Diferénciate de las máquinas: habilidades que importan

En un mundo en el que las inteligencias artificiales se encuentran cada vez más presentes en todos los ámbitos, resultará fundamental cultivar las habilidades y competencias que nos hacen más humanos. En este artículo vemos cuáles son y cómo hacerlo.

Diferénciate de las máquinas: habilidades que importan

Como ya hicieron en su día la imprenta o la electricidad, hoy, la inteligencia artificial está cambiando el mundo de una forma que seguramente excede los límites de nuestra imaginación. Las noticias con las que nos levantamos cada día empiezan a dejar atrás a los grandes autores de la ciencia ficción.

Sin ir más lejos, desde hace unos pocos meses, contamos con un nuevo “juguete” que nos tiene a todos como locos enganchados a las conversaciones, a veces más surrealistas, probando las posibilidades de la IA: ayudar a programar un bot, contestar y redactar más que aceptablemente la respuesta a múltiples preguntas, escribir la historia de un encuentro entre un personaje real y uno de ficción o imaginar la entrevista que podría haberse producido entre, por decir algo muy bizarro, Sir Winston Churchill y Penélope Cruz. El límite lo pone tu imaginación.

Efectivamente, aunque aún muy lejos de la perfección, ChatGPT, un robot virtual capaz de generar textos tan coherentes que podrían confundirse con los humanos y ha aprobado los exámenes de posgrado de derecho, economía de varias universidades estadounidenses, ha hecho resurgir con fuerza el debate de la robotización progresiva de nuestra sociedad y sus mil connotaciones: ¿cómo gestionar su uso en instituciones educativas? ¿Podrá sustituir a periodistas, escritores, abogados, médicos y analistas financieros? Le hemos hecho esa pregunta al propio Chat GPT y esto es (literalmente) lo que nos ha contestado:

La inteligencia artificial (IA) es una herramienta poderosa y en constante evolución que está teniendo un impacto significativo en una variedad de campos. En algunos casos, la IA ya se utiliza para realizar ciertas tareas que antes eran realizadas por seres humanos, como por ejemplo:

  • En periodismo, la IA ya se utiliza para crear noticias básicas y resúmenes de noticias, aunque todavía no puede reemplazar la habilidad de un periodista para analizar y presentar noticias complejas y desarrollar investigaciones exhaustivas.
  • En la escritura, la IA puede crear textos simples, como informes y descripciones, pero aún no puede igualar la creatividad y la capacidad de escribir una historia cautivadora y única que posee un ser humano.
  • En el campo del derecho, la IA ya se utiliza para realizar búsquedas de precedentes y asesoramiento legal básico, pero aún no puede reemplazar la habilidad de un abogado para analizar información compleja, establecer estrategias legales y argumentar en un juicio.
  • En el campo médico, la IA ya se utiliza para ayudar en el diagnóstico y el tratamiento de ciertas enfermedades, pero no puede reemplazar la habilidad de un médico para establecer una relación de confianza con el paciente y tomar decisiones en base a información compleja y a menudo subjetiva.
  • En el campo financiero, la IA ya se utiliza para analizar grandes cantidades de datos y tomar decisiones de inversión, pero aún no puede reemplazar la habilidad de un analista financiero para comprender y analizar la información financiera de manera holística.

Habilidades socioemocionalesEn resumen, aunque la IA puede automatizar ciertas tareas y aumentar la eficiencia, no puede reemplazar completamente el juicio humano, la creatividad, la intuición y la empatía. Por lo tanto, es poco probable que la IA reemplace completamente a los periodistas, escritores, abogados, médicos y analistas financieros en un futuro cercano. En cambio, es más probable que la IA sea utilizada como una herramienta complementaria para mejorar la productividad y la precisión en estos campos.

Fin de la cita.

Así que no. Parece que “de momento” (y esto es una desasosegante cita literal), no va a sustituir al ser humano en el ejercicio de estas profesiones.

En su respuesta, ChatGPT nos ofrece la clave que usaremos como argumento central de este artículo. Porque está claro que no vamos a poder competir con un algoritmo capaz de procesar millones de datos en segundos. Pero sí podemos hacerlo, como bien dice la propia inteligencia artificial, usando nuestra capacidad crítica para investigar y escribir noticias, reportajes y artículos complejos, así como para ejercer el derecho o tomar decisiones financieras de una forma holística; nuestra creatividad y vivencias para escribir una historia emocionante o nuestra empatía para conectar con los pacientes y tomar decisiones médicas complejas. Porque, en un mundo en el que los algoritmos y los robots están cada vez más presentes, serán estas habilidades las que marquen la diferencia.


Está claro que no vamos a poder competir con un algoritmo capaz de procesar millones de datos en segundos. Pero sí podemos hacerlo en capacidad crítica, creatividad o empatía.

Indaguemos un poco en estas habilidades y en otras muchas que no solo nos ayudarán a diferenciarnos de las inteligencias artificiales sino que nos ayudarán a transitar por un mundo en constante cambio, que nos plantea desafíos de tal magnitud que requerirán de muchas más habilidades que las esencialmente cognitivas en las que actualmente se centran nuestros sistemas educativos.

Pensamiento crítico

Habilidades socioemocionalesEl pensamiento crítico es la habilidad para analizar información, evaluarla de manera objetiva y tomar decisiones informadas basadas en evidencia. Incluye la capacidad de analizar y sintetizar información, identificar patrones y relaciones, evaluar la validez y la confiabilidad de la información, y llegar a conclusiones informadas. Por otro lado, el pensamiento crítico también nos ayuda a cuestionar nuestras propias creencias personales, para evitar sesgos y prejuicios.

La importancia de esta habilidad es inmensa en una sociedad como la actual, en la cantidad de información que recibimos a cada momento, y la capacidad de fabricación de noticias falsas, supera los límites de lo imaginable. Investigar el origen de la información que recibimos, hacernos preguntas críticas sobre ella, cuestionarnos sus porqués, identificar sus sesgos… son algunas estrategias que debemos aprender a usar para desarrollar esta habilidad fundamental.

Creatividad

Creatividad e inteligencia artificialLa creatividad puede definirse de muchas maneras: para Leonardo Da Vinci era “ver lo que todo el mundo ha visto y pensar lo que nadie más ha pensado”; para Albert Einstein, “la inteligencia divirtiéndose”; para J.K. Rowling, “imaginar algo que aún no existe y hacerlo existir”; para Van Gogh, era “su forma de compartir su amor por la vida”, para Steve Jobs, era la capacidad de conectar cosas que resultaban obvias después de un tiempo”, algo que suena parecido a aquello que Picasso sugirió cuando dijo aquello de “la inspiración existe, pero tiene que encontrarte trabajando”; y para Maya Angelou, “una travesura que no puede ser encerrada”. Estas definiciones sugieren que la creatividad surge de una combinación de curiosidad, imaginación, pasión y práctica.

En una definición más ortodoxa podríamos decir que la creatividad es la capacidad de generar ideas nuevas y útiles, o de combinar y transformar ideas existentes para producir algo original y valioso. Aunque suele asociarse al arte, la creatividad puede manifestarse en diferentes ámbitos de la vida: por ejemplo, en la ciencia es una habilidad fundamental; y en el mundo de la empresa y el emprendimiento, resulta crucial para desarrollar productos nuevos que den respuesta a una necesidad de mercado. Y por supuesto, todos nosotros, en nuestra vida diaria, necesitamos a veces de soluciones creativas para dar respuesta a problemas de lo más prosaico y cotidiano.

Otro prejuicio (muy dañino) asociado a la creatividad, es que hay que nacer con ella. La creatividad, como casi todo, puede desarrollarse a través de la educación. Fomentar la curiosidad, la experimentación y la observación atenta del mundo que nos rodea son algunas de acciones que pueden ayudarnos a fomentar esta habilidad.


La creatividad surge de una combinación de curiosidad, imaginación, pasión y práctica.

Autoconciencia, regulación emocional y empatía

La tríada de habilidades que componen la inteligencia emocional. La autoconciencia es la capacidad de comprender nuestros propios sentimientos, pensamientos, fortalezas y debilidades. Nos permite reconocer cómo nuestras acciones afectan a los demás y nos ayuda a tomar decisiones informadas y conscientes. Por su parte, la regulación emocional es la habilidad para controlar y regular nuestras emociones y la empatía se refiere a la capacidad de comprender y sentir las emociones y perspectivas de los demás. Ponerse en sus zapatos y caminar con ellos.

En la nueva sociedad de la información, más polarizada, diversa, compleja y cambiante que nunca, la empatía es una habilidad crucial pues nos permite comprender y respetar las diferencias culturales y sociales; también es esencial para la resolución de conflictos pues facilita la búsqueda de soluciones equitativas y satisfactorias para todas y todos.

Educar a las personas para sentir empatía desde la infancia es crucial para la consecución de una sociedad más justa equitativa y compasiva.


Educar a las personas para sentir empatía desde la infancia es crucial para la consecución de una sociedad más justa equitativa y compasiva.

Pasión y perseverancia

Antes de inventar la bombilla eléctrica, el inventor Thomas Edison tuvo que realizar más de 1.000 experimentos que no obtuvieron los resultados deseados; Meryl Streep, una de las actrices más premiadas y reconocidas de la historia del cine fue rechazada varias veces antes de conseguir alcanzar el éxito (lo mismo le había sucedido, antes que a ella, a otra de las grandes laureadas, Katharine Hepburn); también J.K. Rowling escuchó varios “noes”, antes de ver publicado su primer libro de la saga que la convirtió en leyenda; y el Presidente Lincoln asumió deportivamente varios fracasos políticos antes de ser elegido Presidente y, hablando de deportes, Michael Jordan, una leyenda viva del baloncesto fue descartado del equipo en el instituto.

Con esto queremos decir que la perseverancia, indisolublemente unida a la pasión por lo que uno hace, es una habilidad absolutamente esencial para la consecución de nuestros objetivos y, en un mundo cada vez más competitivo y complejo, también lo es para desenvolverse en la sociedad del siglo XXI.

En su libro, Grit: el poder de la pasión y la perseverancia, Angela Duckworth, profesora de psicología en la Universidad de Pensilvania y una de las mayores estudiosas sobre el tema, encontró en sus investigaciones que la perseverancia y la pasión son incluso más importantes que la inteligencia o el talento en la determinación del éxito a largo plazo. En este sentido, Duckworth también ha estudiado la importancia de la llamada mentalidad de crecimiento (la creencia en que las habilidades y capacidades pueden desarrollarse a lo largo del tiempo y no son algo inmutable, con lo que hay que nacer).

Una nueva educación

Estas son solo cuatro, pero podemos citar muchas más: trabajo en equipo, comunicación, flexibilidad cognitiva… No son nuevas, pero sí son críticas en el siglo XXI, y continuarán siéndolo para resolver sus retos y desafíos. El mundo necesita de personas críticas, creativas, perseverantes, apasionadas, flexibles y empáticas. Por eso, los sistemas educativos deben introducir el aprendizaje de estas competencias al mismo nivel que las competencias cognitivas. Así, de la misma manera que la Revolución Industrial propició la aparición de un tipo de educación que, con muy pocas variaciones, ha perdurado hasta nuestros días, la revolución tecnológica debe favorecer una educación sustancialmente diferente, más centrada en las necesidades individuales de cada estudiante, y que les ayude a fomentar estas cualidades que les hacen esencialmente humanos.

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