Historias

Me llamo Berger Badere y creo en el desarrollo a través de la educación

Berger Badere

Berger Badere, docente en Malaui

Compartir

 «La educación es una de las necesidades de esta comunidad. Después de formarme, pensé en contribuir en la forma de llenar ese vacío, porque hay mucha gente que quiere formarse. Y como tengo el conocimiento, sólo tengo que compartirlo con ellos.»

“Me llamo Berger Badere. Soy facilitador aquí en el laboratorio digital que trabaja con el Servicio Jesuita a Refugiados. Soy de nacionalidad congoleña. Vengo de la República Democrática del Congo en la provincia de Kivu del Sur. Estoy aquí desde 2013″. Así se presenta Berger, docente ProFuturo en el campo de refugiados de Dzaleka, en Malaui. 

Berger está seguro de que sus conocimientos y sus habilidades como orador son claves para generar un impacto positivo en su comunidad y en los niños y niñas que necesitan un desarrollo a través de la educación. «La educación es una de las necesidades de esta comunidad. Después de formarme, pensé en contribuir en la forma de llenar ese vacío, porque hay mucha gente que quiere formarse. Y como tengo el conocimiento, sólo tengo que compartirlo con ellos”, afirma. 

Retos educativos

Si bien es cierto que el mundo de la enseñanza es la pasión de Berger, este docente congoleño en Malaui, admite que en muchas ocasiones el proceso es complicado debido a las circunstancias de cada alumno en el campo de refugiados de Dzaleka. El mayor reto es que estos niños tienen diferentes niveles. Algunos saben leer, otros no pueden leer. Incluso hay algunos que no saben ni escribir su propio nombre”.

Ante esta problemática, Berger ha encontrado en la educación digital y en la tecnología, una fuente de motivación para sus alumnos y una forma de derribar los obstáculos en situaciones educativas complejas como son los contextos humanitarios. «La tecnología ha sido de gran ayuda. Como puedo decir, esta clase es una clase digital en la que sólo usamos la tecnología. Es mucho mejor que una clase en la que usamos una pizarra y tizas. Esto es diferente.»

Aprender y enseñar como motor de los docentes

Las tabletas, los contenidos digitales o las nuevas metodologías de aprendizaje, son una fuente de conexión profesor-alumno, según nos cuenta Berger. “Creo que los estudiantes están muy motivados con las tabletas porque, en primer lugar, les gusta jugar con ellas y, en segundo lugar, creen que aprender con la tableta es mucho mejor que venir con un cuaderno y escribir”.

Sin embargo, Berger confiesa que sin una correcta formación previa de los docentes, este proceso basado en la educación digital, no sería posible. «El desarrollo de capacidades es una de las cosas más bonitas para los trabajadores. No puedes ser perfecto y no puedes trabajar bien si no sabes cómo hacerlo. Así que creo que estas formaciones son muy importantes porque nos muestran cómo debemos trabajar.»

Nuestra labor en Malaui

ProFuturo empezó a trabajar en Malaui en septiembre de 2019. Desde entonces, implementamos nuestro programa de educación digital en el campo de refugiados de Dzaleka, a unos 40 km de la capital. El campo acoge a unas 54.000 personas, de los que más de la mitad son niños y jóvenes y en su mayoría procedentes de la vecina República Democrática del Congo. 

En colaboración con Entreculturas y el Servicio Jesuita a Refugiados (JRS)  queremos garantizar una educación de calidad y un entorno seguro de aprendizaje en el único colegio de educación primaria que hay en este campo de refugiados. Asegurar la continuidad educativa de niños y niñas de entre 9 y 12 años en esta situación de emergencia es nuestro objetivo principal.