Traducción de la imagen: “Para hacer una selección justa todo el mundo debe hacer el mismo examen: Por favor, trepad al árbol”.
Muchos de vosotros habréis visto esta viñeta antes, y seguro que a todos os habrá parecido una barbaridad pedirle a ciertos de los animales que ahí se encuentran que trepen al árbol. Pero a las chicas de “2 profes en apuros” hay una cosa que les llamó un poco más la atención…
Si esa prueba es claramente injusta, y al tratarse de una prueba se da por hecho que estos animales han recibido previamente varias lecciones… ¿Cómo habrán sido éstas de injustas?
Seguramente en algún momento de vuestra etapa escolar habéis tenido un profesor que os enseñó a hacer algo de determinada manera sin dar más opciones, y si alguien encontraba cualquier otra manera de llegar a lo mismo, la consideraba inválida. Estas profes y gran parte de sus círculos se han encontrado en esta situación.
En sus proyectos, Anna y Carlota nos plantean la siguiente pregunta: ¿qué es lo realmente importante, aprender a hacer cierta operación, o el modo en que la aprendemos?
Ellas creen que, desde hace tiempo, ya es más que evidente y está más que demostrado que no todos llegamos a un mismo conocimiento de la misma manera, es decir, no todos aprendemos una cosa por la misma vía y no por ello una vía es más válida que otra. No hay nada mejor que el día a día en el aula para comprobarlo.
Esta reflexión nos lleva inevitablemente a la Teoría de las Inteligencias Múltiples, que como escribió el propio Howgard Gardner, simplemente intentó “ordenar y clasificar” las diferentes capacidades que se presentan en la inteligencia humana, derrocando el mito que da por hecho que un científico es más inteligente que un músico o que un deportista.
Desde aspecto más práctico, veamos las 3 claves que, desde la experiencia docente de “2 profes en apuros”, podemos llegar a todos y cada uno de vuestros alumnos.
- La importancia de qué y no del cómo. Muchas veces nos enfrascamos en querer llegar a algo por un determinado camino, tanto, que acabamos dándole más importancia al cómo de la que realmente tiene, causando frustración por creer que somos incapaces de enseñar algo, o en el peor de los casos, por creer que son los alumnos los que no son capaces.
- Propuesta Vs. Actividad. Existe un sencillo truco que es cambiar el modo de ver nuestra planificación. Flexibilizar la mirada y estar dispuestos a no considerar un fracaso el hecho de que las cosas no salgan “como esperamos”. Una actividad tiene sus objetivos, contenidos, evaluación, metodología y ésta, según se tome, puede implicar rigidez y hacer que nos perdamos en el “cómo quiero que aprendan” más que en el “qué quiero que aprendan”. Una propuesta en cambio, también tiene objetivos, contenidos y evaluación, pero la forma en que es propuesta da pie a los alumnos a tomar diferentes vías o formas de hacer. Un ejemplo práctico: Hace un par de años, 2 profes en apuros diseñaron un rincón de teatro en inglés, pensando que sería una buena idea para que los alumnos practicaran el idioma a través de los cuentos que se les leía en clase. La actividad habría sido llevarles el teatro, imponer la idea, darle los títeres hechos o decirles cuales debían hacer y marcar los tiempos y/o diálogos de cada actuación, lo que hubiera resultado pesado y quizás hubiera tenido menos sentido para ellos porque habría sido impuesto desde fuera y no nacido de ellos. La propuesta fue, antes de nada, sugerir a los alumnos qué les parecía la idea de hacer un teatro en inglés de los cuentos que saben y si les apetecía, aceptando que podrían decir que no y se hubiera quedado ahí. La idea les entusiasmó, pero entonces tuvieron que pensar con qué y cómo hacer el teatro, recordaron los cuentos que leímos y ellos iban eligiendo lo que querían dibujar. De repente, uno de los niños dijo si podía dibujar otro personaje que no era de uno de los cuentos. Eso no estaba previsto pero fue muy enriquecedor, los niños empezaron a dibujar a sus personajes favoritos y el teatro ¡fue un éxito! La temática del teatro también la eligieron ellos, por votación. Todo esto no hubiera sido posible mediante una actividad porque el grado de implicación de los niños no hubiera sido tan grande.
- Respetar los tiempos Entre adultos, no todos comemos al mismo ritmo, ni escribimos al mismo ritmo, ni, en general, hacemos las cosas al unísono. ¿Por qué muchas veces se les exige a los niños que sí lo hagan? Ser flexible en los tiempos no es fácil en según qué escuelas, donde todo está programado al milímetro. Pero también hay cosas por pequeñas que sean, que podemos hacer para flexibilizar esta rigidez. Cosas sencillas como no pautar los tiempos para ir al baño, o beber agua. Al principio todos querrán ir todo el rato porque será “la novedad” pero pronto se normalizará la situación. Los niños quieren ir al baño para huir del aburrimiento del aula. ¡Hagamos que tengan que ir corriendo porque no quieren perder ni un minuto en ella!
- El aprendizaje entre iguales. Esta última clave es, quizás, la más importante que debemos tener en cuenta.. Los niños tienen un código propio, necesitan las palabras justas, palabras que los adultos nunca usarían. El lenguaje para ellos es una herramienta para comunicarse, nada más, de hecho, solo hay que ver a dos niños que no hablan el mismo idioma para ver que sus habilidades comunicativas están a años luz de las nuestras, con solo un gesto o una mirada pueden haberse dicho lo que dos adultos necesitarían 10 minutos. Las chicas de «2 profes en apuros» han tenido el privilegio de vivir la típica situación en la que ves a un niño que no está entendiendo algo que le explicas una y otra vez y viene un compañero, con una explicación mucho más sencilla que la tuya, incluso algo extraña y el otro contesta: “Aaaaah!” Ese momento es mágico. En este caso, la propuesta práctica fue crear unos muñecos a tamaño real para aprender colores y prendas de ropa. Muy entusiasmados, los niños empezaron a pensar acerca de cómo podían hacerlo y después de debatir con la maestra, haciendo preguntas que sirvieran de “guía”, consensuaron que lo mejor sería hacerlo en papel contínuo y dibujando la silueta de un compañero. Fue todo un reto ponerse de acuerdo qué compañero era el que servía de modelo. Se organizaron el trabajo entre modelos, dibujantes, diseñadores, pintores y escritores, según donde cada uno se sentía más cómodo. Cuando los muñecos y los carteles estaban listos, expusieron el resultado delante de la clase, indicando el “look” de cada uno, y poniendo los cartelitos adecuadamente. Este trabajo implica mucha coordinación, organización y comunicación entre ellos. Para la evaluación, la maestra les llamaba por pequeños grupos y jugaba con ellos, haciéndoles sacar una tarjeta al azar que debían colocar en el lugar correcto. Si algún niño no acertaba, el siguiente paso era preguntarle oralmente con diferentes estrategias, ya que lo que se estaba evaluando era si sabían los colores y las prendas de vestir en inglés, no si sabían leerlas.
Para conseguir más información sobre este proyecto puedes ponerte en contacto con [email protected].
Proyecto Innovador FT
Éstos son los 3 ámbitos más relevantes de nuestro decálogo que destacamos en el proyecto Todos pueden aprender. ¡Muchas gracias por compartirlo!
Referencias para saber más:
- Webs relacionadas con el proyecto: www.2profesenapuros.com
