En los últimos meses, la inteligencia artificial y sus diferentes aplicaciones se cuelan en casi todas nuestras conversaciones. Y no es para menos. Los algoritmos y sus diferentes usos se han ido introduciendo de forma gradual y casi imperceptible en nuestras vidas; pero, últimamente, la popularización de determinadas tecnologías, como el modelo de lenguaje avanzado ChatGPT, nos ha descubierto la verdad revelada en todo su esplendor: las posibilidades de la inteligencia artificial son inmensas en todos los ámbitos de nuestra existencia. Ahora todos queremos hablar de ello y dar nuestra opinión. Por supuesto, el sector educativo, uno de los más “afectados” por estas grandes posibilidades, no es una excepción.
¿Poderosa herramienta para universalizar la educación o instrumento exacerbador de desigualdades? ¿Gran avance que permitirá la mejora de los aprendizajes o amenaza con consecuencias negativas para la ética, la privacidad y la seguridad? ¿Apoyo valioso para el docente o remplazo que les dejará sin empleo?
En este contexto polarizado, entre defensores y detractores, nuestra obligación es entender (o intentarlo al menos) el alcance de esta revolución y sus matices. Y es en este inmenso esfuerzo de análisis, comprensión y puesta en perspectiva donde se enmarca este proyecto conjunto desarrollado por la Fundación ProFuturo y la Organización de los Estados Iberoamericanos (OEI).
¿Y qué nos han contado los expertos? ¿Cuáles han sido las conclusiones principales destacadas en el informe? Lo vemos a continuación:
- Mayor impacto en educación superior que en educación básica. Aunque los encuestados perciben que la IA cobrará un mayor rol a futuro en todos los niveles educativos, perciben una mayor relevancia (actual y futura a 2030) para la educación terciaria y universitaria.
- Oportunidades para estudiantes con necesidades especiales. A futuro, el impacto de la IA en educación crecerá en distintas temáticas, con mayor relevancia en el “aprendizaje más allá de la escuela” y en las “oportunidades para estudiantes con necesidades especiales”.
- De momento, las grandes empresas privadas llevan el peso. Actualmente, las grandes empresas EdTech internacionales tienen un mayor rol en la introducción de la IA en educación; a futuro, algunos de los encuestados (los expertos del sector púbico y los del sector privado) opinan que crecerá el rol del Estado y del sistema educativo. Esta percepción, presente y futura, podría basarse en la situación de desconcierto actual sobre la materia en las administraciones públicas y el sistema educativo. Conforme se profundice y se popularice la temática IA es más que probable que tales autoridades asuman un rol más activo.
- Cambios muy profundos y moderados. El 90% de los encuestados opina que la IA tendrá un impacto muy profundo o moderado en la educación entre 2022 y 2030 en América Latina.
- La IA y la reducción de las desigualdades. El 41% de los encuestados piensa que la IA ayudará a reducir desigualdades educativas dentro de los países. Un porcentaje similar (36%) piensa que no tendrá un impacto significativo en las desigualdades. Un 23% piensa que contribuirá a incrementarlas. En lo que se refiere a las desigualdades entre países, el porcentaje de encuestados que creen que la IA tendrá un impacto negativo asciende a un 39%, frente a un 32% que piensa que ayudará a reducir desigualdades y un 29% que opina que no tendrá un impacto significativo.
- Cambios graduales. La mayor parte de los expertos (63%) indica que los cambios que producirá la IA en educación serán graduales y no en forma de “shock”. Un 30% piensa que la IA en educación se desarrollará de manera más lenta de lo que muchos suponen, quizá considerando las experiencias previas de la incorporación de las TIC en educación, un proceso más lento y menos revolucionario de lo que se auguró en un primer momento.
- La conectividad, la formación docente y el pensamiento crítico principales recomendaciones. En este sentido, las principales recomendaciones de los expertos consultados son similares a las prioridades de política que se han instalado en el debate de tecnología en educación en las últimas décadas: la conectividad en las escuelas, la formación docente y la formación a los estudiantes en pensamiento crítico ocupan los primeros puestos de la lista, con una puntuación de 4,9, 4,7 y 4,6 respectivamente, en una escala del 1 al 5.
Desafíos y recomendaciones
Estas conclusiones nos plantean algunos de los dilemas y desafíos abiertos frente a los escenarios potenciales de desarrollo de la IA en el campo de la educación. Veamos cuáles son:
El rol de los estados y los poderes públicos
¿Cuál debería ser el rol del Estado ante el potencial impacto de la IA en educación? ¿Debería consolidarse como un agente de desarrollo de herramientas digitales avanzadas para llegar a todos los estudiantes como un bien público que garantice su derecho a la educación? ¿Qué rol debería tener el sector privado?
En este sentido, las recomendaciones del estudio sugieren:
- Desarrollar las capacidades estatales en relación con la inteligencia artificial aplicada a la educación, pues solo un alto nivel de conocimiento especializado permitirá aprovechar un sector tan complejo para beneficiar el desarrollo educativo.
- Desarrollar agencias públicas especializadas. Se recomienda desarrollar agencias públicas educativas especializadas en el desarrollo tecnológico más avanzado.
- Desarrollar alianzas supranacionales. Se recomienda que los países desarrollen alianzas supranacionales para el desarrollo, compra y distribución pública de bienes educativos digitales de última generación.
La inclusión de la inteligencia artificial en el sistema educativo
¿Cómo incluir la IA en el sistema educativo? ¿Es posible involucrar a los docentes en el proceso? ¿Cómo redefine el avance de las tecnologías digitales los límites del sistema educativo? A este respecto, el estudio recomienda:
- Integrar a docentes y educadores en la conversación. La IA transforma los ambientes y las posibilidades de la educación y su integración en los sistemas educativos requiere de una conversación educativa amplia que integre a los docentes y educadores para introducir la tecnología en las escuelas con un sentido de pertinencia pedagógica y apropiación por parte de docentes y estudiantes.
- Desarrollar competencias digitales. Desarrollar competencias digitales en docentes y alumnos para que comprendan los contextos del desarrollo tecnológico y sus múltiples posibilidades y riesgos.
El impacto de la inteligencia artificial en las desigualdades sociales y educativas
¿Cómo impactará la IA en las desigualdades sociales y educativas? ¿Podrán aprovechar mejor las tecnologías digitales aquellos que tengan más recursos o llegarán a convertirse en niveladores que aumenten la equidad dentro de los sistemas educativos?
- Riesgo de mayor desigualdad. Quienes tienen más acceso a la tecnología ya están en una posición aventajada socialmente y podrían sacar más ventajas si acceden a plataformas de pago y a recursos potenciados por la IA que permiten avanzar en sus aprendizajes.
- Rol activo del estado para evitar los riesgos. El estado debe aprovechar al máximo el potencial de las nuevas tecnologías a favor de los sectores más desventajados para defender el derecho a la educación en este nuevo mundo digitalizado y utilizar las fortalezas de esta disrupción tecnológica para la reducción de la brecha digital.
Más investigación
- Crear nuevas agendas de investigación. Las posibilidades de desarrollo de la IA y sus diversas aplicaciones en educación son infinitas. Por ello crear nuevas agendas de investigación se ha convertido en una tarea cada vez más urgente y relevante. Estudiar con rigurosidad los efectos y posibilidades de estas soluciones se vuelve una tarea imprescindible para ampliar las fronteras del derecho a la educación en los años por venir en la que la labor compartida público-privada es central.
Desconcierto y optimismo
Independientemente de la dificultad de aventurar conclusiones en un terreno que, como el que nos ocupa, se mueve a una velocidad de vértigo, la inteligencia artificial aplicada a la educación nos deja algunas certezas: está aquí para quedarse, irá a más y, con mayor o menor intensidad, es ya una realidad palpable en nuestros entornos, como lo demuestran las numerosas iniciativas, ya en marcha, que también recopila el estudio.
Las conclusiones y reacciones de los expertos consultados revelan dos sensaciones normales y coherentes con el contexto: la primera es el desconcierto (normal) que ha producido el “cambio de paradigma”. Así, se percibe una lógica incertidumbre ante el advenimiento de un nuevo mundo que ya está aquí pero todavía no y que, por tanto, se presenta en sus brotes iniciales, confuso y sin claridad de modelos.
La segunda sensación es la del optimismo. Quizás más como deseo que como posibilidad claramente alcanzable. Pero pareciera que los expertos creen que la IA podría llegar a convertirse, esta vez sí, en la herramienta que nos ayuda a acabar con la brecha digital y educativa. Cierto es que persiste el escepticismo de los que piensan que repetiremos los errores ingenuos de la incorporación de las TIC en las aulas de las dos últimas décadas. Sin embargo, a pesar de los escépticos, estos 20 años nos han enseñado cosas y la inteligencia artificial nos deja un porvenir abierto que debemos aprovechar. Estudios como este ayudan a marcar la senda.
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