En Europa, antes de contar con una referencia común en el aprendizaje de idiomas, cada sistema educativo definía sus propios niveles, distintos y subjetivos en cada país: lo que para un alemán podía ser preintermedio, para un español era intermedio-alto y así sucesivamente. Entonces, Europa puso orden con el Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas. Según este marco un B2 es un B2 desde Berlín hasta Nápoles, pasando por Copenhague.
De manera similar, surgió en Europa el Marco Europeo para la Competencia Digital de los Educadores o DigCompEdu, que establece un punto de partida y una lógica común en torno a la competencia digital de los educadores y ofrece un modelo para ayudar a los países a comprender, desarrollar y evaluar las competencias específicas de los educadores.
Es un marco específico dirigido a educadores de todas las etapas del sistema educativo, desde infantil hasta la educación superior, pasando por la formación profesional, la educación para necesidades especiales y contextos de aprendizaje no formal. Su objetivo es actuar como un marco de referencia general para aquellos que elaboran modelos de desarrollo de la competencia digital, como los Estados miembros de la Unión Europea, los gobiernos regionales, agencias nacionales y regionales de relevancia, organizaciones educativas y centros de formación profesional tanto públicos, como privados.
El contenido del Marco Europeo de Competencia Digital Docente
DigCompEdu propone 22 competencias elementales organizadas en seis áreas de desarrollo:
- Compromiso profesional. Orientada al entorno profesional más amplio, es decir, al uso de las tecnologías digitales en las interacciones profesionales con compañeros, estudiantes padres y otros agentes implicados, para su propio desarrollo profesional y por el bien colectivo de la organización.
- Recursos digitales. Se examinan las competencias necesarias para usar, crear y compartir recursos digitales relacionados con el aprendizaje de manera eficaz y responsable.
- Pedagogía digital. Dedicada a la gestión y coordinación del uso de las herramientas y tecnologías digitales en el proceso de enseñanza y aprendizaje.
- Evaluación digital. Aborda el uso de estrategias digitales para mejorar la evaluación.
- Empoderar a los estudiantes. Trata el potencial de las tecnologías digitales para desarrollar estrategias de enseñanza y aprendizaje centradas en el alumno.
- Facilitar la competencia digital de los estudiantes. Detalla las competencias pedagógicas específicas requeridas para facilitar la adquisición y desarrollo de la competencia digital de los estudiantes. Para cada competencia se proporciona una denominación y una breve descripción que sirve como referencia.
Qué hace un docente digitalmente competente
El núcleo de DigCompEdu está definido por las áreas 2, 3, 4 y 5, que incluyen los pilares elementales de la competencia pedagógica digital de los educadores, es decir, las competencias digitales que los educadores necesitan para fomentar estrategias de enseñanza y aprendizaje eficientes, inclusivas e innovadoras. Las áreas 2, 3 y 4 tienen que ver con las etapas características de cualquier proceso de enseñanza y aprendizaje, ya sea respaldado por tecnología o no. Por lo tanto, podemos decir que las competencias enumeradas en estas áreas detallan cómo hacer un uso eficiente e innovador de las tecnologías digitales al planificar (área 2), implementar (área 3) y evaluar (área 4) la enseñanza y el aprendizaje.
Aterrizando en el plano práctico, los educadores competentes en el área 2 seleccionarán, crearán y adaptarán recursos digitales para emplearlos al servicio de un objetivo de aprendizaje. Idealmente, elegirán actividades de aprendizaje que ayuden a sus alumnos a lograr efectivamente un objetivo planificado. Por otro lado, un educador competente en el área 5 seleccionará, creará y adaptará recursos digitales para capacitar y empoderar a los estudiantes, y hará que los recursos sean accesibles para todos ellos.
Obviamente, un educador digitalmente competente, debe considerar ambos conjuntos. Es decir, abordar desde una propuesta digital un objetivo de aprendizaje concreto (área 2), y capacitar y empoderar los alumnos (área 5). Mientras que el primero es específico para el proceso de selección y creación de recursos, el segundo permite acceder y poner en marcha todas las competencias de las áreas 3 (implementar) y 4 (evaluar).
Este núcleo pedagógico del marco se complementa con las áreas 1 y 6. El área 1 está dirigida al entorno profesional más amplio, es decir, el uso de las tecnologías digitales por parte de los educadores en las interacciones profesionales con colegas, alumnos, padres y otras partes interesadas, así como para su propio desarrollo profesional individual y el bien colectivo de la organización. El área 6 detalla las competencias pedagógicas específicas requeridas para facilitar la competencia digital de los estudiantes, el enfoque didáctico para generar oportunidades en las que el aprendiz desarrolle su propia competencia digital. Permitir a los alumnos utilizar de manera creativa y responsable las tecnologías digitales para la información, la comunicación, la creación de contenido, el bienestar y la resolución de problemas, es uno de los objetivos elementales de esta área.
Los niveles de competencia: de novatos a pioneros
El marco también propone un modelo de progresión para ayudar a los educadores a evaluar y desarrollar su competencia digital. En él se esbozan seis etapas diferentes a
través de las cuales habitualmente se desarrolla la competencia digital de un educador, con el fin de ayudar a los educadores a identificar y decidir las medidas concretas que deben adoptar para potenciar su competencia en la etapa en la que se encuentren en cada momento. En las dos primeras etapas, novel (A1) y explorador (A2), los educadores asimilan nueva información y desarrollan prácticas digitales básicas; en las dos siguientes, integrador (B1) y experto (B2), aplican, amplían y estructuran sus prácticas digitales; en las dos etapas posteriores, líder (C1) y pionero (C2), transmiten sus conocimientos, juzgan de forma crítica la práctica vigente y desarrollan nuevas prácticas.
- Novel (A1). Aquellos que han tenido muy poco contacto con las herramientas digitales y necesitan orientación para ampliar su repertorio.
- Explorador (A2). Se refiere a quienes han comenzado a utilizar herramientas tecnológicas, aunque sin seguir aún estrategias comprensivas o consistentes.
- Integrador (B1). Experimentan con herramientas digitales para una variedad de propósitos, tratando de entender qué estrategias digitales funcionan mejor en función del contexto.
- Experto (B2). Utilizan las herramientas digitales con confianza, de forma creativa y crítica, con el fin de mejorar sus prácticas.
- Líder (C1). Se basan en un amplio repertorio de estrategias digitales flexibles, completas y eficaces. Son una fuente de inspiración para otros.
- Pionero (C2). Lideran la innovación y son un modelo a seguir para los profesores más jóvenes. Cuestionan las prácticas digitales y pedagógicas contemporáneas de las que ellos mismo son líderes.
Para cada competencia se aplica una progresión específica dependiendo de las características de dicha competencia y de la forma en que normalmente evoluciona hasta que se obtiene un mayor nivel de capacitación.
El marco DigCompEdu proporciona:
- Una base sólida que puede guiar las políticas educativas en todos los niveles.
- Una plantilla que permite a las partes interesadas avanzar rápidamente para desarrollar un instrumento de competencia digital docente, adecuado a sus necesidades, sin tener que desarrollar una base conceptual para este trabajo.
- Un lenguaje y una lógica común que pueden ayudar en la discusión y en el intercambio de mejores prácticas entre diferentes contextos de implementación.
- Un punto de referencia para que los interesados validen la integridad y el enfoque de sus propias herramientas y marcos de competencia digital docente.
En los últimos años ha quedado claro que los educadores necesitan un conjunto de competencias digitales específicas para su profesión. Solo así podrán aprovechar el potencial de las tecnologías digitales para mejorar e innovar en educación. El Marco Europeo para la Competencia Digital de los Educadores responde a la creciente concienciación de muchos Estados miembros en este sentido.