En el año 1762, el filósofo francés Jean Jaques Rousseau escribió y publicó la que él mismo calificó como “la mejor y más importante de sus obras”. Emilio o Sobre la educación es el primer tratado sobre filosofía de la educación en el mundo occidental. Rousseau acompaña el tratado de una historia novelada del joven Emilio y su tutor, para ilustrar cómo se debe educar al ciudadano ideal. Por el camino, el tratado ofrece algunos consejos sobre cómo educar a los niños. Por ejemplo, Emilio aprende a leer descifrando unas notas que su maestro le va dejando sobre la mesa y que contienen instrucciones para encontrar caramelos escondidos. Con este experimento, Rousseau se convertía sin saberlo en uno de los primeros teóricos de lo que hoy llamamos aprendizaje personalizado. Esos caramelos ponían de manifiesto el concepto fundamental de la necesidad en el aprendizaje: aprendemos solo cuando necesitamos aprender y cuando somos capaces de comprender esa necesidad (OIE & UNESCO, 2017).
Desde Rousseau a Howard Gardner pasando por Dewey, Montessori o Benjamin Bloom, el marco teórico del aprendizaje personalizado se ha ido nutriendo de diferentes elementos hasta llegar a nuestros días. Hoy, con el desarrollo de las tecnologías de la información, la personalización del aprendizaje ha dado un nuevo salto evolutivo: sistemas de tutoría inteligente, acceso gratuito a numerosas plataformas de aprendizaje, métodos que utilizan las computadoras para adaptar la complejidad de los contenidos a las necesidades de los usuarios)…
Como consecuencia de esta gran evolución, propiciada en parte por el gran desarrollo de las tecnologías de la educación (EdTech, en su acrónimo en inglés), estamos asistiendo a la universalización del aprendizaje personalizado, que como hemos visto no es, ni mucho menos, un enfoque nuevo. Todos hablan de aprendizaje personalizado. Sin embargo, esto, que no es algo malo en sí mismo, sí entraña un peligro que debemos evitar: como todos los conceptos que se ponen de moda, corre el riesgo de ser simplificado y caracterizado erróneamente (Miller, 2019).
Por eso, desde el Observatorio ProFuturo, queremos hablar sobre este tipo de aprendizaje, acotando y definiendo su significado y sus formas de implementación. ¿En qué consiste exactamente? ¿Qué papel tiene la tecnología en su desarrollo? ¿Cómo podemos aplicarlo? ¿Cómo puede implantarse y generalizarse en la educación de niñas y niños en entornos vulnerables para reducir su brecha formativa?
¿Qué es el aprendizaje personalizado?
El término aprendizaje personalizado se refiere a una gran variedad de programas educativos, experiencias de enseñanza y aprendizaje, enfoques de instrucción y estrategias de apoyo académico que pretenden abordar las distintas necesidades de aprendizaje, intereses, aspiraciones o antecedentes culturales de los estudiantes individuales.
Nos lo avanzó Rousseau en el siglo XVIII, pero lo reafirma la UNESCO hoy: “Para que valga la pena, la educación tiene que ser personal: no podemos aprender algo bien si no hemos comprendido primero qué pertinencia tiene y cómo puede aplicarse a nuestra situación personal (OIE & UNESCO, 2017). Aquí podríamos encontrar ya un primer elemento de esta definición:
- Adaptado al contexto y a las necesidades particulares. El aprendizaje personalizado es un tipo de aprendizaje que se adapta a las condiciones y al contexto de cada alumno.
Además, para que resulte útil en el futuro, la educación debe tener una aplicación práctica y, para que esto suceda, el estudiante tiene que involucrarse activamente en el proceso de aprendizaje” (OIE & UNESCO, 2017).
- Centrado en el estudiante: Un segundo elemento, nos indica que además tiene que ser una formación centrada en los alumnos y alumnas. Todos los alumnos pueden aprender y desarrollar su potencial si se les proporcionan el contexto y las herramientas, los apoyos y recursos suficientes.
Poner al alumno en el centro es una forma de reconocer que la labor del docente no puede limitarse a la mera transmisión de contenidos, en plan clase magistral, en la que el profesor habla y los alumnos escuchan y luego hacen ejercicios sacados de un libro de texto. Esto nos llevaría a un tercer elemento importante:
- Metodologías de enseñanza innovadoras que permitan al docente presentar los conocimientos de manera que despierten el interés de los estudiantes y les resulten valiosos, comprensibles y pertinentes.
Mucho más que tecnología
Es importante tener en cuenta que el aprendizaje personalizado es un enfoque de aprendizaje (con las características principales arriba mencionadas) flexible en el que, como ya hemos dicho, caben múltiples experiencias de aprendizaje. Es multifacético y no debe por tanto ser reducido a sus aplicaciones más tecnológicas, por mucho que estas faciliten su implementación en algunos contextos. Existen múltiples experiencias de aprendizaje personalizado que pueden desarrollarse sin tecnología y, de hecho, llevan desarrollándose durante décadas. Es el caso, por ejemplo, de la clase invertida, el Place-Based Learning (Aprendizaje Basado en el Lugar) o el aprendizaje basado en proyectos o retos, experiencias en las que nos detendremos en próximos posts. Por supuesto, también trataremos la vertiente más tecnológica del aprendizaje personalizado y sus enormes posibilidades.
Personalización y entornos vulnerables
Los gobiernos, así como todos los demás actores sociales, desempeñan un importante papel para proporcionar una educación de calidad para todos, y por ello se debería reconocer que es esencial disponer de un concepto más amplio de educación inclusiva que sea capaz de responder a las distintas necesidades de todos los educandos (UNESCO, 2008).
En esta declaración, el concepto de inclusión al que se refiere la UNESCO va mucho más allá que el mero acceso físico a la educación: la inclusión implica una enseñanza diferenciada de alta calidad, lo que usando parámetros de la propia UNESCO, significa que esta educación debe ser relevante (el aprendizaje debe ser significativo), pertinente (el centro del aprendizaje es el alumno), equitativa (deben alcanzarse niveles de aprendizaje equitativos son importar la clase social), eficaz (el aprendizaje debe ser óptimo) y eficiente (hacer uso responsable de los recursos disponibles). Las primeras tres dimensiones describen lo esencial de todo esfuerzo educativo: las personas con las que se trabaja, los objetivos que se persiguen y el mandato ético de que esos objetivos sean alcanzados por todos y todas. Las dos últimas se relacionan más directamente con la forma de ejecutar las acciones de manera responsable para, por un lado, alcanzar las metas propuestas pudiendo dar cuenta de ello, y por otro, realizarlo haciendo uso apropiado de los recursos, siempre escasos.
Por estos motivos, la UNESCO destaca la importancia de reconocer la diversidad de estilos de aprendizaje y atender las necesidades de cada estudiante prestando atención a la pertinencia de lo que se enseña y estimulando la capacidad de indagación (OIE & UNESCO, 2017).
Sabemos que la educación de calidad es el camino más directo para acelerar el progreso, la inclusión y la convivencia y por eso, este enfoque educativo, que promueve la verdadera igualdad educativa (que no consiste en educar a todos igual, si no a cada uno en función de sus particularidades) puede, aplicado convenientemente, ser un gran instrumento para mejorar la calidad de la educación en aquellos entornos más desfavorecidos.
REFERENCIAS
Miller, A. (Febrero, 2019). 3 Myths of Personalized Learning. Edutopia. Disponible en https://www.edutopia.org/article/3-myths-personalized-learning. Recuperado el 23 de marzo de 2022.
OIE&UNESCO. 2017. Aprendizaje personalizado: Herramientas de formación para el desarrollo curricular. UNESCO. Ginebra.
UNESCO. 2008. La educación inclusiva: el camino hacia el futuro. 48º reunión de la Conferencia Internacional de Educación (CIE). Ginebra. Disponible en http://www.ibe.unesco.org/fileadmin/user_upload/Policy_Dialogue/48th_ICE/General_Presentation-48CIE-4__Spanish_.pdf
Sacasqui, S. Isaac Asimov. World of Ideas. [Vídeo]. YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=dobBf6jBhBE