La tecnología en la escuela: qué piensan los jóvenes

Estudiantes, educadores y expertos comparten percepciones sobre el papel que juegan el uso de internet y las tecnologías digitales en los procesos de enseñanza y aprendizaje.

La tecnología en la escuela: qué piensan los jóvenes

*Este post se ha elaborado con declaraciones obtenidas por Fundación Telefónica Brasil para su artículo Tecnologia na escola: aliada ou inimiga?

El uso de tecnologías digitales por parte de la escuela inició hace algunos años un camino sin retorno, especialmente tras la irrupción de la pandemia de COVID-19. Con diferentes niveles de penetración y grados de éxito, todos los países del mundo están introduciendo el uso de la tecnología en sus currículos educativos nacionales. Mientras se desarrolla un amplio e intenso debate sobre las bondades o perjuicios de este proceso, la Fundación Telefónica Vivo patrocinó la realización de una encuesta en Brasil para conocer las reflexiones y opiniones de la juventud brasileña sobre internet y las tecnologías digitales aplicada a múltiples aspectos de su vida, entre ellos, la educación. La tercera edición del estudio Juventud y Conexiones, elaborado y presentado en 2019, por la Red de Conocimiento Social en colaboración con IBOPE Inteligência, tuvo en cuenta las opiniones de 1.440 jóvenes usuarios de Internet de 15 a 29 años, de todas las clases sociales y de todas partes de Brasil.

¿Qué piensan los jóvenes sobre el uso de las nuevas tecnologías en la escuela? ¿Creen que mejora realmente la relación de enseñanza-aprendizaje? ¿Cuáles serían, según estos jóvenes, los beneficios o desafíos que la conectividad impone a la escuela y a sus actores? En este post, que además de los resultados de la encuesta recoge las opiniones de educadores y expertos consultados por Fundación Telefónica Brasil, intentamos dar respuesta a estas preguntas.

Juventud y conexionesInternet influencia positiva: más dedicación y flexibilidad

Uno de los principales hallazgos en relación con la educación revela que, en general, los encuestados consideran que Internet mejora la dedicación a los estudios, favorece el intercambio de conocimientos y aporta más flexibilidad al proceso de enseñanza-aprendizaje. Así, la mayoría de los encuestados se mostraron totalmente de acuerdo con afirmaciones como “uso internet para prepararme y autoevaluarme tests y exámenes”, “internet aumenta el intercambio de conocimiento escolar y académico entre personas”, “con internet es más fácil hacer trabajos en grupo” “utilizo internet frecuentemente para profundizar mis conocimientos sobre algún tema tratado en el aula” o “internet posibilita que yo aprenda a mi ritmo y con horarios más adecuados a mis necesidades”.

También el 55% de los encuestados consideran que internet ha tenido una influencia positiva al tiempo que dedican a sus estudios (frente al 29% que considera lo contrario) y un 50% cree que también ha afectado positivamente su concentración a la hora de realizar trabajos escolares (frente a un 33% que piensa que esto no es así).

Sin embargo, no podemos desdeñar el porcentaje de jóvenes que considera que el mundo conectado puede aumentar la dispersión y la dificultad de administrar el propio tiempo, especialmente frente a las múltiples distracciones que ofrece la red. En este sentido se manifestaba uno de los jóvenes participantes en el transcurso de uno de los grupos de discusión. “Abres YouTube para estudiar con un video serio del contenido que necesitas. Pero en mi caso, empiezo a estudiar cálculo y a la media hora ya puedo ver un video de gallinas poniendo huevos ”.

La mediación del maestro es clave

Además del estudio, la Fundación Telefónica Vivo en Brasil consultó a varios jóvenes y expertos para completar esta radiografía. Es el caso de Hemily Correa, de 22 años, licenciada en Contabilidad por la Universidad Estatal de Mato Grosso. Esta joven nacida en Cáceres (MT), afirma que desde la Educación Básica su relación con Internet en los estudios tiene altibajos: es cierto que, por un lado, toda la información que necesita está a su alcance; pero también tiene problemas para encontrar lo que necesita.

“Mi generación no ha sido orientada en el uso de internet, en el desarrollo del conocimiento. Parece que todo tiene acceso libre, si bien el impacto de ello en la era de fake news es profundo. Mucha gente crea información mediante el ‘CTRL C + CTRL V’ sin sentido crítico. Es decir, tienes acceso a todo y al mismo tiempo disfrutas muy poco, lo que genera mucha ansiedad ”, define Hemily.

Hacer un buen uso de Internet para investigación es uno de los mayores desafíos para la educadora Ligia Roca, profesora de artes y medios en una escuela privada en el oeste de São Paulo.

“Me doy cuenta de que los estudiantes tienen dificultades para ‘curar’ Internet. Cuando Google trae millones de resultados, obtienen los primeros que aparecen desde cualquier lugar, sin prestar atención a las fuentes. Mi propósito es guiarlos para que puedan realizar una buena investigación ”, dice Ligia.

El maestro debe mediar entre el conocimiento que la escuela puede proporcionar y el mundo del estudiante. Y la tecnología ayuda mucho porque aporta más recursos creativos para dialogar con los jóvenes. Pero para que ello se realice convenientemente es preciso que el maestro conozca bien a su estudiante ”, aconseja Ligia.

Un buen complemento si hay autodisciplina

Lorian Moreira de Toledo, de 26 años, siempre ha visto la tecnología como un aliado de sus estudios, hasta el punto de que se graduó en Diseño Digital.

“Siempre he usado tecnología para mis estudios. El formato de mis clases de pregrado ya era más interactivo y colectivo, lo cual atrajo mi atención más que las clases convencionales ”, dice Lorian.

“Utilizo mucho Internet para complementar las cosas que estoy aprendiendo. Cuando iba a la universidad, todos los días buscaba información de contenido adicional para responder preguntas, profundizar en un tema en particular o buscar referencias ”, dice Lorian.

Cree, sin embargo, que el buen uso de las tecnologías digitales para el estudio depende de dos factores clave: la forma en la que el profesor incorpora los objetos digitales en el aula y la autodisciplina del alumno para evitar que las posibilidades infinitas de la red obstaculicen la concentración.

“Internet sigue siendo algo paralelo a la escuela”

El estudio de Juventud y Conexiones mostró que los jóvenes valoran mucho la actuación del maestro y la escuela como lugar y fuente de aprendizaje. Internet y todo el universo digital ocupan un espacio importante y relevante en la vida cotidiana de esta generación, pero sin destacar como la principal referencia de conocimiento para los jóvenes. En este sentido, al ser preguntados por las fuentes que consideran más importantes a la hora de aprender, el 46% cree que son los libros. Un 32% considera también que los espectáculos culturales como las obras de teatro, la danza y las películas son fuentes importantes de aprendizaje, frente al 19% que otorga esa importancia a los videos o canales online, el 15% que piensa lo mismo de las redes sociales o el 11% que considera fuentes importantes de aprendizaje a las herramientas de inteligencia artificial o a la realidad virtual.

Para Lúcia Dellagnelo, directora y presidenta del Centro para la Innovación en la Educación Brasileña (CIEB), estos resultados están relacionados con el hecho de que la tecnología todavía se utiliza poco en la mayoría de las escuelas brasileñas, aunque permite varias prácticas pedagógicas innovadoras, como las híbridas y aprender haciendo.

“El joven considera que Internet es algo paralelo a la escuela, que utiliza para aprender cosas diferentes, en cualquier lugar y en cualquier momento. Lo que la escuela necesita es convertirse en un lugar de aprendizaje más contemporáneo con otra organización de tiempo y espacio”.

Según esta experta, para que las tecnologías digitales puedan incorporarse realmente a la educación tiene que producirse la articulación simultánea de cuatro dimensiones: 1) una visión clara de por qué usar la tecnología expresada en el currículo escolar y en las prácticas pedagógicas adoptadas; 2) la competencia de los educadores para buscar buenos contenidos y objetos de aprendizaje digital; 3) historias digitales de calidad que van mucho más allá de Google y Power Point; y 4) infraestructura con equipos y conectividad adecuados para que todos los estudiantes puedan acceder a internet.

“La educación es un proceso fundamental de intercambio de conocimiento entre los seres humanos. La tecnología facilita el papel del maestro como asesor, que articula información, provoca reflexiones y dirige ejercicios para un aprendizaje más significativo”, concluye Lúcia Dellagnelo.

Para saber más sobre la encuesta Jóvenes y Conexiones, puedes descargarla aquí.

Fundación Telefónica Vivo

 

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