Personalizando el aprendizaje en el aula

“Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo”. En esta frase de Benjamin Franklin se condensa la esencia del aprendizaje personalizado, un enfoque cuyos orígenes y elementos fundamentales ya hemos tratado en el Observatorio. En este post hablaremos de tres formas de llevarlo al aula: el aprendizaje invertido, el aprendizaje basado en retos y el aprendizaje basado en el lugar.

Personalizando el aprendizaje en el aula

Dando la vuelta a la educación: aprendizaje invertido

En el año 2006, dos profesores llegaron a enseñar química a una escuela rural de Colorado, en Estados Unidos. Enseguida se dieron cuenta de que muchos de sus estudiantes, involucrados en actividades deportivas y extraescolares, perdían muchas clases cuando se desplazaban a otros centros para desarrollar esas actividades. Además de eso, habían detectado casos en los que los alumnos tenían dificultades para entender los conceptos o en los que, cumpliendo los requisitos para aprobar la asignatura, no estaban aprendiendo lo necesario. Un día, uno de estos profesores leyó en una revista de tecnología un artículo que le mostró la posibilidad de grabar una presentación en PowerPoint, incluyendo voz y notas, y convertirla en un archivo de vídeo para su distribución online. Este hallazgo evitaría que el alumnado perdiera clases y, por tanto, las enseñanzas impartidas. Había nacido el aprendizaje invertido (Bergmann y Sams, 2012).

El aprendizaje invertido es un enfoque pedagógico en el que la llamada instrucción directa (esa en la que el docente “instruye” al alumno proporcionándole una serie de conocimientos estructurados y necesarios para el aprendizaje posterior) se traslada a la esfera individual (por ejemplo, en lugar de asistir a una “clase magistral” presencial el estudiante puede ver un video en su casa). Así, el tiempo de clase presencial y en grupo se utiliza para desarrollar actividades de aprendizaje significativo e interactivo, en el que el educador guía a los estudiantes mientras aplican los conceptos y se involucran de forma creativa en la materia (a través, por ejemplo, de discusiones, proyectos, laboratorios…) (FLN, 2014).

La idea es que el estudiante se mantenga más activo y participativo durante las clases, al tiempo que se enfrenta a situaciones en las que debe reflexionar sobre el aprendizaje y crear conocimiento. Para esto, trasladamos a casa la parte más mecánica del aprendizaje y dejamos para el colegio la parte más activa.

No solo vídeo

Aunque el vídeo es uno de los principales recursos utilizados para el aprendizaje invertido, también pueden utilizarse otros materiales y recursos, digitales o no. Por ejemplo, podcasts, videografías, lecturas, periódicos… Lo importante es que ese contenido sea intencional y dirigido (Román, 2020).

Los cuatro pilares del aprendizaje invertido

Para aplicar correctamente este enfoque, es preciso tener en cuenta algunos aspectos básicos, los pilares del aprendizaje invertido, formulados por algunos de sus teóricos más destacados. ¿Cuáles son estos pilares? (FLN, 2014).

  • Ambiente flexible. Este pilar hace referencia a la adaptabilidad del entorno de trabajo, tanto físico (reordenación del espacio y del trabajo individual y/o grupal del alumnado) como espacio temporal, porque el alumnado puede decidir dónde y cuándo aprender y el profesorado debe flexibilizar el tiempo necesario para que se produzca ese aprendizaje.
  • Cultura de aprendizaje. A diferencia de otros modelos más centrados en el docente, en el aprendizaje invertido el alumno se convierte en el centro del proceso de aprendizaje y se involucran muy activamente en la construcción del conocimiento, participando y evaluando su aprendizaje de una forma que les resulta personalmente significativa.
  • Contenido intencional. El contenido de una clase invertida debe estar muy pensado. Es preciso tener siempre en mente cómo puede usarse el aprendizaje invertido para que los estudiantes aprendan lo que necesitan y de la manera en la que lo necesitan. Hay que pensar qué es necesario enseñar y qué materiales deben ser explorados por lo estudiantes de forma autónoma. Los educadores utilizan el contenido para maximizar el tiempo de clase y adoptar métodos activos de aprendizaje centrados en el estudiante, dependiendo del nivel educativo y de la materia o asignatura.
  • Educador profesional. El último pilar que nos proponen hace referencia al papel fundamental y más exigente del profesorado en un aula invertida que en una tradicional, cuyo papel se transforma para observar, guiar y evaluar el trabajo del alumnado en tiempo real, reflexionar sobre su práctica, compartir y aprender de otros docentes o asumir roles menos visibles dentro del aula.

En esta guía de Fundación Telefónica tienes mucha más información sobre el aprendizaje invertido y sus posibilidades. Descárgatela.

¡Acepto el reto!

ABRHacer un plan de ahorro energético para el colegio, planificar y montar una empresa que venda productos de comercio justo, organizar un evento para recoger fondos para personas refugiadas en tu comunidad… El aprendizaje Basado en Retos consiste en trabajar con los estudiantes una solución a un reto real que existe en nuestro entorno o en nuestra sociedad. Volviendo a la frase de Benjamin Franklin: Involúcrame y lo aprendo.

Este enfoque pedagógico involucra activamente al estudiante en una problemática real, relevante y de vinculación con el entorno, que implica la definición de un reto y la implementación de una solución. Es una metodología muy parecida al Aprendizaje Basado en Problemas, sin embargo, se diferencia de este en que en el aprendizaje basado en retos resolvemos un problema real y no un problema específicamente diseñado para el aula.

Las fases

Cuando hablamos de Aprendizaje Basado en Retos (ABR), podemos distinguir las siguientes fases (Mosquera, 2019):

  • Elección del tema: se plantea un tema genérico que pueda ser investigado desde diferentes puntos de vista, que resulte atractivo para los alumnos y que suponga un reto social. Puede ser el cambio climático, el ahorro energético, la pobreza o las personas refugiadas.
  • Brainstorming y formulación de preguntas. Una vez se haya escogido el tema, se hará una puesta en común en la que los alumnos reflexionarán y formularán preguntas en forma de lluvia de ideas, para llegar a una pregunta troncal que deberá ser reflejo de su interés y de las posibles necesidades sociales de mejora para su comunidad. De ahí surgirá la propuesta del reto.
  • Desarrollo del reto. Por medio de preguntas, actividades y recursos se intentará buscar la solución más adecuada al problema encontrado. En esta fase las TIC juegan un papel muy importante para la investigación y la búsqueda de información.
  • Comprobación en contexto. Se probará la eficacia de la solución escogida en entornos reales.
  • Difusión del trabajo. Se compartirán los resultados, dándoles difusión, por ejemplo, mediante un vídeo o publicaciones en un blog.
  • Evaluación. La autoevaluación y el aprendizaje a través del error serán parte fundamental de la evolución natural del trabajo. Igualmente habrá evaluación continua por parte del docente o docentes implicados, además podrían incluirse evaluaciones externas de otros agentes sociales partícipes en la consecución de los objetivos marcados. Será necesario contar con instrumentos de evaluación formal e informal.

Beneficios del Aprendizaje Basado en Retos

El Observatorio de Innovación Educativa del Tecnológico de Monterrey analizó en profundidad este enfoque pedagógico y estableció algunos de sus beneficios más significativos sobre los estudiantes (Observatorio de Innovación Educativa, 2020). Entre estos, podemos destacar los siguientes:

  • Comprensión profunda: los estudiantes logran una comprensión más profunda de los temas, aprenden a diagnosticar y definir problemas antes de proponer soluciones, así como también desarrollan su creatividad.
  • Compromiso: los estudiantes se involucran tanto en la definición del problema a ser abordado como en la solución que desarrollarán para resolverlo.
  • Aprendizaje, sensibilización y colaboración: los estudiantes se sensibilizan ante una situación dada, desarrollan procesos de investigación, logran crear modelos y materializarlos, trabajan colaborativa y multidisciplinariamente.
  • Comunidad: Los estudiantes se acercan a la realidad de su comunidad, establecen relaciones con gente especializada que contribuye a su crecimiento profesional.
  • Relevante y conectado: los estudiantes fortalecen la conexión entre lo que aprenden en la escuela y lo que perciben del mundo que los rodea.
  • Habilidades de comunicación: los estudiantes tienden a desarrollar habilidades de comunicación de alto nivel, a través del uso de herramientas sociales y técnicas de producción de medios, para crear y compartir las soluciones desarrolladas por ellos mismos.

Cuando la escuela se hace vida: Place-Based Learning

Dice un viejo proverbio africano que “Para educar a un niño, hace falta la tribu entera”. En esta línea, y estrechamente relacionado con el Aprendizaje Basado en Retos, encontramos el Aprendizaje Basado en el Lugar o Place-Based Learning. Este enfoque da una vuelta más llevando el aprendizaje a contextos locales, añadiendo la implicación directa de diversas organizaciones del lugar y adoptando una perspectiva intercultural, basada en la cultura, la historia y las costumbres. Los estudiantes están más comprometidos porque saben que están haciendo un trabajo real, los profesores se revitalizan al crear oportunidades de aprendizaje emocionantes y la escuela asume un papel más activo en la comunidad.

Por ejemplo, los estudiantes pueden cumplir sus objetivos académicos cartografiando las áreas verdes de su comunidad o elaborando una publicación sobre las recetas tradicionales locales. Así, se sumergen en el patrimonio, la cultura, el paisaje y las experiencias locales mientras utilizan estas experiencias para el estudio de la lengua, las matemáticas, los estudios sociales, las ciencias naturales y cualquier otra materia de su plan de estudios.

¿Qué puede conseguirse a través de este enfoque de aprendizaje?

  • El aprendizaje es personalmente relevante para el alumno.
  • Las experiencias de aprendizaje contribuyen a la vitalidad de la comunidad y a la calidad del medio ambiente y apoyan el papel de la comunidad en el fomento de la calidad medioambiental global.
  • El aprendizaje se apoya en asociaciones sólidas y variadas con organizaciones, agencias, empresas y gobiernos locales.
  • El aprendizaje es interdisciplinario.
  • Las experiencias de aprendizaje se adaptan al público local.
  • El aprendizaje se fundamenta y apoya en el desarrollo del amor por el lugar en el que uno vive.
  • Sirve de base para comprender y participar adecuadamente en los problemas regionales y mundiales.
  • Los programas de educación basados en el lugar son parte integrante de la consecución de otros objetivos institucionales.

 

REFERENCIAS

Bergmann, J. y Sams, A. 2012. Flip your Classroom. Reach Every Student in Every Class Every Day. ISTE.

Flipped Learning Network (FLN). (2014) The Four Pillars of F-L-I-P™. Consultada el 28 de marzo de 2022. Disponible en

Mosquera, I. (Julio, 2019). Aprendizaje basado en retos: ¡acepta el desafío! UNIR. La Universidad en Internet. Consultada el 28 de marzo de 2022. Disponible en https://www.unir.net/educacion/revista/aprendizaje-basado-en-retos-acepta-el-desafio/

Promise of Place. (Abril, 2021). Principles of Placed-Based Education. Consultada el 28 de marzo de 2022. Disponible en https://promiseofplace.org/what-is-pbe/principles-of-place-based-education

Román, R. (Agosto, 2020). Aprendizaje invertido – Una opción para todos. Instituto para el Futuro de la Educación- Observatorio. Tecnológico de Monterrey. Consultado el 28 de marzo de 2022. Disponible en https://observatorio.tec.mx/edu-news/aprendizaje-invertido-una-opcion-para-todos

  1. AA. 2015. Aprendizaje basado en Retos. Tecnológico de Monterrey. Edu Trends, Año 2, nº6. Actualizado en junio de 2020.

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