ProFuturo en Ruanda: evaluando el impacto de la educación digital en el aula

El proyecto ProFuturo lleva cinco años trabajando en Ruanda, donde ha introducido dispositivos digitales y capacitación docente. El plan, impulsado con apoyo de World Vision Ruanda y los Salesianos de Don Bosco, se propuso mejorar el acceso y la calidad del aprendizaje en comunidades con limitaciones económicas y tecnológicas. En este artículo vemos cómo está avanzando el proyecto y cuáles son los retos que afronta.

ProFuturo en Ruanda: evaluando el impacto de la educación digital en el aula

En Ruanda más de la mitad de sus 13,3 millones de habitantes tiene menos de 20 años. El país es, según UNICEF, uno de los más avanzados del África subsahariana en términos de acceso a la educación. Sin embargo, aún le quedan muchos desafíos pendientes en términos de retención, igualdad de género, infraestructura y capacitación docente, entre otras cuestiones.

Por ejemplo, solo un 71% de los que comienzan la escuela primaria la completan; las clases están saturadas, con un ratio de 62 alumnos por profesor y, aunque el país ha realizado inversiones en infraestructura y realizado esfuerzos por promover la digitalización en el ámbito educativo, la falta de docentes capacitados sigue siendo una de los obstáculos más grandes para el sistema educativo del país.

Cinco años de ProFuturo en Ruanda

ProFuturo en RuandaEl Programa ProFuturo trabaja en Ruanda desde 2019. Lo hace en alianza con el Ministerio de Educación y con las organizaciones World Vision, ACNUR y los Salesianos de Don Bosco. Para 2020, la iniciativa se expandió a 180 escuelas en 17 distritos, y en 2021 llegó a 15 escuelas en campos de refugiados. Actualmente, ProFuturo está presente en 151 escuelas distribuidas en 17 distritos: 109 bajo la gestión de World Vision Ruanda y 42 coordinadas por los Salesianos de Don Bosco.

La organización trabaja para integrar la tecnología educativa en las aulas, proporcionando dispositivos, plataformas digitales y recursos educativos, y proporciona capacitación a los docentes, mejorando sus competencias en el uso de las herramientas digitales y en la integración de estas en el proceso de enseñanza y aprendizaje.

¿Cuáles están siendo los resultados de este programa? ¿Está la educación digital produciendo efectos tangibles en las aulas de Ruanda? Un reciente estudio independiente, elaborado por Education Development Consult y apoyado por las organizaciones mencionadas, analizó la huella de esta iniciativa. La investigación combinó encuestas, exámenes de rendimiento y encuentros con profesores, alumnos y directores.

A lo largo de este post expondremos los hallazgos principales de la evaluación, repasaremos los avances y examinaremos las dificultades que condicionan la adopción de herramientas digitales en un entorno de carencias estructurales. También se presentan algunas reflexiones sobre el tipo de estrategia que podría consolidar y extender estos logros en el futuro.

El impacto de la tecnología en las aulas ruandesas

Como ya hemos dicho, la introducción de tecnología en el aula de 151 escuelas ruandesas fue concebida como una apuesta para incrementar el rendimiento académico y mejorar la calidad de la educación. El objetivo de la evaluación desarrollada por Education Development Consult, en colaboración con World Vision Rwanda y los Salesianos de Don Bosco, fue comprobar los avances e la consecución de esta la meta.

La metodología empleada combinó diversas técnicas de recolección de datos: pruebas estandarizadas aplicadas a los estudiantes de las escuelas participantes y de comparación, entrevistas individuales con docentes y directores y grupos focales con alumnos. Este enfoque mixto permitió obtener una visión integral de la implementación del programa, no solo desde los números de los exámenes, sino también desde las experiencias y percepciones de quienes viven la educación digital en el día a día.

Los resultados de la evaluación, que veremos a continuación, revelan mejoras prometedoras en el rendimiento de los estudiantes en materias clave como Matemáticas, Inglés y Ciencias y Tecnología (SET) en las escuelas que participaron en el proyecto ProFuturo. Sin embargo, también se identificaron desafíos persistentes que complican una implementación equitativa y efectiva de la tecnología en todas las escuelas, como la falta de dispositivos suficientes y problemas de conectividad en ciertas regiones. Estos hallazgos permitirán comprender mejor las condiciones que favorecen el uso de herramientas digitales en el aula y cómo optimizar su integración en el sistema educativo de Ruanda.

Mejor rendimiento académico

Las pruebas mostraron diferencias en el rendimiento académico de los estudiantes de las escuelas ProFuturo en comparación con aquellos de las escuelas de referencia en Matemáticas, Inglés y Ciencias y Tecnología (SET).

  • Matemáticas: En Matemáticas, en Grade 4 (equivalente a un 4º de primaria), el 55% de los estudiantes de las escuelas ProFuturo alcanzaron el nivel esperado por los estándares nacionales, frente al 44,3% de los alumnos de las escuelas de comparación. En Grade 5 (5º de primaria), la diferencia se mantuvo, con un 56,2% en ProFuturo y un 47,9% en las escuelas que no participaron en el programa.
  • Inglés: En Inglés, en Grade 4, el 61,1% de los estudiantes de ProFuturo logró la meta establecida, mientras que en las escuelas de comparación este porcentaje fue del 53,9%. En Grade 5, los resultados fueron de 63,8% en las escuelas ProFuturo y 54,4% en las escuelas que no participan.
  • SET (Ciencias y Tecnología): En cuanto a Ciencias y Tecnología (SET), en Grade 4, el 60,3% de los estudiantes de ProFuturo alcanzaron el nivel esperado, mientras que en las demás escuelas fue del 51,6%. En Grade 5, la diferencia se mantuvo, con un 60,9% en ProFuturo frente al 52,3% en las escuelas de referencia.

Aunque los datos sugieren un mejor desempeño en escuelas con tecnología digital, debemos ser cautos en su interpretación pues la investigación no confirma que el programa sea la única causa de estas diferencias. Elementos como infraestructura, cualificación del profesorado y contexto socioeconómico también pueden influir en los resultados.

Factores demográficos y tipo de escuela

El estudio reflejó, además, variaciones según género y tipo de institución:

  • Escuelas privadas frente a escuelas públicas: En todas las asignaturas y grados, el alumnado de centros privados obtuvo una media de calificaciones más alta que quienes asisten a escuelas públicas. Un ejemplo es la asignatura de inglés en Grade 4, donde los estudiantes de instituciones privadas promediaron 80,9%, en contraste con el 57,5% de los centros estatales.
  • Diferencias de género: En inglés, las niñas superaron ligeramente a los niños, mientras que en matemáticas los varones mostraron mejores resultados, sobre todo en Grade 5. En SET, los niños superaron a las niñas en ambos grados.
  • Edad y rendimiento: Los estudiantes de mayor edad tendieron a registrar puntuaciones más bajas en inglés y matemáticas. Una posible hipótesis señala que podría relacionarse con dificultades de adaptación al currículo, aunque se requerirían estudios adicionales para aclarar esta circunstancia.

El 93% de los directores considera que el empleo de herramientas digitales fomenta una actitud más participativa en el aula y el 85% de los profesores afirma sentirse más seguro al incorporar contenidos digitales, gracias a los cursos ofrecidos.

La tecnología cuenta, según estudiantes, docentes y directores

El estudio no solo consideró exámenes y estadísticas, sino también la perspectiva de directores, profesores y estudiantes. Gran parte de los participantes coincidió en que las herramientas digitales han aportado una nueva energía a las aulas, con contenidos interactivos y recursos audiovisuales que estimulan el interés de los escolares.

Participación estudiantil

Según el 93% de los directores consultados, el empleo de herramientas digitales fomenta una actitud más participativa en el aula. En asignaturas como Ciencias y Tecnología (SET), el contenido audiovisual y las simulaciones han facilitado la comprensión de temas que solían ser abstractos. En este sentido, un director en el distrito de Gicumbi , al norte del país, señaló que “el interés de los alumnos crece cuando pueden interactuar con contenidos digitales, alejándose de la dependencia exclusiva de libros de texto”.

Los estudiantes entrevistados describieron experiencias similares, destacando que los recursos interactivos refuerzan su entendimiento de conceptos difíciles. Aunque expresaron que compartir dispositivos en entornos con escasez de tablets o computadoras sigue siendo un problema, reconocen la utilidad de la tecnología en su día a día académico.

Capacitación docente

El componente de formación docente se percibe como uno de los pilares del proyecto. Alrededor del 85% de los profesores encuestados afirmó sentirse más seguro al incorporar contenidos digitales, gracias a los cursos ofrecidos. Un maestro en Kigali narró que antes contemplaba la tecnología como algo complejo, pero ahora la incluye con naturalidad en sus sesiones.

Desafíos persistentes

Aunque el programa ProFuturo deja entrever un panorama prometedor, todavía hay brechas que impactan la sostenibilidad y la equidad de la iniciativa.

Desigualdad en el acceso a recursos

Una de quejas recurrentes de los docentes es la poca disponibilidad de tablets o computadoras. Según el informe, el 75% de quienes participaron en la encuesta considera que el número de dispositivos es insuficiente para las necesidades diarias del aula. Esto lleva a dividir al alumnado en grupos grandes, lo que reduce la interacción directa con la tecnología y limita la personalización de los ejercicios.

La conexión a internet también presenta dificultades en zonas alejadas de las áreas urbanas. Existen escuelas que solo disponen de un servicio intermitente, por lo que a menudo resulta complicado acceder a contenidos en línea de forma permanente. La falta de electricidad estable en algunos distritos también interrumpe las prácticas pedagógicas basadas en lo digital.

Necesidades de formación continua

Aunque los docentes valoran la capacitación inicial, el 65% considera que el proyecto debe apostar por un seguimiento más regular. Algunos profesores desean profundizar en metodologías que les permitan atender a alumnos con distintas competencias digitales y manejar con soltura problemas técnicos en el día a día. Además, varios directores advierten que la rotación de maestros (algunos se trasladan a otros centros) puede frenar la consolidación de lo aprendido.

En parte, esto explica las sugerencias de establecer redes de apoyo, en las que el personal que domina mejor los recursos digitales sirva como referente para sus colegas. En esta línea, un director de una escuela del distrito de Nyamagabe, al sur del país, mencionó la importancia de contar con grupos de trabajo que intercambien experiencias, tanto en la gestión de materiales como en la búsqueda de soluciones ante la falta de conectividad.

Lecciones aprendidas y recomendaciones

La evaluación señala logros interesantes en los colegios donde se introdujeron recursos tecnológicos, lo que sugiere que la digitalización puede desempeñar un papel importante en la mejora del aprendizaje. Sin embargo, en un contexto con múltiples factores que influyen en los resultados educativos, no se puede afirmar con certeza en qué medida estos avances se deben exclusivamente al programa ProFuturo.

Lo que sí queda claro es que la implementación de tecnología en entornos con carencias estructurales presenta tanto oportunidades como desafíos, lo que permite extraer aprendizajes valiosos para futuras intervenciones.

A partir de estos hallazgos, se pueden identificar estrategias que podrían potenciar el impacto del programa y garantizar que la tecnología educativa sea una herramienta efectiva y sostenible en el tiempo. A continuación, se presentan algunas de las principales lecciones aprendidas y recomendaciones derivadas de la evaluación, con el objetivo de optimizar la integración de la tecnología en la educación y maximizar sus beneficios en contextos de vulnerabilidad.

Estrategias para mejorar el impacto

  • Recursos tecnológicos: Invertir en la adquisición de más dispositivos es esencial. Muchos estudiantes se ven forzados a compartir computadoras o tablets, lo que limita la experiencia de aprendizaje y reduce la motivación.
  • Conectividad sostenible: Llevar internet a las zonas rurales se presenta como un reto pendiente. El uso de contenidos descargables, servidores locales o soluciones híbridas podría atenuar los inconvenientes de una conexión inconsistente.
  • Formación docente continua: Más allá de la instrucción inicial, se requieren espacios de actualización y asesoría constante. Sesiones regulares de capacitación o programas en los que maestros con dominio tecnológico apoyen a sus pares podrían ayudar a mantener vivo el interés y la seguridad profesional.
  • Monitoreo a largo plazo: Resulta oportuno instaurar un seguimiento sistemático para apreciar la evolución del rendimiento académico y los factores que podrían influir en las mejoras. Esto permitiría identificar patrones, dificultades y oportunidades de intervención.

Sostenibilidad y alianzas

  • Alianzas multisectoriales: Colaborar con autoridades, empresas e instituciones internacionales contribuiría a la continuidad del proyecto. Esta colaboración facilitaría la obtención de fondos destinados a equipamiento y conectividad, así como la gestión de la infraestructura técnica.
  • Participación de la comunidad: El respaldo de directores, familias y docentes es fundamental para que la educación digital funcione de forma permanente. La sensibilización sobre los beneficios de la tecnología y la participación activa de las comunidades locales son puntos clave para extender los logros a más escuelas.
  • Recursos financieros diversos: La búsqueda de apoyos públicos y privados, además de fondos de cooperación, puede asegurar la durabilidad y el crecimiento de la iniciativa en el largo plazo.

La trayectoria de ProFuturo a lo largo de estos cinco años ofrece una visión detallada sobre los factores que promueven el aprendizaje con tecnología y aquellos que requieren más atención. La experiencia de los centros participantes demuestra que los recursos digitales pueden elevar la calidad formativa en contextos con infraestructura limitada, siempre que estén respaldados por una estrategia coherente de formación docente, financiación adecuada y compromiso constante por parte de profesores, familias y organizaciones colaboradoras. Con un enfoque centrado en las necesidades específicas de cada escuela, la digitalización puede transformarse en una vía tangible para optimizar la enseñanza y reforzar las competencias de los estudiantes.

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