¿Cómo usan internet niñas y niños?
Internet nació como un sistema para que los científicos de todo el mundo pudieran compartir información. El 23 de agosto de 1991 se lanzaba al mundo la World Wide Web. En 1991 sus usuarios no alcanzaban el 1% de la población mundial. Hoy, 32 años después, son 5.160 millones de personas, esto es, el 64,4% de la población mundial. Son datos del informe Digital 2023 realizado por We Are Social y Hootsuite.
Según UNICEF, los niños y adolescentes representan, aproximadamente, uno de cada tres usuarios. Un número cada vez mayor de pruebas empíricas revelan que los niños están accediendo a internet a edades cada vez más tempranas. Según esta misma organización, en algunos países, los niños menores de 15 años tienen la misma probabilidad de usar internet que los adultos mayores de 25 años. Los teléfonos inteligentes están alimentando una “cultura del dormitorio”, y para muchos niños, el acceso en línea es cada vez más personal, tiene un carácter más privado y está menos supervisado.
Ahora que ya sabemos la cantidad de niños que lo usan, veamos cómo lo hacen. El titular general sería en casa, preferentemente a través de dispositivos móviles, sobre todo smartphones (son más flexibles y privados) y para comunicarse, aprender cosas nuevas y jugar online. Son datos del proyecto Global Kids Online, una iniciativa de Unicef, la London School of Economics y la Unión Europea, que reúne evidencias sobre los derechos, oportunidades y riesgos digitales de la infancia en 33 países de todo el mundo. Acercando la lupa a este titular, podríamos ver cómo, por ejemplo, en Filipinas, a los niños les encanta Facebook y YouTube, y sus principales actividades en línea son aprender algo nuevo, las redes sociales, ver videoclips, utilizar Internet para las tareas escolares y jugar en línea. En Sudáfrica, hasta dos de cada cinco adolescentes buscan información sanitaria en Internet al menos una vez a la semana. En Brasil, tres de cada 10 niños buscan información sobre bienestar y salud mental. Por lo demás, las actividades multimedia, educativas y de comunicación fueron las actividades en línea más comunes entre los niños y jóvenes brasileños.
¿Son nuestros niños verdaderos nativos digitales?
Rotundamente no. Nadie nace sabiendo y, en esto, el manejo de lo digital no es una excepción. No es lo mismo saber usar una tecnología que saber cómo usar una tecnología. Algunos estudios han demostrado que, si bien los más pequeños (nativos digitales) manejan con soltura las nuevas tecnologías, carecen de las habilidades técnicas, críticas y sociales necesarias para enfrentarse a los peligros que estas representan.
Las nuevas tecnologías y el entorno digital ofrecen a niñas, niños y jóvenes grandes oportunidades. Pueden, por ejemplo, acceder a una cantidad ingente de información a la que ninguna generación anterior había tenido acceso; pueden aprender de muchas maneras distintas, mediados por esas tecnologías y también pueden crear y distribuir su propio contenido al mundo entero. Sin embargo, estas oportunidades, que además, resultan clave para el desarrollo de sus plenas capacidades como seres humanos, deben ir siempre de la mano de la responsabilidad. Así, de la misma manera que en el mundo analógico protegemos a nuestros niños de diversas situaciones potencialmente peligrosas y les enseñamos a protegerse de ellas, en el mundo digital no podemos olvidarnos de esa protección.
Para protegerse, los niños deben adquirir competencias digitales que, como nos contaba la experta Marcela Momberg, son las que un ciudadano tiene que tener en esta era hiperconectada para poder existir en el espacio digital. Eso implica competencias para discriminar la información, para comunicarse, para autocuidarse, para crear en un espacio completamente diferente, para democratizar la información. Es una suma de competencias que permiten saber qué deberes y qué derechos tenemos en un espacio que está en continua transformación. Estas competencias deben ser generadas desde el aula, con el acompañamiento de los padres y el apoyo de las instituciones.
¿Qué significa hacer un uso crítico, seguro y responsable de las nuevas tecnologías?
El consumo de información siempre ha venido acompañado de la necesidad de hacer uso del pensamiento crítico. ¿Quién nos cuenta qué? ¿Cuáles son sus credenciales? ¿Por qué debo fiarme de esta información? Actualmente, con el gran volumen de información que manejamos, gracias a la eclosión de las nuevas tecnologías, la necesidad de hacer un uso crítico de esta se ha multiplicado por mil. Hoy es más necesario que nunca aprender a evaluar la credibilidad de la información que consumimos. Como productores de contenidos también debemos aprender a producir contenidos relevantes y apropiados, utilizando las fuentes correctas.
Por otro lado, y como ya hemos dicho, en el mundo digital, como en el analógico es muy importante saber cómo protegernos frente a posibles riesgos. Así, proteger nuestros datos y nuestra información personal y evitar los fraudes, las páginas no seguras y la recepción de información maliciosa son algunas de las acciones que debemos interiorizar desde pequeños para hacer un uso seguro de las nuevas tecnologías.
Por último, la responsabilidad y el respeto hacia uno mismo y hacia los demás, que debemos practicar en nuestro día a día en el mundo analógico, son valores que deben ser trasladados al mundo digital cuando interactuamos en la red de redes.
¿Y qué hay de los docentes? ¿Están preparados para enseñar ciudadanía digital?
La incorporación de la tecnología en la educación conlleva el reto de formar un nuevo profesional: un nuevo profesor que sepa integrar las nuevas tecnologías en su práctica pedagógica y que sea capaz de orientar a sus alumnos en este uso crítico, seguro y responsable de las nuevas tecnologías. La sociedad global y tecnológica del siglo XXI necesita docentes con competencias específicas para poner la tecnología al servicio del modelo pedagógico e introducirla en el aula. ¿Cómo deben ser los nuevos docentes en un entorno educativo cada vez más digital? ¿Qué deben saber para poder enseñar a sus estudiantes? Te lo contamos en este post. ¿Cuáles son estas competencias y cómo desarrollarlas? Aquí te mostramos algunos programas y, en esta entrevista, una profesora con mucha experiencia nos cuenta su receta para apoyar a los maestros, especialmente aquellos de entornos vulnerables.
¿Qué podemos hacer para promover un uso seguro, crítico y responsable de internet?
Ya hemos visto cómo hoy uno de cada tres usuarios de internet son niños (esto es, 1.720 millones de niños, niñas y jóvenes) y, en el futuro, esta tendencia no hará sino aumentar. También hemos visto cómo el problema no son las nuevas tecnologías en sí mismas sino la forma en la que se está educando al ciudadano del siglo XXI, a quien no se está enseñando a usar estas nuevas tecnologías de una forma adecuada. ¿Y qué acciones prioritarias pueden promoverse desde organismos públicos y privados, nacionales y supranacionales, para proteger a las niñas y niños de los peligros del mundo digital ayudándoles, al mismo tiempo a beneficiarse de las múltiples ventajas que les depara la conectividad?
En su informe Estado Mundial de la infancia 2017: niños en un mundo digital, Unicef esboza una serie de puntos para guiar la formulación de políticas y la acción práctica en la esfera digital en relación con la infancia. Los resumimos a continuación:
- Proporcionar a todos los niños un acceso asequible a recursos en línea de alta calidad. La calidad de los contenidos es uno de los factores más determinantes cuando hablamos del uso seguro, crítico y responsable de las nuevas tecnologías. El acceso a contenidos de calidad les facilita el acceso a la información y a oportunidades de empleo y participación social. Por eso es preciso garantizar a todos los niños el acceso a recursos online de alta calidad. ¿Cómo? Reduciendo el costo de la conectividad; invirtiendo en puntos de acceso público y promoviendo la creación de contenido pertinente para los niños y en sus propios idiomas.
- Proteger a los niños de los daños en línea apoyando la aplicación de las leyes y las actividades nacionales e internacionales de protección a la infancia y promoviendo actividades de información y concienciación a todos los niveles.
- Proteger la privacidad y la identidad de los niños en línea implementando garantías para proteger la información personal de los niños de acuerdo con las normas éticas e internacionales; prohibiendo la explotación de los datos personales de los niños con fines comerciales y estableciendo por defecto la máxima configuración de privacidad en las herramientas y plataformas digitales utilizadas por niños.
- Impartir alfabetización digital para mantener a los niños informados, comprometidos y seguros online enseñando alfabetización digital en las escuelas; estableciendo oportunidades para aprender conocimientos sobre TIC en la educación no oficial o apoyando la capacitación de los docentes.
- Aprovechar el poder del sector privado para promover normas y prácticas éticas que protejan y beneficien a los niños online. El sector privado ha tenido una importancia clave en el estallido de la revolución digital. Como proveedores de acceso a internet, como productores y proveedores de contenido y de otros bienes digitales, y como proveedores de bienes y servicios en línea, las empresas digitales están cada vez más integradas en la vida de los niños. Como guardianes que controlan el flujo de información a través de las redes, también tienen acceso a grandes cantidades de información y datos de los niños. Estas funciones proporcionan a las empresas un poder e influencia considerables, y con esto se incrementan sus responsabilidades.
- Poner a los niños en el centro de la política digital. A pesar de las estimaciones de que los niños representan una tercera parte de los usuarios de internet, las políticas de internet nacionales e internacionales actuales no tienen suficientemente en cuenta las necesidades y los derechos particulares de los niños. Las políticas relacionadas con la ciberseguridad, la inteligencia artificial y el aprendizaje automático, la neutralidad de la red y la apertura de internet se centran ante todo en el usuario adulto. Por eso sería preciso contar con las opiniones de niñas, niños y jóvenes en la elaboración de las políticas digitales que afectan a sus vidas e integrar cuestiones específicas relacionadas con la infancia en las políticas y estrategias nacionales.
La necesidad de formar ciudadanos digitales críticos y responsables urge cada vez más. Las escuelas y los docentes están en una situación privilegiada para promover el uso seguro, crítico y responsable de las nuevas tecnologías. Pero para desarrollar con éxito su labor docente, necesitan disponer de un marco claro que deben proporcionarle las políticas institucionales y las administraciones públicas. Nos encontramos ante una oportunidad histórica que gobiernos, docentes, instituciones privadas y organizaciones de la sociedad civil debemos aprovechar para desarrollar contenidos, recursos educativos y metodologías de trabajo en el aula que permitan a las próximas generaciones vivir en el mundo digital de la mejor manera posible.