Las matemáticas, la democracia y la vida cotidiana
Las matemáticas desempeñan un papel crucial en nuestra vida cotidiana y en el funcionamiento de las democracias de varias maneras importantes y a menudo sutiles. Este papel va mucho más allá de las aplicaciones numéricas básicas para incluir la toma de decisiones informada, la comprensión crítica de información y la participación ciudadana efectiva.
Compras, cocina, viajes, salud…Nuestra vida cotidiana está llena de situaciones que requieren la solución de problemas matemáticos, desde presupuestar los gastos del hogar, hasta ajustar un receta de cocina, pasando por el cálculo de la mejor ruta de un viaje. Las habilidades matemáticas fomentan un enfoque lógico y sistemático que nos sirve para abordar y resolver este tipo de “problemas”.
Pero, además, y a parte de lo obvio, las matemáticas influyen enormemente en el desarrollo de nuestra ciudadanía y nuestra capacidad para participar de una forma consciente e informada en los procesos de las sociedades democráticas del siglo XXI. Por ejemplo, las matemáticas permiten a los ciudadanos analizar y evaluar críticamente la información presentada en gráficos, encuestas y estadísticas, que son herramientas comunes en el discurso político y mediático. Para evaluar la efectividad de las políticas públicas y la competencia de nuestros políticos, los ciudadanos debemos ser capaces de entender presupuestos, proyecciones y estadísticas. Así seremos capaces de evaluar su gestión basándonos en la evidencia, yendo más allá de la retórica y la demagogia. Las habilidades matemáticas también nos permiten detectar manipulaciones y sesgos en la presentación de datos, habilidad fundamental en una era de noticias falsas, donde la desinformación campa a sus anchas y los ciudadanos nos vemos en la obligación de analizar y cuestionar la veracidad y la relevancia de los argumentos que se nos presentan cada día.
De esta manera, las matemáticas no solo equipan a las personas con herramientas para navegar su vida diaria de manera más efectiva sino que también fomentan una ciudadanía empoderada y crítica, capaz de participar de manera informada y constructiva en los procesos democráticos. La educación matemática, por lo tanto, se convierte en un pilar fundamental no solo para el desarrollo individual sino también para el fortalecimiento de las sociedades democráticas. Es más, la enseñanza de la matemática y el acceso equitativo a una educación matemática debe considerarse una política social dirigida a promover la igualdad. Por ello, es fundamental promover la educación matemática en las primeras etapas de la vida, diseñando intervenciones que puedan mejorar las habilidades matemáticas de niñas y niños. Y este es, según los autores del artículo, “uno de los principales objetivos del naciente campo de la neurociencia educativa y, en particular, de la cognición matemática”.
¿Qué es la cognición matemática?
La cognición matemática es una disciplina que combina conocimientos de la psicología cognitiva, neurociencia, educación y matemática, con el objetivo de mejorar nuestra comprensión de cómo se adquieren y se utilizan las habilidades matemáticas, y cómo este entendimiento puede aplicarse para mejorar la enseñanza y superar dificultades de aprendizaje en este campo esencial.
Es una disciplina relativamente nueva en la que la investigación va en aumento. Sin embargo, la distancia entre los avances de investigación en cognición matemática y las prácticas del aula es aún demasiado lejana. El artículo que aquí resumimos («Claves cognitivas para enseñar matemática en la escuela», de Dinorah de León y Alejandro Maiche, que forma parte de la publicación Lecturas sobre cognición matemática temprana, editada por ProFuturo.) pretende justamente fortalecer ese vínculo y ser útil para la práctica educativa, especialmente en la enseñanza de la matemática. El propósito de este resumen es proporcionar una visión general de los conceptos y discusiones presentados en el capítulo original, con el fin de promover la comprensión y el interés en la enseñanza y el aprendizaje de las matemáticas desde una perspectiva cognitiva. Sin embargo, este resumen no sustituye la lectura del capítulo original, cuya lectura se recomienda a los lectores para una comprensión más profunda y detallada de los temas tratados.
¿Qué dice la ciencia cognitiva sobre el desarrollo de las habilidades matemáticas?
La investigación en cognición numérica ha arrojado luz sobre cómo los bebés y niños pequeños comienzan a desarrollar estas habilidades mucho antes de recibir instrucción formal en matemáticas. Por ejemplo, ya con pocas semanas de vida los bebés demuestran un sentido numérico aproximado (ANS), que les permite distinguir entre diferentes cantidades, una habilidad fundamental para el desarrollo matemático futuro. También, desde muy temprano, los bebés muestran la habilidad de discriminar entre grandes cantidades y responder a cambios en estas cantidades, lo que sugiere una comprensión intuitiva de «más» y «menos».
Después, a medida que los niños crecen, su interacción con el entorno juega un papel crucial en el desarrollo de habilidades matemáticas más sofisticadas como el aprendizaje del lenguaje numérico, el uso de símbolos numéricos y el desarrollo del pensamiento lógico y la resolución de problemas.
La instrucción formal en matemáticas construye sobre estas bases y va introduciendo los conceptos de manera secuencial y comprensible. Una enseñanza efectiva es aquella que aprovecha el conocimiento previo de los niños, promoviendo el desarrollo de un pensamiento matemático flexible.
Este proceso complejo destaca la importancia de experiencias educativas enriquecedoras desde una edad temprana, que fomenten tanto el pensamiento lógico como la curiosidad y el disfrute por las matemáticas.
La influencia decisiva de las familias
La participación y el involucramiento de las familias en el aprendizaje matemático de los niños es fundamental para el desarrollo temprano de habilidades en esta área. Así lo destaca la evidencia, que demuestra que el compromiso familiar tiene un impacto significativo en el rendimiento académico de los niños, donde aquellos con padres más involucrados tienden a alcanzar niveles académicos más altos.
La participación de las familias puede manifestarse de diversas maneras, incluyendo el establecimiento de un ambiente positivo hacia las matemáticas en el hogar, el apoyo en tareas y actividades de aprendizaje, y la comunicación activa con los educadores.
Sin embargo, no todas las familias tienen las mismas oportunidades para involucrarse de manera efectiva debido, entre otros, a factores como diferencias socioeconómicas, educativas y laborales. Para paliar esta desigualdad, los autores sugieren intervenciones educativas destinadas a promover la participación familiar en el aprendizaje matemático de sus hijos desde edades tempranas, y la necesidad de estrategias y políticas educativas que apoyen y promuevan este involucramiento.
Las matemáticas sociales: el nivel socioeconómico y las creencias de los docentes
Los factores sociales también juegan un papel fundamental en el aprendizaje matemático, influenciando significativamente el desarrollo y la adquisición de competencias matemáticas desde temprano.
Concretamente, el nivel socioeconómico (NSE) juega un rol clave, impactando desde las oportunidades educativas hasta la calidad del ambiente de aprendizaje. Así, las familias con un NSE más alto disponen de más recursos educativos, como materiales didácticos y tecnología, enriqueciendo así el entorno de aprendizaje doméstico. Estas familias también suelen involucrarse más en actividades que promueven habilidades matemáticas tempranas, tales como juegos que incluyen contar y clasificar.
Además, el nivel socioeconómico de las familias afecta las expectativas y actitudes de los padres hacia la educación. Los padres de niveles socioeconómicos más altos tienden a establecer expectativas académicas más elevadas, fomentando un interés y motivación mayores en sus hijos hacia las matemáticas. Por otro lado, el NSE también influye en la accesibilidad a instituciones educativas de calidad, perpetuando desigualdades educativas y limitando las oportunidades para niños de familias de bajos ingresos.
Las adversidades vinculadas a un bajo NSE, como la inseguridad alimentaria y el estrés económico, pueden afectar negativamente el desarrollo cognitivo y emocional de los niños, repercutiendo en su capacidad para aprender y rendir en matemáticas. Para contrarrestar estas desigualdades, es crucial implementar políticas educativas y programas de apoyo que aseguren recursos adicionales para estudiantes desfavorecidos y promuevan un enfoque inclusivo y equitativo en la educación matemática.
También, las expectativas y creencias de maestras y maestros afectan profundamente a la motivación y rendimiento académico de los estudiantes. De esta manera, por ejemplo, Cuando los educadores perciben la habilidad matemática como un talento innato, es posible que categoricen prematuramente a los estudiantes en grupos de «buenos» y «malos» en matemáticas. Esta percepción puede limitar las oportunidades de aprendizaje para algunos estudiantes, impactando negativamente en su autoestima y en su interés por la materia.
Además, la manera en que los docentes conciben la enseñanza de las matemáticas también influye en sus prácticas pedagógicas. Aquellos que ven la matemática más como una serie de procedimientos a memorizar pueden enfocarse en la repetición de fórmulas, mientras que los que la consideran como un ámbito de exploración y pensamiento crítico promueven el razonamiento y la solución de problemas, enriqueciendo la experiencia de aprendizaje.
Y, por supuesto, tenemos que hablar de género. Las creencias sobre el género en matemáticas pueden conducir a expectativas diferenciadas para niñas y niños, perpetuando estereotipos que limitan el potencial de las niñas y disminuyen su confianza en esta disciplina.
Para crear un entorno de aprendizaje inclusivo y estimulante, es fundamental que los educadores reflexionen sobre sus propias creencias y se comprometan con métodos de enseñanza que desafíen los estereotipos, fomenten la igualdad y reconozcan el potencial de todos los estudiantes. Por eso, la formación continua y el desarrollo profesional son esenciales para que los docentes adquieran las estrategias pedagógicas necesarias para apoyar una mentalidad de crecimiento en sus alumnos, subrayando que las habilidades matemáticas pueden desarrollarse a través del esfuerzo y la práctica.
¿Qué hacemos con estos aprendizajes?
Este artículo enseña importantes lecciones sobre la importancia de la matemática en la vida cotidiana, el rol de la cognición matemática y el desarrollo de habilidades tempranas en esta área, así como la importancia del involucramiento familiar, la influencia del contexto socioeconómico y el papel de las creencias y expectativas del docente sobre sus estudiantes.
A partir de ahí, queremos desarrollar algunas recomendaciones de política para avanzar hacia una enseñanza de la matemática que promueva la igualdad, la participación democrática y el desarrollo personal de todos los estudiantes.
- Promover la integración de la cognición matemática en la práctica educativa: desarrollar programas de formación docente que incorporen los últimos hallazgos en cognición matemática, asegurando que las prácticas pedagógicas reflejen una comprensión profunda del desarrollo de habilidades matemáticas.
- Fomentar la participación de las familias: crear iniciativas y recursos que faciliten la participación de las familias en el aprendizaje matemático, reconociendo y abordando las barreras específicas que enfrentan las familias de contextos socioeconómicos vulnerables.
- Implementar políticas de equidad educativa: Desarrollar e implementar políticas educativas que aborden la desigualdad en el acceso y la calidad de la educación matemática, proporcionando recursos adicionales y apoyo a estudiantes y comunidades desfavorecidas.
- Capacitación continua para educadores: Ofrecer oportunidades de desarrollo profesional continuo que permitan a los maestros reflexionar sobre sus creencias y expectativas, adoptando enfoques pedagógicos que fomenten una mentalidad de crecimiento y reconozcan el potencial de todos los estudiantes.
- Desafiar estereotipos y fomentar la igualdad: Actuar activamente contra los estereotipos de género y otras creencias limitantes que afectan las expectativas educativas y las oportunidades de aprendizaje, promoviendo una cultura de igualdad y respeto en el aula.