Galileo se refirió a ellas como el alfabeto con el que había sido escrito el universo y lo cierto es que las matemáticas son la clave a través de la cual podemos descifrar e interpretar el mundo que nos rodea. Sobre todo, ahora que la inteligencia artificial y todo su ecosistema digital han conseguido cosas inimaginables hace tan solo unos años. Sin embargo, los datos nos dicen que algo no funciona. Deberían ser apasionantes, pero resultan tediosas (cuando no temidas) para la mayoría de los estudiantes del mundo. Deberían ayudarnos a entender el mundo, pero aburrimos a nuestras niñas y niños haciendo cálculos infinitos hasta la extenuación. El mundo ha cambiado pero la forma de enseñar matemáticas no lo ha hecho. ¿Qué podemos hacer para arreglar esta situación?
¿Es mejor pedir dos pizzas medianas o una familiar? ¿Por qué no consigues que te salga el cromo de Messi si se imprime la misma cantidad de cromos de todos los jugadores? ¿Por qué se cuelgan los ordenadores? ¿Pueden ayudar las matemáticas a ganar una guerra? ¿Y a ligar? ¿Y a fichar mejores jugadores de béisbol con poco dinero? ¿Sabes por qué los números cuadrados se llaman así? ¿Quieres saber qué beatle escribió realmente la canción In my life? ¿Y quién es el personaje más difícil de matar en Juego de Tronos? La respuesta a todas estas preguntas está en las matemáticas.
Disciplina apasionante. Odiada asignatura.
“Todo es número”. Lo dijo Pitágoras hace miles de años. La música, el movimiento de los planetas… todo podía expresarse a través de los números y las relaciones que se establecen entre ellos. Galileo se refirió a ellas como “el alfabeto con el que había sido escrito el universo.” Muchas de las cosas más increíbles y alucinantes de las que suceden en este planeta se hallan vinculadas a las matemáticas o han sido impulsadas por ellas. Quizás, por tanto, la pregunta más importante a la que debemos encontrar respuesta es la siguiente: ¿Cómo es posible, si son tan apasionantes y originan cosas tan increíbles, que sean una de las asignaturas más aburridas y odiadas por todos los estudiantes? ¿Qué estamos haciendo mal cuando las enseñamos?
Los expertos lo tienen claro: es urgente enseñar matemáticas a todos los niños del mundo. Estas no solo ayudan, como hemos visto, a entender mejor el entorno en el que vivimos, también son vitales para solucionar los problemas y los retos que nos plantea el mundo en el que viviremos: desde el calentamiento global a problemas sociales y políticos como las crisis migratorias o sanitarias. Porque, independientemente de qué profesión elijamos, las matemáticas nos van a enseñar a ver el mundo desde su lógica interna. A plantear los problemas adecuados y saber cómo resolverlos. Si quieres ser un ciudadano competente en el siglo XXI, tienes que saber utilizar bien las matemáticas. Y esto ya no lo dice Pitágoras. Lo dice PISA en su marco teórico para las pruebas matemáticas de 2021.
Sin embargo, y a pesar de que vivimos en un mundo más y más explícitamente matemático, esta asignatura cada vez se enseña peor en las escuelas. Y, así, nos encontramos, por un lado, con estudiantes aburridos y sufridores que no logran encontrarle el encanto a la asignatura y, por otro, con maestros frustrados y desmotivados que no consiguen interesar a sus alumnos. También están las instituciones que observan, un tanto perplejas, cómo los estudiantes obtienen cada vez peores resultados en las pruebas nacionales e internacionales y se muestran desorientados a la hora de asumir acciones y políticas públicas para arreglar esta situación.
Menos repetir y más razonar
¿Y qué piensan los matemáticos? La mayoría está de acuerdo: estamos enseñando mal la asignatura. Por ejemplo, en España, el Comité Español de Matemáticas (Cemat) acaba de publicar un informe destinado al Ministerio de Educación en el que identifica que uno de los mayores problemas de la enseñanza de esta asignatura es que es necesario “menos repetición y memorización” y “más razonamiento lógico”. En esta misma línea, el físico y matemático por la Universidad de Cambridge, Conrad Wolfram, también piensa que la enseñanza de las matemáticas está completamente desconectada del mundo actual y que poner el foco en hacer cálculos a mano hasta la extenuación, que es lo que ocupa una buena parte del tiempo de nuestros estudiantes, ha dejado de tener sentido en un mundo en el que los ordenadores hacen eso mucho mejor y más rápido que nosotros. Las matemáticas son mucho más que eso. Por ejemplo, saber plantearse la pregunta adecuada. Y ser capaces de tomar ese problema y transformarlo en un problema matemático para poder resolverlo (eso sí es cálculo) y, finalmente, devolverlo al mundo real una vez verificado. Wolfram cree que los niños deberían centrarse en aprender a realizar todos estos pasos porque los cálculos ya los realiza el ordenador. Lo explica en esta charla Ted que cuenta con casi 1.800.000 visualizaciones.
Sin embargo, los estudios de matemáticas viven un auge sin precedentes. Aquellos “privilegiados” que, a pesar de todo, consiguen enamorarse y observan y entienden el mundo desde su magia, son “especímenes” súper demandados por empresas de todos los sectores. Hace dos décadas, en las universidades españolas bastaba un 5 (aprobado justo) para entrar en las carreras de Ciencias Exactas o de Ciencias Físicas. En 2018 tenían la nota de corte más alta de todas: un 13,66 sobre 14.
Está claro que el correcto estudio y aprendizaje de las matemáticas es y será cada vez más importante para que niñas y niños puedan convertirse en los ciudadanos que demanda la nueva sociedad que estamos creando. Y esto es así para todos los estudiantes del mundo. Actualmente ya existe una gran diferencia en los resultados de aprendizaje entre los países más y menos desarrollados. Esa brecha no puede seguir creciendo. Si las matemáticas juegan un papel decisivo en el futuro del mundo debemos asegurarnos de que todos pueden aprenderlas. Afortunadamente ya existen programas y propuestas educativas para ello. En las próximas semanas veremos cuál es la situación actual de las matemáticas en algunos contextos vulnerables y cuáles son algunos de los programas más innovadores y sugerentes para la enseñanza de las matemáticas que, desde el mundo digital, pueden cubrir esta gran carencia educativa.
Este post es el primero de una serie que pretende analizar la situación general del aprendizaje de las matemáticas en contextos vulnerables y ofrecer algunas iniciativas que abordan la adquisición de la competencia matemática desde perspectivas más innovadoras (como es el caso del Método Singapur, Jump Math, ItenLearning o el Oráculo Matemágico).