En Asia se encuentran varias de las regiones en las que los resultados de las pruebas globales de análisis de sistemas educativos que realiza la OCDE (Informe PISA), son los más brillantes. Hablamos de China, Singapur, Macao y Hong Kong, y a nadie escapa la renta per cápita de estas zonas. Pero Asia es un continente extenso, y una de sus características elementales es la diversidad de las sociedades de sus diferentes países. Evidentemente esta contribución no pretende poner el foco en las regiones anteriormente mencionadas, sino justo en las que se ubican en el polo opuesto, aquellas que disponen de menores recursos para atender las necesidades de sus instituciones educativas.
Nos referimos a muchos de los países ubicados en la zona geográfica denominada Sudeste Asiático, región en la que Profuturo actualmente contribuye con su propuesta de mejora de la calidad educativa. Es uno de los contexto más polarizados, según el Índice de Desarrollo Humano de Naciones Unidas, podemos ubicar en un extremo a uno de los países más ricos del mundo, Singapur (posición 9), y en el otro, a varios de los más pobres: Filipinas (posición 106), Indonesia (posición 111) o Camboya (posición 146), por poner algunos ejemplos. En un escenario como el descrito, resulta imprescindible contar con herramientas que ayuden a definir las líneas de desarrollo por las que debe apostar un sistema educativo, que pretende dotar a sus estudiantes de las herramientas necesarias para combatir las altas desigualdades sociales.
Una de estas herramientas es Southeast Asia Teachers Competency Framework (SEA-TCF). La revitalización de la formación docente es una de las prioridades de los once países del sudeste asiático en la línea de trabajo que traza Southeast Asian Ministers of Education Organization (SEAMEO) para el período 2015 – 2035. Los once Ministerios de Educación de la región se percatan de que las escuelas deben estar al servicio de una sociedad compleja y cambiante, por lo que sus maestros tienen la responsabilidad de preparar a los aprendices equipándoles con las habilidades esenciales requeridas para desenvolverse con éxito en su futuro. Estos maestros necesitan reciclares continuamente para mejorar su desempeño, y debido a esta premisa, los estados miembro se comprometen a promover la educación como una profesión de primera elección, profesionalizando tanto la formación inicial como la continua, desde un marco de competencia regional que sirve como guía.
Por lo tanto, SEA-TCF es un conjunto de habilidades, conocimientos, comportamientos y atributos que los once Ministerios de Educación han acordado que sus docentes en sus respectivos países deben dominar. El marco se organiza en cuatro competencias esenciales, identificadas por grupos de trabajo de altos funcionarios y diversos expertos en educación de los once países miembro. Su objetivo general es servir como guía para su empleo en el desarrollo profesional desde una perspectiva contextualizada regionalmente, y en línea con las mejores prácticas pedagógicas globales. Además, el documento puede apoyar la integración regional y comunitaria, así como proporcionar una base sólida con directrices claras, para el intercambio de maestros y la movilidad en todo el territorio.
Una de las claves esenciales es que fue diseñado por docentes del sudeste asiático, teniendo en cuenta las características y necesidades particulares del contexto nacional y regional. La herramienta ha sido pilotada en diferentes escenarios educativos, con el fin de garantizar que el lenguaje y los conceptos empleados sean claros para toda la comunidad educativa. Además, se ha analizado la adecuación y la facilidad de aplicación. En definitiva, el instrumento tiene una intención clara, servir como guía para los maestros en la mejora de su rendimiento, y lograr una educación de calidad para todos los estudiantes de la región.
En febrero de 2017, el Consejo de Docentes de Tailandia (TCT), en colaboración con la Secretaría de SEAMEO (SEAMES) y el Centro Regional de Innovación y Tecnología Educativa de SEAMEO (SEAMEO INNOTECH), iniciaron el desarrollo de este marco. En una reunión celebrada en Bangkok, Tailandia, como ya se destacó anteriormente, altos funcionarios de los once Ministerios de Educación y diversos expertos de los principales institutos y organizaciones de formación docente, como Teachers College Columbia University y la UNESCO, debatieron y revisaron los estándares para docentes de varios países, tomando como referencia una publicación de SEAMEO INNOTECH, Teaching Competency Standars in Southeast Asian Countries. Eleven Country Audit.
El resultado ubica como pilares centrales a cuatro competencias esenciales y doce competencias generales, que definirían a un docente altamente preparado para acometer una labor educativa con garantías de éxito. El flujo es el siguiente: las 4 competencias esenciales desembocan en 12 competencias generales, que a su vez conforman 31 competencias habilitadoras, que poseen 136 descriptores de éxito. Las competencias habilitadoras son un conjunto de criterios de desempeño, mientras que los descriptores de éxito son los comportamientos observables que se esperan de un docente con un alto grado de desempeño. Hay que tener en cuenta que estas competencias deben ser interpretadas desde las necesidades específicas de los contextos a los que se dirigen.
Las competencias esenciales y generales se clasificarían de la siguiente manera:
- Saber y comprender qué enseñar es la capacidad de los maestros para profundizar y ampliar sus conocimientos sobre qué enseñar, comprender las tendencias, políticas y planes de estudio de la educación y actualizarse sobre los desarrollos locales, nacionales, regionales y globales.
- Profundizar y ampliar mi conocimiento en lo que enseño.
- Comprender las tendencias, políticas y planes de estudio de la educación.
- Mantenerme actualizado sobre los desarrollos locales, nacionales, regionales y globales.
- Ayudar a los estudiantes a aprender es la capacidad de conocer a sus estudiantes, usar la estrategia de enseñanza y aprendizaje más efectiva, y evaluar y dar retroalimentación sobre cómo aprenden los estudiantes.
- Conocer a mis estudiantes.
- Utilizar las metodologías y estrategias de aprendizaje más efectivas.
- Evaluar y dar feedback sobre cómo mis estudiantes aprender.
- Involucrar a la comunidad es la capacidad de asociarse con padres y cuidadores, involucrar a la comunidad para ayudar a los estudiantes a aprender y fomentar el respeto y la diversidad.
- Asociarse con familias y otros agentes sociales.
- Involucrar a la comunidad para ayudar a mis estudiantes a aprender.
- Fomentar el respeto y la diversidad.
- Convertirse en un mejor maestro es la capacidad de conocerse a sí mismo y a los demás, practicar la bondad humana y dominar la práctica docente.
- Conocerme a mí mismo y a los demás.
- Practicar la bondad humana en mi vida y en mi trabajo.
- Dominar mi práctica docente.
Para el autodiagnóstico y seguimiento del desarrollo docente en base a este marco, se han diseñado unas rúbricas que está estructurada en base a los descriptores y generales. Los resultados de esta evaluación tienen la intención de ayudar a los docentes a:
- trazar su perfil de éxito,
- preparar su Plan de Desarrollo Profesional y
- apoyar su continuo crecimiento profesional.
Los resultados de la evaluación llevan al docente a unas opciones de aprendizaje que pueden comprender una variedad de enfoques formativos para mejorar las competencias. Las opciones de aprendizaje que se enumeran en la ilustración anterior ayudarían a abordar las necesidades docentes prioritarias identificadas. Estas opciones se clasifican como aprendizaje en el trabajo, aprendizaje de otros y aprendizaje estructurado.
Consulta aquí las competencias habilitadoras y los indicadores de desempeño:
¿Estás participando en algún proyecto educativo centrado en el trabajo de la competencia profesional docente? ¡Comparte tu iniciativa AQUÍ!