Oigo y olvido. Veo y aprendo. Hago y entiendo. En esta máxima filosófica del sabio y pensador chino Confucio podemos encontrar una de las razones de ser del Aprendizaje Basado en Proyectos, una metodología didáctica surgida en el entorno de las ciencias de la salud a finales de los años sesenta. En esencia, el ABP permite a los estudiantes adquirir conocimientos mediante la elaboración de proyectos que dan respuesta a problemas de la vida real.
El Aprendizaje Basado en Proyectos frente al aprendizaje convencional
Para explicar la buena acogida del ABP en algunas escuelas, podemos destacar tres aspectos fundamentales.
- Integración de contenidos curriculares con desafíos del mundo real. Este enfoque motiva a los estudiantes al vincular el aprendizaje con situaciones prácticas y tangibles, fortaleciendo su interés y participación en el proceso educativo.
- Interacción entre diversas materias y horarios con la colaboración de alumnos y docentes. Esta combinación facilita la enseñanza basada en competencias y se asemeja a las dinámicas de aprendizaje en la vida profesional adulta, preparando a los estudiantes de manera más efectiva.
- Fomento de la creación de productos para una evaluación continua y concreta de todo el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Cuando se trabaja por proyectos, retos o problemas los estudiantes se sumergen en las complejidades de las dinámicas del trabajo adulto, los docentes reorientan su rol hacia la gestión de procesos de aprendizaje más personalizados e interdisciplinares y los centros educativos transforman su liderazgo y compromiso en línea con su misión educativa.
Este artículo explora el Aprendizaje basado en Proyectos (incluyendo Retos o Problemas) como la estrategia educativa que más eficazmente promueve la adquisición de conocimientos y el desarrollo de competencias, actitudes y valores en los estudiantes.
Como introducción, es importante mencionar que el Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP o PBL por sus siglas en inglés) suele implementarse en grupos reducidos de alumnos, guiados por un tutor. Estos grupos se reúnen con el objetivo de analizar y resolver problemas o retos especialmente diseñados para alcanzar objetivos de aprendizaje específicos.
En el proceso de resolución del problema, los estudiantes no solo adquieren conocimientos relacionados con la materia, sino que también diagnostican sus propias necesidades de aprendizaje, comprenden la importancia del trabajo en equipo, desarrollan habilidades de análisis y síntesis de información y se comprometen con su propio proceso de aprendizaje.
Sintetizándolo gráficamente, en el proceso de aprendizaje convencional el trabajo seguiría este planteamiento:
Mientras, el proceso de Aprendizaje Basado en Proyectos puede representarse a partir de la siguiente secuencia de desarrollo:
A continuación destacamos las diferencias fundamentales entre estos dos enfoques metodológicos:
Finalmente, este esquema nos presenta la situación de aprendizaje para ambos casos en una comparativa.
Siguiendo las tesis del Instituto Tecnológico de Monterrey, una referencia en innovación educativa y en el análisis de esta metodología, el aprendizaje se potencia cuando:
- La información se presenta a los estudiantes en una forma apropiada, tanto secuenciada como organizada (centrado en el conocimiento).
- El contenido que se presenta hace referencia a los conocimientos previos y es relevante en la vida de los estudiantes (centrado en el estudiante).
- Se crean oportunidades para la realimentación formativa de los estudiantes y de los instructores. Los estudiantes se benefician al comprobar su propia comprensión y los instructores al evaluar la eficacia de su enseñanza (centrado en la evaluación).
- Se crea un ambiente que permite aprender de manera colaborativa (centrado en la comunidad).
Por todo ello, el Aprendizaje Basado en Proyectos conecta a docentes, estudiantes y centros educativos con el sentido vital de la escuela que es, en esencia, aprender disfrutando y disfrutar aprendiendo.