Según UNICEF, en el año 2019, unos 175 millones de niños y niñas de 3 a 6 años en el mundo carecían de acceso a la educación formal. Aún más, en el caso de América Latina, de acuerdo a un informe desarrollado por UNESCO, CEPAL y UNICEF en el mismo año, la tasa bruta de matrícula en primera infancia (de 2 a 5 años) fue del 46,6%, lo que implicaba que menos de la mitad de los niños y niñas tenían acceso. Esta situación es crítica, considerando la importancia de la educación en el desarrollo social, cognitivo y emocional de los infantes, como ya lo reconocía Jean Piaget en la década de los 80.
Para abordar esta alarmante falta de acceso a la educación en primera infancia, se han desarrollado algunas iniciativas pedagógicas innovadoras. Entre estas destaca la propuesta promovida por la empresa social colombiana AeioTu, inspirada en la filosofía educativa Reggio Emilia, del maestro y pedagogo italiano Loris Malaguzzi, que se combina con el uso de tecnologías digitales como un medio para construir comunidad educativa. En este artículo hablamos de ella.
AeioTu es una propuesta inspirada en la filosofía educativa Reggio Emilia que se apoya en la tecnología para construir comunidades educativas de manera innovadora y sostenible.
La niñez en el centro del aprendizaje
La propuesta de Loris Malaguzzi fue desarrollada después de la Segunda Guerra Mundial, dando origen al modelo educativo Reggio Emilia. Allí el principal punto de innovación se sitúa en el rol que se otorga a los niños y niñas en el proceso educativo, reconociendo que ellos son capaces de generar su propio aprendizaje. De esta manera, y según el propio Malaguzzi, la oferta educativa debería concentrar, entonces, su atención en generar las condiciones para que niñas y niños utilicen sus conocimientos de manera autónoma.
En Colombia, el 50% de los niños menores de cinco años no recibe una atención integral de calidad. Por tanto, no desarrollan las habilidades necesarias para cambiar el rumbo de sus vidas. Inspirado en la filosofía educativa Reggio Emilia y adaptándola a las particularidades del contexto en el que desarrollan su actividad, aeioTU nació en el año 2008 como un modelo escolar innovador que proporciona un desarrollo de la primera infancia de alta calidad a los niños menores de cinco años. Su método educativo se basa en la creatividad y el descubrimiento mediante el arte, el juego y la exploración, en el que el niño es el centro del proceso de aprendizaje. Su propósito es formar comunidades educativas de manera innovadora y sostenible, por medio del desarrollo del potencial de la primera infancia, para que así los niños y niñas se conviertan en ciudadanos competentes, creativos y constructores de sociedad.
AeioTu opera a través de cuatro líneas estratégicas: sus jardines infantiles y centros propios, en los que aplican directamente su modelo educativo; la Red AeioTu, una comunidad social de aprendizaje; consultorías y proyectos, a través de los cuales acompañan a otros centros para mejorar sus conocimientos y experiencia, y, por último, su línea de Abogacía e incidencia, a través de la cual movilizan a grupos multisectoriales para diagnosticar y priorizar estrategias para asegurar el desarrollo de la primera infancia.
La experiencia educativa desarrollada por AeioTU ha reportado resultados prometedores hasta el momento. En los últimos 15 años, esta organización ha impactado a más de 457.000 niños y niñas, ha mejorado las habilidades de casi 32.000 maestros y maestras, además de influir en las prácticas de crianza de más de 377.000 familias. De acuerdo a un estudio longitudinal, realizado conjuntamente por la Universidad de los Andes (Colombia) y el National Institute for Early Education Research de la Universidad de Rutgers (EEUU), existirían beneficios estadísticamente significativos de la implementación de este tipo de metodología en jardines infantiles en contextos vulnerables. En base a los resultados, sería posible afirmar que los niños y niñas que asisten a los jardines aeioTU cuentan con un desarrollo lingüístico más rico, tienen mayores niveles de uso de lenguaje expresivo y logran un desarrollo cognitivo mayor, en comparación con niños y niñas de la misma edad, que viven en contextos socioculturales similares y no asisten al jardín.
En los últimos 15 años, esta organización ha impactado a más de 457.000 niños y niñas, ha mejorado las habilidades de casi 32.000 maestros y maestras, además de influir en las prácticas de crianza de más de 377.000 familias.
Educación con tecnología para la primera infancia
La propuesta de aeioTU no se restringe a experiencias presenciales en jardines infantiles. Con los años también se ha desarrollado una oferta de servicios digitales que han permitido ampliar su alcance y abordar nuevos desafíos. Estos fueron ideados con anterioridad a la pandemia de COVID-19, pero circunstancialmente se fortalecieron por las limitantes propias que implicó el confinamiento.
El primer registro de una innovación basada en tecnología de aeioTU se desarrolló en el año 2012, con la creación del software “ConecTU”, una herramienta destinada al seguimiento del desarrollo de los niños y niñas. Gracias a esta, el maestro o maestra puede realizar un análisis de cada niño, de manera individual o en comparación con otros su misma edad, para promover experiencias que le permitan fortalecer todas las dimensiones de su desarrollo.
En el año 2020 avanzaron en la creación de su primera plataforma de e-learning, “Aprendiendo”, experiencia piloto que buscaba ser una herramienta de autogestión para ayudar a los y las educadoras que trabajan en los jardines a continuar fortaleciendo el modelo educativo. Con el conocimiento obtenido gracias al proyecto, se generaron las bases de la “Red aeioTU”, plataforma lanzada en el año 2021 bajo un enfoque de comunidad social de aprendizaje y que cuenta con más de 2.500 contenidos gratuitos , 41 cursos y dos diplomados. De acuerdo a Nehyi Quintero, directora digital de la institución, buscan generar “una plataforma donde se cree una comunidad alrededor de la primera infancia y en la que las personas puedan interactuar entre ellas, solucionar retos y cocrear tejido social.”
Actualmente la plataforma también cuenta con contenidos desarrollados para generar procesos de interacción entre adultos e infantes. En este sentido, Nehyi destaca: “hay más de 200 cuentos grabados (…) para incentivar la interacción entre adultos y niños, para que haya un momento en el que nos sentemos, escuchemos el cuento y después construyamos nuevas versiones de esas historias.” Este elemento es clave, dado que la tecnología se convertiría en una herramienta para fortalecer el desarrollo de los niños y niñas, generando interacciones significativas, además de incentivar el pensamiento creativo y la resolución de problemas.
aeioTu: lo mejor de cada mundo
El uso de tecnologías digitales en primera infancia abre el camino para ampliar los vehículos de aprendizaje en la actualidad, permitiendo ampliar su alcance y promoviendo el intercambio de conocimientos prácticos entre los ecosistemas de primera infancia. Las acciones que impulsa la “Red aeioTU” implican no solo el acceso a todo un sistema de aprendizaje digital, sino que también posibilitan el intercambio de conocimiento. En palabras de su directora ejecutiva, María Adelaida López, «es un excelente medio para llegar no solamente a los educadores, sino también a los líderes y a todo el ecosistema de primera infancia de la región».
Para esta responsable es necesario caminar hacia una educación híbrida, que permita aprovechar los beneficios de ambos mundos: «necesitamos deconstruir los escenarios donde suceden los aprendizajes, para llevar un modelo de alta calidad, con diferentes metodologías y experiencias, a diversos entornos.»
La inspiración en la filosofía educativa de Reggio Emilia sirve de sustento teórico para fomentar una nueva forma de aprendizaje dentro de las aulas, donde las tecnologías son un medio y una oportunidad para materializar su potencial, reconociendo siempre la importancia de la comunidad educativa.
El caso de aeioTU es un ejemplo de cómo el uso efectivo de los dispositivos tecnológicos permite mejorar la educación en la primera infancia, avanzando en un camino de construcción y articulación en el que la tecnología se pone al servicio de la comunidad. La inspiración en la filosofía educativa de Reggio Emilia sirve de sustento teórico para fomentar una nueva forma de aprendizaje dentro de las aulas, donde las tecnologías son un medio y una oportunidad para materializar su potencial, reconociendo siempre la importancia de la comunidad educativa. Para evitar las potenciales consecuencias negativas del uso de tecnologías sin el acompañamiento de adultos, son los directivos, educadores y cuidadores los y las responsables de situar a los niños y niñas en el centro del proceso de aprendizaje, utilizando las tecnologías digitales como un catalizador de estos nuevos conocimientos.
