progreso notable entre 2003 y 2015.
Fortalecimiento de los sistemas de información: Lo que no se mide no se puede mejorar. Por eso modernizar los sistemas de información de la gestión educativa (EMIS, por sus siglas en inglés) para recolectar y utilizar datos relevantes de manera eficiente es fundamental para monitorear y abordar las desigualdades. Como ejemplo de esto, el informe menciona el caso de Nigeria, donde la implementación de un sistema de información de gestión educativa (EMIS) mejorado ha permitido una mejor recolección y análisis de datos, lo que ha llevado a intervenciones más efectivas en áreas con bajas tasas de matrícula escolar.
Inclusión de TIC en la educación: Integrar las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) puede mejorar la pedagogía y la gestión de la información, haciendo que la educación sea más accesible y efectiva para todos los estudiantes. La integración de la tecnología en las aulas puede mejorar la calidad de los aprendizajes, como sucedió en Uganda, donde un estudio ha demostrado que los estudiantes que utilizan plataformas digitales de aprendizaje tienen un rendimiento un 20% superior en comparación con aquellos que no las utilizan. También puede mejorar la motivación de estudiantes y maestros, como ha sucedido en Angola, o la formación docente, como en el caso del programa Train for Tomorrow en Ghana que proporciona capacitación en TIC a los maestros, mejorando sus habilidades digitales y su capacidad para integrar tecnología en la enseñanza. Y, por supuesto, la tecnología juega un papel fundamental en la reducción de las desigualdades y brechas al proporcionar acceso a materiales educativos de alta calidad a entornos y colectivos desfavorecidos, como ha sucedido en Tanzania, donde el acceso a recursos educativos digitales ha ayudado a cerrar la brecha de género en la educación con programas específicos enfocados en proporcionar a las niñas acceso a la tecnología, fomentando la igualdad de oportunidades.
En las últimas décadas, se han realizado avances notables en el acceso a la educación en África y los países siguen comprometiéndose con la mejorar el acceso de todos los niños y niñas a una educación de calidad. Pese a estos avances y compromisos, la situación es manifiestamente mejorable. Según UNICEF, a mediados de este siglo, África tendrá mil millones de menores de 18 años. Este dividendo demográfico es un fuente poderosa de crecimiento y progreso no solo para el continente africano sino para un mundo donde la población de las naciones occidentales está envejeciendo rápidamente. La educación, como siempre, es la clave.