La irrupción de la inteligencia artificial en educación es un fenómeno que está provocando una transformación en la manera en la que se aprende y se enseña. Por supuesto, como sucede siempre con todas las innovaciones disruptivas, en seguida ha generado un intenso debate con opiniones encontradas a favor y en contra. Por un lado, están quienes ven a la IA como una herramienta poderosa para mejorar la educación y para personalizar el aprendizaje de los estudiantes de manera más eficiente y efectiva. Por otro lado, hay quienes temen que la IA pueda tener efectos negativos en la educación, como la exacerbación de las desigualdades o la eliminación de puestos de trabajo, y recelan de sus consecuencias en términos de ética, privacidad y seguridad.
La complejidad del tema, que involucra muchos factores y perspectivas, exige un abordaje cuidadoso, informado, crítico y equilibrado, que tenga en cuenta tanto los beneficios como las preocupaciones. ¿Cómo aprovechar sus beneficios y minimizar sus riesgos?
Nos encontramos en un momento crucial para, en palabras de Stefania Giannini, subdirectora general de educación de la Unesco, “orientar esta revolución hacia el buen sentido, con miras a mejorar los medios de subsistencia, reducir las desigualdades y promover una globalización justa e inclusiva.”
Para ello, en 2019, la Unesco publicó el Consenso de Beijing sobre la inteligencia artificial y la educación, el primer documento de la historia que ofreció recomendaciones sobre la mejor manera de aprovechar las tecnologías de IA para el ODS 4, de la Agenda de Educación 2030. En este artículo te contamos cuáles son esas recomendaciones.
El Consenso que fue aprobado durante la Conferencia internacional sobre la Inteligencia Artificial en la Educación, declara que la integración sistemática de la IA en la educación permite hacer frente a los mayores desafíos de la educación hoy en día, así como innovar en materia de prácticas de enseñanza y aprendizaje y, finalmente, acelerar los logros en la consecución del ODS 4. Ahora bien: ¿cómo hacer que esto suceda?
Stefania Giannini
Nos encontramos en un momento crucial para orientar esta revolución hacia el buen sentido, con miras a mejorar los medios de subsistencia, reducir las desigualdades y promover una globalización justa e inclusiva.”
El texto ofrece una serie de recomendaciones a gobiernos, organizaciones internacionales y a la propia Unesco que, entre otras cosas, debe cumplir la función de apoyar a los formuladores de políticas educativas en la aplicación de las medidas recomendadas.
¿Cuáles son estas recomendaciones para los gobiernos?
Planificación sistémica, multidimensional y financiada. Planificar y aplicar estrategias coherentes a nivel de todo el sistema para el uso de la inteligencia artificial en la educación, que estén armonizadas e integradas con las políticas educativas, dentro de una perspectiva de aprendizaje permanente. Tener presentes las necesidades de inversión para la implantación de la inteligencia artificial en las políticas y los programas educativos.
La IA, los datos y la gestión de la educación. Será preciso tener en cuenta el gran avance en el uso de los datos para transformar los procesos de planificación de políticas basadas en datos empíricos; usar herramientas de IA para perfeccionar los sistemas de información sobre la gestión de la educación, a fin de mejorar la recopilación y el procesamiento de datos, de modo que la gestión y la impartición de la educación sean más equitativas, inclusivas, abiertas y personalizadas.
La IA y el apoyo y la formación a los docentes. Velar porque las tecnologías de IA permitan el empoderamiento de los docentes en lugar de remplazarlos y crear programas adecuados con miras a reforzar las capacidades para que los docentes trabajen junto con los sistemas de IA. Revisar y definir dinámicamente las funciones de los docentes y las competencias que necesitan en el contexto de las políticas relativas a los docentes, fortalecer las instituciones de formación de docentes y elaborar programas adecuados de desarrollo de capacidades para preparar a los docentes para trabajar eficazmente en entornos educativos con fuerte presencia de la inteligencia artificial.
La IA para la evaluación del aprendizaje. Conocer las tendencias en cuanto al potencial de la inteligencia artificial para apoyar las evaluaciones del aprendizaje aprovechando el potencial de los datos, a fin de permitir la evaluación de las múltiples dimensiones de las competencias de los estudiantes, así como para apoyar la evaluación a gran escala y a distancia.
Desarrollo de valores y competencias para la vida y el trabajo en la era de la IA. Preparar a la próxima generación de trabajadores dotándolos de los valores y las competencias necesarias para la vida y el trabajo más pertinentes de la era de la IA. Adoptar medidas institucionales para mejorar la adquisición de competencias básicas sobre inteligencia artificial en todos los estratos de la sociedad.
La IA y el aprendizaje permanente. Utilizar las herramientas de IA para proponer sistemas de aprendizaje a lo largo de toda la vida, que permitan un aprendizaje personalizado en todo momento, en cualquier parte y para todos.
Promoción del uso equitativo e inclusivo de la inteligencia artificial en la educación. Velar por que la inteligencia artificial promueva oportunidades de educación y aprendizaje de alta calidad para todos, sin distinción por razón de género, discapacidad, condición social o económica, origen étnico o cultural o ubicación geográfica. El desarrollo y el uso de la inteligencia artificial en la educación no deben agravar la brecha digital ni mostrar sesgos contra ningún grupo minoritario o vulnerable.
Inteligencia artificial con equidad de género e inteligencia artificial para la igualdad de género. Promover la igualdad de género en la elaboración de herramientas de inteligencia artificial y dotar a las niñas y mujeres de competencias de inteligencia artificial para promover la igualdad de género en la fuerza laboral del ámbito de la inteligencia artificial.
Velar por el uso ético, transparente y verificable de los datos y algoritmos educativos. Tener en cuenta que las aplicaciones de la inteligencia artificial pueden imponer diferentes tipos de sesgos inherentes a los datos de los que se nutre la tecnología, así́ como a la forma en que se construyen y utilizan los procesos y algoritmos. Tener en cuenta los dilemas que plantea el equilibrio entre el acceso abierto a los datos y la protección de la privacidad de los datos. Ajustar los marcos regulatorios existentes o adoptar otros nuevos para velar por el desarrollo y el uso responsables de las herramientas de inteligencia artificial para la educación y el aprendizaje.
Seguimiento, evaluación e investigación. Apoyar la investigación, la innovación y el análisis de los efectos de la inteligencia artificial en las prácticas y los resultados del aprendizaje, así como en la aparición y validación de nuevas formas de aprendizaje.
Por su parte, el Consenso recomienda a las organizaciones internacionales:
Brecha y disparidades en el desarrollo de la IA. Supervisar y evaluar el impacto de la brecha y las disparidades entre los países en cuanto al desarrollo de la inteligencia artificial.
Crear alianzas y movilizar recursos para reducir la brecha en materia de inteligencia artificial y aumentar la inversión en la aplicación de la inteligencia artificial en la educación.
Reforzar el intercambio de información y de prácticas prometedoras, así como la coordinación y las medidas complementarias entre los países.
Proporcionar plataformas adecuadas para el intercambio internacional de información sobre marcos regulatorios, instrumentos y enfoques en relación con la aplicación de la inteligencia artificial en la educación.
