Cuando ocurre una tragedia, muchos medios escriben sobre ellas condenando a quienes consideran culpables, pidiendo responsabilidades e iniciativas para prevenir que vuelva a ocurrir. Pero a pesar de todas las movilizaciones que se generan, raramente se tiene el impacto necesario para crear conciencia y tomar medidas acertadas al respecto. Es lo que ocurrió con el derrumbe del Rana Plaza en Dhaka (Bangladesh), un hecho que sacudió los cimientos de la industria textil, pues alojaba cuatro fábricas de ropa que empleaban a unas 5.000 personas, la mayoría mujeres. La cifra de muertos ascendió a 1.129 y la de heridos a 2.515. La pregunta que centra esta publicación es: ¿cuál sería el resultado, si el poder de narrar estos sucesos se encontrara en manos de las personas que los protagonizan?
Lensational, una empresa social cuya misión se resume en imaginar y trabajar por un mundo en el que, a través de la fotografía, las mujeres puedan expresarse libremente, cumplir sus aspiraciones y ser representadas de manera digna, después de una experiencia basada en talleres de fotografía en fábricas de Daka y Gazipur, vio la oportunidad de ampliar su impacto proporcionando capacitación en producción de video a las hijas de las trabajadoras del sector textil. Habitualmente, los beneficios de la capacitación en producción de video en este contexto son dos:
- A través del video, las jóvenes pueden compartir y ofrecer una perspectiva distinta de sus vidas en la industria del vestido a pesar de la baja alfabetización y el acceso limitado a la educación.
- A largo plazo, las habilidades que obtienen mejoran su confianza en sí mismas. También favorece el acceso a empleos mejor remunerados en industrias con mejores condiciones laborales.
Bajo esta premisa, Lensational y Rainbow Collective, una compañía de producción documental que trabaja en proyectos de cambio social en Dhaka, idearon la iniciativa Daughters of Bangladesh. Su objetivo general es proporcionar más oportunidades educativas a las hijas e hijos de las trabajadoras del sector textil. Farzana, Nasrin, Tania, Hafiza y Runa, cinco niñas de entre 7 y 15 años, recibieron material y capacitación para escribir y filmar una película sobre sus propias vidas. Las chicas escribieron sobre ellas mismas y sobre cómo el trabajo del textil afecta a sus vidas y las vidas de sus madres. Lo hicieron reclutando a sus amigos para que desempeñaran, fielmente, los roles que también tienen en sus vidas.
En un breve espacio de tiempo, nació el documental Ami, Amar, Ma. Una producción basada, como adelantamos, en narrar su experiencia de vida y la relación con sus madres, que se encuentran entre los millones de mujeres que trabajan en las fábricas de ropa de Bangladesh. Una pieza de valor que crea conciencia sobre cuestiones cruciales como la transparencia en la cadena de producción laboral y la necesidad de empoderar a las mujeres y las niñas.
Las trabajadoras del sector textil representan el 80% de la fuerza laboral en Bangladesh, y se les paga un salario mínimo de £ 2,40 por producir ropa para las grandes marcas occidentales. Aunque la industria ofrece oportunidades de trabajo valiosas para que las mujeres puedan ser independientes financiera y socialmente, sus malas condiciones laborales y sus salarios excesivamente bajos, afectan a su salud física y a la conciliación familiar.
Los hijos sufren las consecuencias de esas largas jornadas de trabajo y las malas condiciones laborales. Quizás las más impactadas son las hijas, que tienen que ocuparse de las tareas domésticas y las responsabilidades de cuidado familiar a una edad muy temprana. Esto desemboca en una disminución drástica de las posibilidades de asistir a la escuela, en un país donde el nivel educativo es uno de los más bajos del mundo.
Desafortunadamente, Bangladesh es solo uno de los muchos países afectados por la producción injusta de prendas de vestir. Por lo que este proyecto, para un mayor impacto, debería ser replicado en otros países como India, Indonesia y Camboya.
Para saber más, accede al espacio web de la iniciativa:
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