Son videojuegos. Sin embargo, su propósito fundamental no es entretener (aunque sí deben tener cierto componente de divertimento). Los Serious Games se crean con fines sociales, educativos, científicos, políticos o, incluso, sanitarios. Por ejemplo, un simulador de operaciones para entrenar a los médicos o uno que reproduzca las durísimas condiciones de vida de las personas refugiadas para concienciar a la población.
Aunque la gamificación en las aulas es una innovación educativa que empieza a abrirse paso tímidamente, los Serious Games son un filón aún no demasiado “explotado” en educación. Sirven para todas las asignaturas y pueden explicarnos conceptos matemáticos, geométricos o químicos y también ayudarnos a entender la historia o analizar el arte. Además, pueden utilizarlo docentes con cualquier nivel de competencia digital: desde aquellos que no tienen demasiada idea, hasta los más “pro”.
En esta entrevista, Alba Rodríguez, directora de innovación y tecnología educativa en Possible Lab, nos explica cómo usar la versión educativa del popular videojuego Minecraft, para crear experiencias de aprendizaje diferentes y motivadoras. Esta experta en Minecraft Education nos cuenta cómo usarlo en el aula en diferentes asignaturas, cómo forman a los docentes para que aprendan a sacarle el mejor partido o cómo aprovecharla en entornos vulnerables.