Mejorando las competencias lectoras
¿Te imaginas una biblioteca digital con millones de publicaciones en varios formatos e idiomas a las que puede accederse tanto online como offline? ¿Y si, además, esta misma plataforma utilizara la ciencia de datos para informar al docente de los avances de sus alumnos y para hacer recomendaciones de contenidos a los estudiantes basándose los sus gustos y en su nivel de comprensión lectora?
Odilo fue creado persiguiendo un sueño: que los estudiantes se relacionen con la lectoescritura de la misma manera que lo hacen con el resto de soluciones de su entorno digital. “Queríamos ayudar a crear el hábito lector en los estudiantes”, explica su CEO Rodrigo Rodríguez, “que sean lectores para toda la vida y que quieran leer y aprender de forma proactiva y ayudar en la mejora de la comprensión lectora. Y esto lo hacemos diseñando tecnología que se adapte a los nuevos tiempos: a cómo se comunican los estudiantes, al tipo de contenidos digitales con los que les gusta interactuar, de forma que estén en un ecosistema que se adapte a cómo funcionan ellos y no al revés”.
“En Odilo creemos firmemente que la tecnología debe empoderar el trabajo de los docentes, permitiéndoles eliminar toda aquella tarea superflua y dándoles herramientas, datos y tecnología para permitir que se centren en aquello que nunca podrán hacer las máquinas: ser una guía y un apoyo para los estudiantes y las familias en el proceso de crear grandes lectores y estudiantes con la idea y la ilusión de aprender cosas nuevas”.
El proyecto digital de lectoescritura Odilo pretende abordar la desigualdad educativa y el bajo nivel de lectoescritura, originados por la falta de acceso a contenidos educativos de calidad. ¿Cómo lo hacen? A través de bibliotecas digitales inteligentes y soluciones de aprendizaje que, por un lado, dan acceso a un mejor contenido digital y contribuyen a incrementar el nivel de comprensión lectora de los alumnos, y por otro, facilitan el trabajo del docente, que puede desarrollar y programas planes de lectura personalizados, y permiten a las familias involucrarse en el proceso lector del alumno.
Una solución tecnológica al servicio de la pedagogía
La tecnología de Odilo, que como ya hemos dicho, funciona tanto online como offline y es, por tanto, adecuada para entornos con conexión intermitente a internet o sin conexión, ofrece a sus usuarios una experiencia de aprendizaje con ventajas para estudiantes, profesores y familias. Así:
- Los estudiantes cuentan con contenido digital personalizado, reciben recomendaciones de lectura personalizadas y disponen de clubs de lectura digitales donde pueden compartir y generar conocimiento;
- Los docentes tienen una plataforma para crear y gestionar planes lectores y ejercicios para mejorar del nivel de compresión lectoescritor de sus alumnos.
- Las familias pueden usar la tecnología para monitorear el proceso lectoescritor y disponen de contenidos específicos, con el objetivo de que los padres se conviertan en un referente familiar lector.
Pero ya sabemos que la tecnología es solo una parte de la ecuación que debe servir para apoyar y mejorar la pedagogía. En este sentido, Odilo potencia un estilo pedagógico basado en unos principios que apoyan la labor de los diferentes agentes que intervienen en el proceso educativo. ¿Cómo?
- Al docente: Odilo permite al profesorado mejorar la planificación de su trabajo, proporcionándole tecnología para le gestión y creación de planes lectores, liberándole de tareas repetitivas y de bajo valor, para centrarse en el alumno, respecto al cual asume un rol de guía de su aprendizaje.
- A cada alumno: Odilo permite a los estudiantes asumir el liderazgo de su propio aprendizaje al poder elegir contenido complementario, realizar un seguimiento de su proceso lector y disponer de ejercicios para mejorar su comprensión lectoescritora. Todo ello le permite maximizar su potencial, adquiriendo conocimiento y desarrollando las habilidades del siglo XXI como el pensamiento crítico, la colaboración y la creatividad.
- A las familias: Odilo ofrece a las familias la posibilidad de involucrarse y tener un rol de apoyo y de refuerzo positivo al poder leer contenido específico para ellos, dotarles de herramientas para promover el hábito lector en su familia y de tecnología para hacer seguimiento del progreso del proceso lector del estudiante.
En su metodología didáctica, destaca una propuesta de gamificación para que el alumno aumente progresivamente su nivel de lectoescritura en función de su progreso. Así, la complejidad de los textos varía en función del ritmo de aprendizaje de cada alumno. Este enfoque sirve, además, como refuerzo positivo para impulsar el gusto por la lectura y que el alumno mantenga su motivación y consiga sus retos lectores.
Para apoyar estos postulados metodológicos que acabamos de explicar, Odilo ofrece clubs de lectura virtuales en los que los alumnos comparten ideas y pueden construir conocimiento; ejercicios de escritura creativa y colaborativa que permiten a los alumnos reescribir de manera conjunta diferentes partes del libro que están leyendo, o ejercicios de escritura encadenada donde cada alumno, por turnos, deberá ir completando su parte de la historia. También dispone de un sistema de recomendaciones inteligentes de contenidos, basadas en los gustos del alumno y en su nivel de comprensión lectora, para fomentar el hábito lector y mantener su interés y motivación por la lectura.
La formación docente
La formación docente, sin la que es imposible implementar ningún proyecto de tecnología educativa, es otro de los puntos fuertes de Odilo que contempla sesiones formativas, presenciales y/o virtuales, para que los profesores puedan dominar el uso técnico y didáctico de la plataforma. Así, los docentes aprenden a crear y publicar sus planes lectores digitales, a crear nuevos ejercicios, a analizar las estadísticas de uso de la plataforma y tomar decisiones pedagógicas en consecuencia… La formación se apuntala con encuentros de acompañamiento, que se producen durante la implementación y el desarrollo de la plataforma en la escuela, para resolver posibles dudas, comentar la evolución e identificar mejores prácticas.
Hasta el momento, más de 8.500 organizaciones de 52 países han creado sus propios ecosistemas de aprendizaje ilimitados, a los que tienen acceso más de 100 millones de personas. Una solución de aprendizaje digital más que interesante para mejorar una competencia básica que no pasa por su mejor momento.