El siguiente artículo ha sido escrito originalmente para WISE ed.review. Para leer el artículo original en inglés, haga clic aquí. Sigue la actualidad de WISE en @WISE_es.
Este artículo es parte de una serie sobre el aprendizaje personalizado (parte 1 de 6).
Berlin Fang,
Director de Diseño de Instrucción en la Universidad Cristiana de Abilene
Después del nacimiento de su hija, el fundador de Facebook, Mark Zuckerberg y Priscilla Chan, su esposa, anunciaron que iban a donar el 99% de sus acciones de Facebook a obras de caridad, incluyendo la promoción del aprendizaje personalizado. De todas las «revoluciones» de aprendizaje que existen con atractivos nombres, ¿por qué aprendizaje personalizado? ¿Por qué ahora?
Todas las decisiones son, al fin y al cabo, decisiones personalizadas, basadas en encuentros propios de un individuo. La decisión de Zuckerberg fue motivada probablemente por su éxito con el aprendizaje personalizado. A pesar de haber recibido una educación formal en Harvard, se interesó por el aprendizaje informal, personalizado, que incluye el aprendizaje del chino y que culminó con su capacidad de poder realizar un discurso en chino en la Universidad de Tsinghua, una de las mejores universidades de China. Los estudiantes que han seguido todos los protocolos y procedimientos educativos reglados, progresando desde niveles de cursos principiantes a intermedios y avanzados, pueden no haber logrado tanto. Probablemente, con su historia de éxito, Mark se interesa por la creación de un nuevo entorno para la generación de su hija, enseñándoles a pescar, o mejor aún, creando un estanque diferente para ellos.
El aprendizaje personalizado, como concepto, no se descubrió ayer. Tampoco es puramente occidental. Confucio se hizo famoso en su tiempo por haber propuesto «enseñar el talento». En Estados Unidos, John Dewey ha arrojado una (simbólica) larga sombra sobre la educación; todos sus reformadores han perseguido su reforma para que se mueva más cerca de la vida real de los estudiantes, incorporando sus diferencias individuales.
Sin embargo, la realidad de la educación no ha estado a la altura de estos ideales. En gran parte del mundo la educación todavía sigue un modelo industrial en el que los estudiantes entran en la cadena de montaje de la educación generalmente por razones de edad, pasan colectivamente por un «procesamiento» educativo por pasos, reciben a continuación el control de calidad de las pruebas y certificaciones, antes de acceder finalmente al mercado de trabajo.
Existe un consenso creciente de que este modelo tiene sus problemas. Uno de ellos es su validez interna, usando un término de los investigadores. El plan de estudios estandarizado no está a la altura de lo que los individuos y la sociedad necesitan. El modelo también tiene un problema de fiabilidad. Los niños no aprenden por igual. Agrupándolos simplemente por la edad y obligándolos a aprender al mismo ritmo de su grupo, lleva a algunos al aburriemiento absoluto y asusta al resto. El tiempo de permanencia en el aula ya no es un predictor de éxito. El mismo tiempo de permanecia produce resultados drásticamente diferentes. Las soluciones para estos problemas son esporádicos y anecdóticos, a la espera de ser descubiertos, analizados y aplicados o reutilizados para su uso a una escala mayor.
Las innovaciones pedagógicas también convergen para avanzar en el aprendizaje personalizado. Flipped classroom (aula invertida) es ahora ampliamente aceptada, lo que comporta una mayor flexibilidad entre los alumnos. El aprendizaje basado en proyectos y problemas está en aumento. El aprendizaje basado en competencias está ganando impulso. Todas estas innovaciones ya están causando cambios en la presentación de los contenidos educativos, las vías para el aprendizaje y la evaluación del mismo.
Existe también un aspecto de igualdad social en la idea de aprendizaje personalizado. Las familias acomodadas pueden «adquirir» su camino en la enseñanza personalizada para sus hijos, mientras que la gente corriente tiene que aceptar lo proporcionado por el sistema público. De ahí el imperativo moral para trabajar en el aprendizaje personalizado. En el sistema público, el profesor y otros recursos educativos son escasos, lo que compromete el esfuerzo de personalizar la educación basada en las diferencias personales. Las clases pequeñas acaban siendo segundas mejores opciones. Pero incluso esto último es difícil de lograr. La educación es un subsistema de un ecosistema social mayor.
En China, la disminución de los grupos de alumnos, debido a las políticas de las últimas décadas de un solo hijo, han dado lugar a la decisión de cerrar las escuelas rurales con baja matrícula, mientras que las escuelas restantes absorben a los estudiantes desplazados. Ello deriva en clases aún más grandes, sobre todo en áreas menos desarrolladas, donde los recursos educativos son escasos.
Las innovaciones tecnológicas hacen posible la personalización en masa del aprendizaje. Facebook consigue esto. Lleva la información personalizada a cada usuario en base a búsquedas y mensajes. Después de haber aprendido que soy chino, Facebook me acerca a una oferta comercial de una familia asiática que promociona compras para hacer felices a los padres de avanzada edad. También me estoy convirtiendo en una de esas personas que ven vídeos de gatos, puesto que constantemente publico fotos de mis mascotas para ayudar a Facebook a aprender más sobre mí mismo. Si la información sobre aficiones comerciales o personales puede ser personalizada, sería natural utilizar los datos para personalizar también el aprendizaje.
El aprendizaje personalizado que Zuckerberg aboga es una clamor para la reforma educativa. Y yo me siento inspirado por ella. Este tipo de aprendizaje es posible, pero no sin el esfuerzo conjunto de los educadores, la industria, las ONGs y los administradores de la educación. No debe ser sólo el sueño de un empresario. El aprendizaje es una de estas áreas que nunca funcionará en «entornos cerrados».
