Mejorar las condiciones para mejorar los resultados

El contexto en el que trabajan los docentes es la causa más probable de fracaso

Mejorar las condiciones para mejorar los resultados

 

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Dr. John P. Comings, Profesor Adjunto Centro Internacional de Educación, Universidad de Massachusetts, EEUU

El contexto en el que trabajan los docentes es la causa más probable de fracaso
Voy a hablar sobre la parte de lectura de la alfabetización. Para que los alumnos adquieran y mejoren sus habilidades de lectura, necesitan una instrucción que cumplan con tres criterios. En primer lugar, se les debe proporcionar instrucción en un idioma que entiendan, que podría ser su lengua materna u otra lengua que hablen con un vocabulario de al menos unas pocas miles de palabras. En segundo lugar, se les debe proporcionar una instrucción que construya las habilidades componentes de la lectura (conocimiento fonémico, decodificación, fluidez, vocabulario y comprensión) y aliente la práctica de la lectura que emplea todas esas habilidades en actividades que usan el texto para realizar tareas, respondiendo preguntas, aprendiendo, disfrutando, practicando una religión, o cualquier otra actividad que mantenga su atención. En tercer lugar, es necesario que se les proporcione tiempo suficiente en la tarea tanto en la instrucción como en la práctica para lograr avances significativos. Esta instrucción debe continuar hasta que los estudiantes estén, al menos, leyendo con suficiente velocidad, precisión y comprensión para usar la lectura para aprender. Para cumplir con estos tres criterios, los sistemas educativos deben capacitar y apoyar a los profesores, proveer materiales de aprendizaje y práctica y monitorear el progreso. Además, el apoyo a la adquisición de la lectura en los hogares de los alumnos y en sus comunidades puede, a su vez, apoyar la instrucción en el aula.

Conocer los criterios para una enseñanza eficaz de la lectura pone a nuestro alcance la meta de la alfabetización universal, al menos la parte de lectura de la alfabetización. Desafortunadamente, muchos países no han podido proporcionar a sus alumnos una instrucción efectiva. Los profesores a menudo son culpados por este fracaso, pero incluso una comprensión básica de la conducta humana sugeriría que el contexto dentro del cual trabajan estos profesores es la causa más probable del fracaso. Cambiar ese contexto podría cerrar la brecha entre lo que sabemos que funciona y lo que sabemos que está sucediendo en las aulas. Hacer unos cuantos cambios específicos podría significar llegar a la meta de alfabetización universal mucho antes.

Una lista de cinco cambios sería:

  1. Cambiar las condiciones de empleo. A menudo, el destino de los profesores es lejos de sus hogares y, a veces, lejos de la oficina que paga sus sueldos. Esto lleva a razones legítimas para estar alejado de la escuela. Necesitan también un sueldo suficiente para poder mantener a sus familias sin tener que buscar otro empleo.
  2. Proveer las aulas con materiales de enseñanza y aprendizaje bien diseñados, incluyendo libros de texto y materiales de lectura suplementarios, escritos para el nivel de los alumnos y que sean interesantes para ellos. Las aulas necesitan un suministro suficiente de materiales bien diseñados y los alumnos necesitan poder llevarlos a casa. Sin estos materiales, ¿cómo van a enseñar los profesores?
  3. Identificar las creencias y actitudes del profesor que son una barrera para una buena instrucción y cambiarlas a aquellas que son de apoyo. Por ejemplo, muchos profesores creen que ayudar a los alumnos a memorizar el texto es suficiente, y otros creen que los alumnos pequeños no pueden aprender a leer en absoluto.
  4. Ayudar a los profesores a desarrollar sus propias habilidades de lectura. Muchos de ellos no tienen habilidades de lectura muy desarrolladas y apenas leen después de salir de la escuela. Para ser eficaces, pueden necesitar construir sus propias habilidades de lectura, por lo menos al nivel que están enseñando.
  5. Capacitar a los profesores en cómo enseñar la lectura y proporcionarles apoyo en clase que les ayude a poner en práctica lo que aprenden. Esta formación debe proporcionarles un mapa conceptual de cómo se adquiere y mejora la lectura, con demostraciones de cómo enseñar y con posibilidades de practicar. La capacitación debe estar vinculada a los materiales, y el apoyo en clase debe estar vinculado a la capacitación.

 

La investigación en ciencias sociales sugiere que el cambio de comportamiento se produce de forma gradual, por lo que la capacitación y el apoyo debería ayudar a que los profesores mejoren a paso razonable. Esta investigación también sugiere que los profesores necesitan experimentar situaciones específicas que construyen su autoeficacia, es decir, su creencia de que pueden hacer estos cambios. Por último, los profesores sólo tendrán éxito si están motivados. El tipo de motivación fuerte y consistente, necesaria para hacer cambios de comportamiento, es intrínseco, no extrínseco.

El aprendizaje tiene lugar dentro de la relación entre un profesor y un alumno. Cuando los profesores creen que pueden tener éxito, sus alumnos tendrán éxito. Los alumnos deben estar motivados para aprender, y esa motivación puede ser diferente para los niños pequeños, jóvenes y adultos. Si los alumnos están motivados para aprender, sus profesores tendrán éxito. La ciencia social sabe mucho acerca de la motivación y la forma de construirla y apoyarla. Algunos de los discursos sobre la enseñanza de la lectura se han centrado en sus mecánicas, que son importantes, pero también debe ser interesante, significativa, útil y, a veces, divertida.

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