ProFuturo y Teach4All: el cambio sistémico empieza en las aulas

A punto de entrar en el segundo cuarto del siglo XXI, la desigualdad en el acceso a la tecnología educativa sigue siendo un enorme desafío, especialmente en entornos vulnerables. A través de un proyecto transformador en Camboya, Chile, Colombia, Kenia y Zimbabue, Teach For All y la Fundación ProFuturo capacitaron a más de 8.500 docentes, demostrando que la educación, combinada con innovación tecnológica y liderazgo comunitario, puede ser el motor para reducir brechas y construir un futuro más justo.

ProFuturo y Teach4All: el cambio sistémico empieza en las aulas

Como en muchos otros ámbitos, la tecnología está redefiniendo las dinámicas de aprendizaje. Sin embargo, la brecha digital continúa siendo un obstáculo crítico para el logro de la equidad educativa. A pesar de los esfuerzos en conectividad e infraestructura, millones de estudiantes y docentes en contextos vulnerables siguen sin acceder plenamente a las herramientas digitales, quedando rezagados en un entorno global cada vez más interconectado. La pandemia de COVID-19 evidenció con crudeza estas desigualdades, mostrando la urgencia de contar con docentes preparados para integrar la tecnología de manera significativa en sus aulas.

Conscientes de este desafío, Teach For All y la Fundación ProFuturo unieron esfuerzos para implementar el proyecto “Habilidades digitales y liderazgo comunitario para docentes y estudiantes” entre 2023 y 2024. Esta iniciativa, desarrollada en cinco países de tres continentes, se centró en capacitar a más de 8.500 docentes mediante un enfoque de formación en cascada, combinando competencias digitales, liderazgo colectivo y la integración de metodologías innovadoras. Su objetivo final: empoderar a los docentes como agentes de cambio capaces de transformar sus comunidades educativas y promover un acceso equitativo a la educación digital.

A continuación, analizaremos las metas alcanzadas, los desafíos superados y las lecciones aprendidas de esta ambiciosa experiencia, subrayando el rol de la colaboración internacional y el valor de las soluciones contextualizadas para construir un futuro educativo más justo e inclusivo.

La brecha digital en la educación del siglo XXI

La tecnología ofrece oportunidades sin precedentes para mejorar la calidad de la educación, personalizar el aprendizaje y preparar a las nuevas generaciones para un mundo en constante transformación. Sin embargo, la brecha digital sigue siendo profunda. Según la UNESCO, las disparidades en el acceso y uso de la tecnología no solo marginan a estudiantes sin recursos, sino que también limitan el potencial de docentes que carecen de competencias digitales sólidas. Esta desigualdad amenaza con perpetuar las injusticias educativas y lastran las perspectivas de desarrollo integral de niños y jóvenes.

En este contexto, no basta con dotar de dispositivos y conectividad. También es imprescindible formar a los docentes para que puedan aprovechar el potencial de las herramientas digitales en el aula, fomentando habilidades del siglo XXI como el pensamiento crítico, la creatividad y la colaboración. El proyecto “Habilidades digitales y liderazgo comunitario para docentes y estudiantes” fue concebido con este enfoque integral, uniendo la experiencia en educación digital de la Fundación ProFuturo con el marco de liderazgo “Teaching As Collective Leadership” (TACL) de Teach For All, y apostando por un cambio sistémico y sostenible.

El proyecto “Habilidades digitales y liderazgo comunitario para docentes y estudiantes” logró un impacto significativo, superando las metas propuestas y generando transformaciones tangibles en las comunidades educativas participantes.

Metodología e implementación

Formación docente

Foto: Teach for Cambodia

El proyecto “Habilidades digitales y liderazgo comunitario para docentes y estudiantes” se estructuró sobre una metodología de formación en cascada, diseñada para maximizar el impacto mediante la capacitación de un grupo inicial de coaches, quienes a su vez formarían a otros docentes en sus comunidades. Este enfoque no solo multiplicó los resultados del proyecto, sino que también promovió un liderazgo colectivo que empoderó a los participantes para asumir roles de agentes de cambio en sus entornos educativos.

La implementación se extendió a cinco países: Camboya, Chile, Colombia, Kenia y Zimbabue. Los cursos, diseñados para adaptarse a contextos locales, incluyeron contenidos sobre competencias digitales básicas, manejo de herramientas interactivas, y proyectos de aprendizaje basado en metodologías innovadoras. Cada curso, de 25 horas de duración, fue complementado con actividades que fomentaron reflexiones pedagógicas profundas y la aplicación práctica en el aula.

El proyecto utilizó una combinación de formatos para adaptarse a las realidades de cada país: sesiones presenciales, capacitaciones en línea y aprendizaje asincrónico a través de plataformas digitales. En regiones con desafíos de conectividad e infraestructura, como Kenia y Zimbabue, se priorizaron los talleres presenciales, mientras que en contextos con mayor acceso a tecnología, como Chile y Colombia, se implementaron plataformas en línea.

Más allá del desarrollo de habilidades técnicas, esta metodología buscó también transformar la percepción de los docentes sobre su papel en la educación digital. Así, a través de talleres interactivos y herramientas de evaluación continua, se promovió un aprendizaje colaborativo, donde los participantes compartieron experiencias, superaron barreras y cocrearon soluciones para implementar lo aprendido en sus comunidades.

La ejecución del proyecto estuvo guiada por un sistema de monitoreo y evaluación riguroso que permitió medir resultados en tiempo real, identificar áreas de mejora y asegurar la calidad de las capacitaciones. Esta estrategia no solo garantizó la efectividad del proyecto, sino que también generó aprendizajes clave para futuras iniciativas que busquen abordar la brecha digital y transformar la educación en contextos vulnerables. De sus resultados y de estos aprendizajes, hablaremos a continuación.

El impacto transformador del proyecto

El proyecto “Habilidades digitales y liderazgo comunitario para docentes y estudiantes” logró un impacto significativo, superando las metas propuestas y generando transformaciones tangibles en las comunidades educativas participantes. A continuación, se presentan los resultados más relevantes:

  • Más allá de las metas de cobertura. El proyecto capacitó a 567 docentes en cinco países de tres continentes, superando la meta inicial de 8.000 participantes. Destacó especialmente Kenia, que capacitó a 2.040 docentes, superando su meta inicial de 1.102 participantes con un cumplimiento del 185%. Zimbabue, Camboya y Colombia cumplieron sus respectivas metas de capacitación. En el otro lado, Chile, con 1.069 docentes capacitados se quedó en el 71% de su meta de 1.500.
  • Impacto en las habilidades y en la confianza de los docentes. El monitoreo y evaluación del proyecto reveló mejoras significativas en la confianza y competencias de los docentes: así, en términos globales, un 88% de los participantes afirmó sentirse más seguro en el uso de herramientas digitales tras la capacitación, un 96% consideró que los cursos incrementaron su conocimiento sobre metodologías educativas innovadoras aplicables en el aula, un 88% implementó técnicas aprendidas en su práctica pedagógica, reflejando la aplicabilidad inmediata de los contenidos, y un 89% recomendaría el programa a otros docentes.
  • Se emitieron más de 9.000 certificaciones. En total, se emitieron 415 certificados en los cursos ofrecidos, con algunos módulos particularmente destacados como Gestión de información y navegación en internet (que fue el curso más popular, con 3.275 certificaciones emitidas) y Vídeo interactivo, el segundo curso más demandado, con 2.235 certificaciones.
  • Adaptación, metodología y colaboración: los factores del éxito. Los factores más relevantes que contribuyeron al éxito del proyecto fueron la adaptación al contexto local (los cursos y estrategias se personalizaron para responder a las necesidades de cada país, incluyendo traducción de contenidos al khmer en Camboya y capacitaciones presenciales en regiones con limitaciones de conectividad); la metodología en cascada que, como ya hemos dicho, permitió maximizar el alcance del proyecto, y la colaboración estratégica, materializada en forma de alianzas con socios locales, como Enseña Chile y Fundación Telefónica Movistar en LATAM, y la experiencia previa en proyectos similares en Kenia y Zimbabue.
  • Impacto sostenido. Además de los docentes capacitados directamente, se espera que los beneficiarios extiendan el impacto del proyecto al: capacitar a sus colegas, estudiantes y comunidades y al fomentar la integración de metodologías digitales innovadoras en sus contextos educativos.

Retos y lecciones aprendidas

Llegar a estos resultados implicó recorrer un largo camino en el que también se afrontaron retos cuya superación generaron valiosas lecciones que servirán para implementar otros proyectos y esfuerzos similares. Integrar ambos enfoques, desafíos y lecciones, nos permitirá comprender mejor cómo este proyecto transformó desafíos en oportunidades de mejora, fortaleciendo su impacto en comunidades vulnerables. Lo vemos.

  1. Barreras de acceso a tecnología e infraestructura. En países como Zimbabue y Camboya, las limitaciones de conectividad, acceso a dispositivos y cortes de energía dificultaron la capacitación de los docentes. Para resolverlas, se optó por realizar sesiones presenciales y distribuir materiales en formatos descargables, asegurando que los contenidos fueran accesibles a pesar de estas limitaciones.
  2. Resistencia al cambio en docentes mayores. Algunos docentes (especialmente en Zimbabue y Colombia) mostraron inseguridad y ansiedad a la hora de usar herramientas digitales. Esta resistencia se debió en parte al temor de cometer errores y a la falta de confianza en sus habilidades tecnológicas. Para vencer esta resistencia se implementaron talleres personalizados y sesiones de refuerzo con el objetivo de generar confianza y fomentar un ambiente de aprendizaje colaborativo.
  3. Baja percepción de relevancia en algunos contextos. En Chile y Colombia, la percepción de la relevancia de las competencias digitales disminuyó tras la pandemia, lo que afectó a la motivación de los docentes para participar en los cursos. Para mitigar este riesgo, se reforzó la comunicación sobre los beneficios prácticos de los cursos y se adaptaron los contenidos para responder a necesidades locales, como la integración de herramientas digitales en evaluaciones y proyectos específicos.
  4. Restricciones logísticas y culturales. En Camboya, la necesidad de traducir los contenidos al jemer retrasó el inicio de las capacitaciones, mientras que en Chile, las vacaciones escolares afectaron el ritmo de inscripción y participación. Para vencer estos desafíos, se diseñaron cronogramas adaptados al contexto de cada país y se flexibilizó la entrega de los cursos para acomodar las necesidades locales.
  5. Complejidad en la gestión y monitoreo. El requisito inicial de registrar solo a docentes “únicos” (que no hubieran pasado antes por ningún curso de ProFuturo o Teach4All) ralentizó el progreso y generó confusión administrativa, especialmente en Chile y Colombia. Por ello decidió este requisito fue eliminado en 2024, priorizando la calidad de la experiencia formativa sobre las métricas estrictas de exclusividad.

El análisis de la implementación del proyecto “Habilidades digitales y liderazgo comunitario para docentes y estudiantes” revela aprendizajes clave que pueden servir como guía para futuras iniciativas similares. Estos puntos destacan la importancia de la adaptabilidad, el liderazgo y un enfoque integral en proyectos educativos.

  1. La importancia de la personalización. Adaptar los contenidos y metodologías a las particularidades culturales y contextuales de cada región fue fundamental para superar barreras y maximizar el impacto. Ejemplos como la traducción de materiales al khmer en Camboya y la priorización de talleres presenciales en Kenia ilustran cómo la personalización no solo mejora la accesibilidad, sino que también asegura la relevancia y la efectividad de las capacitaciones en distintos contextos.
  2. El valor del acompañamiento continuo. Los docentes que contaron con apoyo constante por parte de sus coaches mostraron mayores tasas de finalización de los cursos y una aplicación más efectiva de las habilidades adquiridas en el aula. Este hallazgo refuerza la importancia de un enfoque humano y relacional en proyectos de formación, donde el acompañamiento no se limita a la transferencia de conocimientos, sino que fomenta la confianza y el compromiso de los participantes.
  3. La flexibilidad como herramienta de resiliencia. La capacidad de ajustar metas y estrategias en respuesta a desafíos imprevistos resultó ser un factor clave para el éxito. Por ejemplo, el cambio de enfoque hacia la fidelización de los docentes en lugar de métricas estrictas, como la exclusividad de participantes, permitió optimizar los resultados. Este aprendizaje destaca la necesidad de priorizar la calidad del impacto sobre el cumplimiento rígido de indicadores.
  4. La relevancia del liderazgo local. Involucrar a actores locales, como coaches y docentes líderes, fue esencial para construir confianza y garantizar la sostenibilidad del impacto. Esto fue evidente en países como Kenia y Zimbabue, donde los docentes capacitados asumieron roles de liderazgo en sus comunidades, multiplicando el efecto del proyecto y fortaleciendo las redes educativas locales.
  5. La necesidad de un enfoque holístico. Más allá de enseñar habilidades digitales, el proyecto demostró que es esencial abordar las necesidades emocionales, sociales y profesionales de los docentes. En Camboya, por ejemplo, los talleres estimularon reflexiones sobre el propósito educativo, lo que revitalizó la motivación de los docentes veteranos y empoderó a los más jóvenes.
  6. Conexión entre la tecnología y el propósito educativo. Este proyecto reafirmó, una vez más, que las herramientas digitales deben estar al servicio del aprendizaje y no al revés. Fomentar un entendimiento claro sobre el propósito pedagógico de las tecnologías, como ocurrió en Colombia con actividades centradas en la búsqueda de información confiable, ayudó a los docentes a integrar estas herramientas de manera significativa en su enseñanza.

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