Todos juntos por el derecho a la educación: Organizaciones de la Sociedad Civil y alianzas multisectoriales

Te contamos algunas de las concusiones más relevantes del estudio "Las Organizaciones de la Sociedad Civil y sus aportes a la continuidad educativa en escenario de pandemia", elaborado conjuntamente por la Organización de Estados Americanos (OEA) y ProFuturo.

Todos juntos por el derecho a la educación: Organizaciones de la Sociedad Civil y alianzas multisectoriales

Movilizar el diálogo político en torno a las organizaciones de la sociedad civil, poner en valor el tercer sector y sumar voces a favor del derecho de todas las niñas y niños a una educación de calidad. Estos son algunos de los objetivos del estudio Las Organizaciones de la Sociedad Civil y sus aportes a la continuidad educativa en escenario de pandemia, elaborado conjuntamente por la Organización de Estados Americanos (OEA) y ProFuturo. En este artículo, el Observatorio ProFuturo ha querido poner el acento en una de sus conclusiones más relevantes: la necesidad de articular alianzas entre estas organizaciones y otros actores gubernamentales, multilaterales y privados para afrontar con éxito los grandes desafíos de la educación en América Latina y el Caribe.

En marzo de 2020, alrededor de 114 millones de niñas, niños y jóvenes de América Latina y el Caribe se encontraron, de pronto, encerrados en casa por la pandemia. Los efectos que esto ha supuesto en términos educativos son desastrosos y vinieron a agravar una situación que, a pesar de algunos avances, no era buena ya de inicio. Por ejemplo, antes de la pandemia, un 51% de los estudiantes de 15 años (es decir mas de la mitad) tenía bajo desempeño en lectura, más del doble que en los países de la OCDE (23%). Y, entre los estudiantes de entre 8 y 9 años, el 62% de los más pobres no dominaba los conceptos básicos de matemáticas, en comparación con el 25% de los más ricos. En términos de conectividad, según la OCDE, un 40% de los estudiantes de la región no tiene acceso a un computador en el hogar y mas de la mitad de los niños más pobres no tienen acceso a internet.

Los gobiernos de la región respondieron a la emergencia desarrollando marcos normativos y medidas que garantizaran la educación a distancia: plataformas online, programas de radio y televisión, desarrollo de materiales, acompañamiento a docentes… Sin embargo, la efectividad de estas medidas ha estado limitada por la gran cantidad y variedad de desafíos que impone una emergencia sanitaria, social y educativa de estas proporciones, así como por la situación de crisis previa que enfrentaba la educación en la región más desigual del planeta, ya antes de la pandemia.

Organizaciones de la sociedad civilEste marco de desafíos, prepandémicos y pospandémicos, trasciende, con mucho, la capacidad individual de los diferentes actores que intervienen en la búsqueda de soluciones para mejorar la situación educativa de los más vulnerables. Lo advirtió la Organización de Estados Americanos en su Guía de acción política para enfrentar la pandemia del COVID-19, donde abogaba por un  “diálogo amplio que involucre a todos los sectores y fortalecer y promover mecanismos asertivos de participación y deliberación política y social como respuesta a la crisis”. Por otro lado, la Declaración de Incheon también reconoce la participación de actores no estatales en la consecución del ODS 4, al tiempo que remarca la ineludible obligación de los estados como principales garantes del derecho a la educación (Cardini et al, 2021).

En este sentido, tal y como afirma la UNESCO, las organizaciones de la sociedad civil (OSC) son esenciales para las comunidades educativas a la hora de garantizar el derecho a una educación de calidad a todas las niñas y niños. Para profundizar en este papel, la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Fundación ProFuturo unieron sus fuerzas en la elaboración de un estudio que analiza el papel y la contribución de estas organizaciones a la continuidad educativa en el contexto de la pandemia.

La investigación realiza una caracterización de estas organizaciones y elabora un análisis descriptivo de cuáles han sido sus principales contribuciones durante este periodo. El estudio de sus programas educativos, sus estructuras funcionales y sus procesos de trabajo han arrojado algunas conclusiones muy interesantes sobre su capacidad para articular alianzas y ayudar a la construcción colectiva de respuestas educativas efectivas desde la política pública. Lo vemos a continuación.

Las ventajas de las OSC

¿Cuáles son las ventajas de estas organizaciones que pueden aprovechar entidades como los gobiernos o los organismos multilaterales? Del análisis realizado por el estudio se desprenden las siguientes ventajas comparativas:

  • Construyen desde el territorio: Las OSC aportan al análisis su experiencia sobre el terreno. Su trabajo directo con las comunidades aporta al diagnóstico de la situación una visión eminentemente práctica que es preciso capitalizar. Poseen un contacto cercano con los territorios en los que actúan, lo que les proporciona un conocimiento contextualizado de las necesidades, de los actores clave de cada territorio y de las estrategias de acción más adecuadas para cada contexto.
  • Generan conocimiento contextualizado, fundamental para la elaboración de políticas públicas: Su práctica diaria de años y su conocimiento profundo de cómo funciona cada comunidad y territorio, hace que cuentan con capacidades de sistematización y construcción de conocimiento que son cruciales para el diseño de programas y políticas.
  • Crean herramientas pedagógicas innovadoras: Contribuyen a la creación de plataformas educativas y sus contenidos, a brindar vías de acompañamiento a familias, a crear formas alternativas de apoyo a los estudiantes, a brindarles apoyo socioemocional o a sugerir mecanismos para fortalecer el diálogo entre comunidades o escuelas vulnerables y autoridades educativas nacionales.
  • Promueven procesos de diálogo: Dada su experiencia en el terreno y su vínculo fuerte con otros sectores como el corporativo, la sociedad civil, la academia o los organismos multilaterales, las OSC se posicionan como actores relevantes a la hora de promover el diálogo, sumar perspectivas y construir consensos. Tienen un papel esencial en la agenda educativa local y regional.
  • Potencian el trabajo articulado: Las OSC son organizaciones abiertas, que estructuran y basan sus estrategias en el trabajo colaborativo y se unen con otras organizaciones y sectores para amplificar su experiencia. Por ejemplo, según el estudio, el trabajo articulado está presente en el 96,7% de las organizaciones encuestadas. Además, una de cada dos participa de espacios de articulación con instituciones académicas y organizaciones internacionales y cuatro de cada diez con el sector empresarial y el gobierno.
  • Son flexibles: Las OSC son más flexibles que otros organismos a la hora de adaptar sus procesos internos, sus programas y sus formas de actuar a las necesidades de un contexto cambiante como el actual. Por ejemplo, el 97% de los programas fueron modificados para hacer posible su implementación en pandemia. También adaptaron sus recursos y sus equipos.

Leecciones aprendidas y recomendaciones a futuro

organizaciones de la sociedad civil 2Todas estas características convierten a las OSC en actores fundamentales para aportar a las decisiones de política educativa y por eso es importante incluirlas en el diálogo político de forma sistematizada. En este sentido, ¿qué podemos hacer para optimizar estas ventajas comparativas y potenciar su papel en la conformación de políticas públicas eficaces? El estudio ofrece una serie de recomendaciones que resumimos a continuación:

Sistematizar sus aprendizajes y darles visibilidad: Si queremos que la experiencia de las OSC sobre el terreno y su valor diferencial formen parte de la agenda pública educativa y del diálogo político, es preciso contar con una recopilación de sus experiencias y lecciones aprendidas: procesos, actores involucrados, dificultades encontradas, avances logrados, lecciones aprendidas… Todo esto puede y debe constituirse en una fuente de consulta estratégica para informar las decisiones de política educativa.

Construir espacios de confluencia entre OSC: Este estudio ha permitido identificar la presencia en la región de diversas alianzas que congregan a las OSC educativas. Estas alianzas se han forjado con el objetivo de implementar programas de forma colaborativa y capitalizar sus experiencias individuales para mejorar la calidad educativa de la región. Construir espacios de confluencia donde coincidan las redes y alianzas que agrupan a las OSC de la región permitirá evitar la dispersión de esfuerzos -orientando y potenciando sus logros- y amplificar sus demandas -aportando así a la construcción de una agenda educativa regional común-.

Construir una agenda educativa multisectorial: La pandemia ha puesto en el centro del debate varios problemas educativos de la región. Debemos aprovechar el momento para abordar estos desafíos.  Para ello es preciso elaborar una agenda educativa innovadora, ágil y colaborativa que se nutra de los aprendizajes de las acciones llevadas a cabo por gobiernos, OSC, organismos multilaterales y sector privado durante la crisis sanitaria. Esta agenda debe nutrirse de la evidencia construida y las lecciones aprendidas, a través de los diversos estudios desarrollados durante la pandemia.

Potenciar la articulación con los organismos multilaterales: OSC, organismos multilaterales y sector público pueden beneficiarse mutuamente de estas alianzas. Como indica el estudio, las OSC aportan intervenciones innovadoras y probadas sobre el terreno, además de su flexibilidad para adaptar y rediseñar estrategias; los organismos multilaterales, por su parte, pueden potenciar la difusión del trabajo de las OSC y aportar su expertise técnico en la definición de planes de acción, objetivos y metas.

Alinear prioridades con el sector público: La gran mayoría de las OSC han colaborado con instituciones gubernamentales durante la pandemia. En el estudio, el 78,3% de las organizaciones declaran haber participado en mesas de diálogo y espacios de consulta convocados por organismos educativos de los gobiernos. Mantener estas vías de diálogo y estas alianzas, en el largo plazo, sería muy deseable para seguir dando respuesta a los grandes desafíos educativos de la región, especialmente en aquellos contextos más vulnerables, donde las OSC juegan además un rol esencial que puede ser de mucha ayuda al sector público.

A lo largo de este artículo hemos visto cómo las Organizaciones de la Sociedad Civil juegan un papel esencial para garantizar el derecho a una educación de calidad a todas las niñas y niños en América Latina y el Caribe. Llevan haciéndolo años aunque la pandemia lo ha hecho aún más evidente. La crisis sanitaria ha propiciado formas de trabajar y alianzas que se han revelado beneficiosas para todas las partes. La pandemia no ha terminado y, aunque así fuera, no debemos desaprovechar los aprendizajes que nos ha dejado. Este estudio es un primer gran paso en esa dirección.

Si quieres saber más sobre el papel que han jugado estas organizaciones durante la pandemia y qué hemos aprendido de esta experiencia, descárgate aquí el estudio completo.

Referencias:

Cardini, A., Bergamaschi, A., Weyrauch, V. y Matovich, I. (2021). Las alianzas multisectoriales en educación: una mirada desde América Latina y el Caribe. Banco Interamericano de Desarrollo. Washington D.C.

ProFuturo y OEA. (2021). Las Organizaciones de la Sociedad Civil y sus aportes a la continuidad educativa en escenario de pandemia. OEA y Fundación ProFuturo.

UNESCO. (2021). Educación no formal, desarrollo sostenible y la Agenda de Educación 2030. UNESCO, París.

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