La IA y la educación en América Latina: una nueva oportunidad

¿Puede la inteligencia artificial ayudar a cerrar brechas educativas en América Latina? Axel Rivas, experto en innovación educativa y coordinador del estudio La llegada de la IA a la educación en América Latina: en construcción, analiza el impacto incipiente de estas tecnologías, advierte sobre los riesgos de exclusión y subraya el rol clave del Estado para transformar esta nueva oportunidad en una política educativa inclusiva y sostenible.

La IA y la educación en América Latina: una nueva oportunidad

En América Latina, donde la educación no avanza todo lo bien que nos gustaría, la llegada de la inteligencia artificial, nos plantea una vieja interrogante, que surge cada vez que irrumpe una nueva tecnología: ¿será diferente esta vez?

En una conversación reciente con este Observatorio, Axel Rivas, investigador y referente latinoamericano en innovación educativa, analiza el estado incipiente del vínculo entre IA y educación en la región. Su diagnóstico: hay entusiasmo, hay ideas, pero no hay un proyecto común. “Todavía el tema está apenas comenzando”, dice. “Los desarrollos son muy interesantes… pero también muy incipientes y descontextualizados”. Cree que aún estamos a tiempo. Pero el reloj corre.

Junto a un equipo de investigación, Rivas ha mapeado 26 iniciativas que incorporan IA en el ámbito educativo en América Latina. No es un número despreciable, pero sí modesto si se lo compara con el volumen de necesidades que enfrenta el sistema educativo regional. La mayoría de estas iniciativas proviene del sector privado y, aunque valiosas, suelen carecer de anclaje local. “Muchas veces son plataformas que surgen en otros contextos, en otras realidades. Son útiles, pero les falta esa cuota más local que siempre es importante para la relación entre un proyecto educativo y la cultura de nuestros países”, advierte.

Su diagnóstico no es pesimista, pero sí prudente. Rivas habla desde la experiencia de quien ha visto pasar muchas olas de innovación que no llegaron a convertirse en transformaciones profundas. Lo que falta, según este investigador, es una mirada de política pública que esté a la altura del desafío. La IA no va a resolver por sí sola los problemas estructurales del sistema educativo. Pero puede ayudar.

Rivas advierte que el momento es delicado. No solo por la falta de recursos, sino por la falta de decisión política sostenida. La fragmentación institucional, la discontinuidad de las políticas, la escasez de capacidades técnicas: todo eso conspira contra la posibilidad de pensar la IA como una herramienta al servicio de un proyecto educativo común.

Pero no todo es advertencia. También hay una invitación a mirar con más apertura. “Muchas veces tenemos una mirada muy fatalista de todo… Pero hay que empezar desde el lugar de la oportunidad. ¿De qué nos puede ayudar esto?”, propone. La clave, dice, está en no caer ni en el miedo ni en la ingenuidad. Ni pensar que la IA reemplazará al docente, ni creer que basta con tener acceso a ella para que todo mejore. El aprendizaje sigue siendo un proceso humano. Y los riesgos —como el plagio, la deshumanización, la pérdida de control sobre los datos— son reales. Pero también lo es el potencial.

El desafío, entonces, es político, técnico y ético. Y, como casi siempre en América Latina, tiene que ver con la desigualdad. La IA puede ampliar esa brecha o ayudar a cerrarla. La diferencia está en cómo —y para quién— se use.

Quienes quieran entender mejor lo que nos jugamos, pueden ver la entrevista completa a continuación.

También podría interesarte