Implementar un entorno de aprendizaje personalizado

¿En qué etapas se puede organizar la implementación de un PLP?¿Cuáles son las actividades y resultados que se deben alcanzar en cada fase? ¿Quiénes participan en su definición? ¿Cuál es su rol?... Alexander Romiszowski nos detalla una propuesta práctica inspirada en la visión que en su día presentó el que fuera ministro británico de Niveles Escolares David Miliband.

Implementar un entorno de aprendizaje personalizado

El siguiente artículo ha sido escrito originalmente para WISE ed.review. Para leer el artículo original en inglés, haga clic aquí. Sigue la actualidad de WISE en @WISE_es.

Alexander_Romiszowski

 

 

Alexander Romiszowski
Profesor de la Universidad de Siracusa 

 

El Aprendizaje Personalizado se ha definido con diferentes matices de significado por diversos teóricos, y se ha aplicado por los investigadores durante más de un siglo. Los primeros ejemplos incluyen la labor de Helen Parkhurst y el Plan Dalton, puesto en práctica en algunas escuelas de EE.UU. a partir de 1914; éste permitía a los estudiantes planificar un currículo propio que cubriese sus necesidades, intereses y capacidades individuales. De modo semejante, y casi al mismo tiempo, Carleton Washburne puso en marcha el Plan Winnetka, que personalizaba el currículo para centrarse en actividades creativas y en el desarrollo emocional y social de cada estudiante. Propuestas y planes posteriores incluyen el Modelo de Aprendizaje de la Maestría de Benjamin Bloom, aplicado en escuelas durante las décadas de los cincuenta y los sesenta del siglo pasado. Según este modelo, todos los niños pueden aprender realmente si se les proporciona el tiempo suficiente y las condiciones de aprendizaje adecuadas. Otro modelo influyente fue el Plan Keller, conocido a un nivel más formal como el Sistema Personalizado de Instrucción (PSI, por las siglas en inglés de Personalized System of Instruction), que fue desarrollado por un equipo dirigido por Fred Keller, y llevado a la práctica por primera vez en la década de los sesenta del siglo pasado en la Universidad de Brasilia. Más tarde, durante la siguiente década, el modelo se desplegó en muchas universidades de todo el mundo. El Plan Keller utilizaba módulos de autoestudio individualizado acompañados por la tutoría entre pares, para abordar las dificultades de aprendizaje de modo personalizado. Aún más recientemente, desde la década de los ochenta del siglo pasado, la teoría de Howard Gardner sobre las Inteligencias Múltiples se ha utilizado como base teórica para el aprendizaje personalizado.

En los últimos diez o veinte años, diversas instituciones educativas han planificado e implementado centenares de proyectos que promueven la personalización del aprendizaje, normalmente mediante el uso de herramientas y tecnologías digitales. No es de extrañar que Howard Gardner se viera en la necesidad de escribir su «primera obra sobre aprendizaje personalizado» cuando supo que Mark Zuckerberg apostaba millones, quizás miles de millones de dólares, por la investigación y el desarrollo del aprendizaje personalizado. Tengo el convencimiento de que Gardner entendió que la decisión de Zuckerberg estaba siendo impulsada por la tecnología de la información, por lo que vio que era necesario presentar un escenario centrado en la psicología (aunque era un escenario que, tal vez de un modo exagerado y poco preciso, promueve sus propias teorías del aprendizaje por encima de todas las demás). No obstante, una lectura cuidadosa de la carta escrita por Zuckerberg y su esposa a su hija recién nacida, en la que se comprometen a apoyar el movimiento en defensa del aprendizaje personalizado, nos sugiere que su decisión no tiene únicamente que ver con la aplicación de las tecnologías digitales. Parece que también tuvieron en cuenta los principios, procesos y procedimientos pedagógicos y psicológicos, que subyacen a la personalización del aprendizaje. Quizás ya conocían el trabajo desarrollado por instituciones como la Asociación Internacional para el K-12 Aprendizaje en Línea (INACOL, por sus siglas en inglés de International Association for K-12 Online Learning) para formar a los docentes en la implementación del aprendizaje personalizado en las escuelas estadounidenses. Quizás también eran conscientes del fuerte apoyo a este movimiento manifestado por las autoridades de los Estados Unidos y muchos otros gobiernos nacionales.

Una de las manifestaciones gubernamentales oficiales fue la de David Miliband, en 2004, al destacar la posición del gobierno británico en relación a la promoción del aprendizaje personalizado en el sistema escolar estatal. Según Miliband, en el aprendizaje personalizado se distinguen cinco fases:

  • Docentes y estudiantes trabajan juntos para identificar necesidades, fortalezas y debilidades.
  • Docentes y estudiantes trabajan juntos para seleccionar los objetivos y estrategias de aprendizaje.
  • El estudiante escoge el currículo/contenido, y crea un itinerario de aprendizaje personal.
  • En función del progreso del estudiante, los profesores escogen/adaptan sus estrategias de enseñanza.
  • Mediante el uso de las redes sociales y comunitarias, los estudiantes (con la ayuda del profesor cuando sea necesario) crean su entorno ideal de aprendizaje personalizado.

En el resto del artículo vamos a examinar el proceso de implementación de un entorno de aprendizaje personalizado, utilizando para ello una estructura de cinco etapas similar a la sugerida por Miliband, pero con una definición algo más precisa de las actividades y resultados esperados para cada fase. Tengan en cuenta que, de un modo bastante premeditado, no se hace referencia a ninguna teoría del aprendizaje en concreto, y exceptuando la fase quinta, no se menciona nada de las tecnologías digitales.

1. Análisis colaborativo de las necesidades/deseos/fortalezas/debilidades del alumno

En un entorno de aprendizaje personalizado, el aprendizaje se centra en quien aprende; en sus necesidades, intereses, aprendizajes previos, preferencias en el modo de aprender, etc. Considerando esta diferencias individuales -que son comunes entre los estudiantes-, se deduce que cada estudiante se beneficiará al máximo de un plan de aprendizaje personal (PLP, personal learning plan), no sólo  respecto al QUÉ va a aprender (los objetivos o resultados y competencias esperados), sino también en relación a CÓMO tendrá lugar el aprendizaje (fuentes de información, métodos de aprendizaje de problemas prácticos…). Por otra parte, el aprendizaje personalizado compromete al estudiante en la planificación de lo que va a aprender y cómo lo va a aprender. Partimos de la hipótesis de que los alumnos conocen que es lo que están tratando de aprender, y a partir de su experiencia previa, disponen de un amplio conocimiento acerca de cómo aprenden mejor, lo que hace que tenga sentido que colaboren con sus profesores en el diseño de los objetivos de aprendizaje propios y en la selección de las vías adecuadas para llegar a alcanzarlos.

2. Identificación colaborativa de objetivos, recursos de aprendizaje y oportunidades de práctica

Sin embargo, un entorno de aprendizaje personalizado no viene totalmente dirigido e impulsado por los estudiantes. Los docentes, por su conocimiento de la materia objeto de aprendizaje (no conociendo tan solo el contenido en sí mismo, sino también aquello que facilita o dificulta su comprensión y aprendizaje) y por su conocimiento pedagógico (adquirido por el ejercicio de la docencia y por su experiencia práctica), también pueden diagnosticar y determinar las necesidades y el modo óptimo de aprender de cada estudiante, considerando todo lo que saben acerca de cómo aprende cada persona, cuáles son sus fortalezas, retos, aptitudes, talentos y aspiraciones. Los docentes también saben cuál es la mejor vía para que el estudiante acceda al contenido, se sienta implicado y pueda expresar del mejor modo posible qué sabe y comprende.

3. Negociación colectiva de un plan (o contrato) de aprendizaje personal

Por lo tanto, en un entorno de aprendizaje personalizado, profesor y alumno deben convertirse en socios, trabajando juntos para definir QUÉ debe aprenderse y determinar CÓMO puede aprenderse mejor, y CÓMO deben medirse y evaluarse los resultados del aprendizaje. El alumno tiene voz; y no solo en lo que respecta al  contenido del aprendizaje, también sobre el modo en el que va adquirir la información y la forma en la que prefiere familiarizarse con el contenido. Profesor y alumno codiseñan objetivos basándose en los objetivos de aprendizaje del segundo. Los objetivos se identifican atendiendo a los intereses, aspiraciones y aptitudes del alumno, y también a sus preferencias y necesidades de aprendizaje. A continuación el docente trabaja con el alumno para identificar los objetivos prerrequeridos, a fin de definir las competencias previas necesarias para alcanzar los objetivos de aprendizaje. El proceso de planificación colaborativa descrito se sintetiza en la formulación del plan de aprendizaje personal (PLP) de cada estudiante. Se trata de un proceso colaborativo entre profesor y alumno, que conlleva cierta negociación, siempre y cuando inicialmente no estén de acuerdo con los objetivos, o sugieran medios alternativos para lograrlos. Así, pues, el PLP a veces se denomina Contrato de Aprendizaje. Esta terminología se sugirió inicialmente en la literatura sobre Educación de Adultos, por autores como Malcolm Knowles y Roger Hiemstra, pero en la actualidad se aplica en todos los niveles educativos. El término «contrato» resulta apropiado en tanto que el alumno se compromete a realizar ciertas actividades y así alcanzar ciertos resultados, y el profesor se compromete a orientar las actividades del alumno y a evaluar sus resultados de un modo formativo, lo que implica emprender acciones correctivas siempre que sea necesario.

4. Implementación, gestión y evaluación del plan «en colaboración»

Cuando los estudiantes son los titulares y responsables de su aprendizaje, se sienten más motivados para aprender y más implicados en el proceso de aprendizaje. Opinan sobre lo que están aprendiendo basándose en su experiencia personal y en cómo aprenden mejor, además de poder decidir sobre el modo de demostrar lo que saben para aportar evidencias de su aprendizaje. Cuando tiene opción de interactuar con el contenido, de analizar qué vieron, leyeron y aprendieron, están participando activamente como sujetos del aprendizaje. El profesor les guía en su trayectoria personal, más como facilitador que como instructor; o tal y como fue expresado elocuentemente por Alison King en un artículo: más como un guía que acompaña que como un sabio en la tarima. Además, los estudiantes deben demostrar dominio de las competencias contratadas y se les debe evaluar de acuerdo con un modelo basado en competencias. Los docentes deben ayudar a todos los estudiantes a tener éxito en el dominio de las competencias contratadas.

5. Desarrollo y utilización de competencias y procedimientos de aprendizaje del siglo XXI

En un entorno de aprendizaje personalizado, los alumnos necesitan poseer habilidades de aprendizaje autodirigido, a fin de poder acceder y hacer un uso apropiado de las herramientas y recursos pertinentes que les ayuden en el aprendizaje. También necesitan desarrollar y utilizar la capacidad de pensamiento crítico para sopesar la relevancia y el valor que tiene para ellos el contenido al cual acceden, para seleccionar y utilizar las herramientas más apropiadas como soporte para cualquier tarea de aprendizaje, etc… Como estudiantes del siglo XXI, les corresponde colaborar, compartir y aprender con sus profesores, grupos de iguales, expertos y otros estudiantes de todo el mundo. Ser un alumno conectado es algo esencial en un entorno de aprendizaje personalizado. Cada estudiante construye su propia red y enlaces de aprendizaje personalizado. Por lo tanto, la alfabetización digital es otro conjunto de capacidades esencial para el aprendizaje personalizado.

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