Historias

Me llamo Namile Dlamini y creo que es inspirador ser parte del cambio positivo en la comunidad educativa

Namile Dlamini

Namile Dlamini, coach educacional en Eswatini

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“Los niños están llenos de fuego, de deseo y de asombro, y en concreto los profesores pueden encender el fuego en la imaginación de los niños. Es nuestro compromiso con todos y cada uno de nosotros mantener el fuego encendido dentro de esos niños”.

Namile Dlamini es coach educacional de ProFuturo en Eswatini, tiene 25 años y cree que es inspirador ser parte del cambio positivo en los niños de sus centros educativos. Pese a las dificultades de crecer siendo mujer en una comunidad con el mayor índice de criminalidad del país, con fuertes valores patriarcales y altas tasas de abandono escolar, consiguió graduarse en el instituto e ir a la universidad local, siendo la primera de su familia en obtener una educación terciaria. 

“Independientemente del entorno en el que crecí, quería dar ejemplo a otros niños de que sus circunstancias no deben ser sus limitaciones. Todas las vidas importan y todos merecemos las mismas oportunidades, sólo que algunos tenemos que trabajar más que otros”, confirma Namile. Las luchas lidiadas durante su infancia la condujeron a elegir trabajo social como profesión para así aportar un cambio positivo a la sociedad que pasa por alto el valor y los derechos de los niños y las mujeres. “A medida que me hago mayor, me he dado cuenta de que las luchas por las que he pasado me han hecho más fuerte y soy muy resistente a la hora de aportar un cambio positivo a la juventud de Eswatini”.

La educación en Eswatini

En agosto de 1995, Eswatini ratificó la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño. Para cumplir este acuerdo, Eswatini cuenta con un total de 830 escuelas, algunas de las cuales aún están en construcción. “Para ser un país económicamente desfavorecido, Eswatini se esfuerza por conseguir una educación gratuita para todos. La educación primaria gratuita se introdujo por primera vez en enero de 2010, y en el nivel secundario se han normalizado las tasas. En el caso de los niños que se enfrentan a una situación social extrema y no pueden pagar las tasas escolares, el gobierno cubre su matrícula”, cuenta Namile. 

Ser coach educacional de ProFuturo

“Para mí, un coach educativo es tan bueno como un pionero del cambio, y el cambio es inevitable. El mundo avanza hacia la digitalización. Ser coach educativo me hizo sentir la emoción de que nuestro sistema educativo en Eswatini está subiendo de nivel. Lo más inspirador es que tengo la oportunidad de provocar un cambio positivo, que es uno de mis principales objetivos. Siento que estamos teniendo la oportunidad de ponernos al día con el resto del mundo”.

Para Namile, ser coach de cuatro escuelas de diferentes zonas remotas del país, es toda una aventura. Esta coach ha tenido que aprender a adaptarse y a aceptar la diversidad de los centros educativos en los que trabaja. “Un punto débil en una escuela puede ser un punto fuerte en otra, por lo que tengo que ampliar mis conocimientos y mi capacidad de liderazgo”. 

Namile cuenta que, a pesar de que los profesores se comportan de forma diferente, les une el objetivo común de que el proyecto ProFuturo sea un éxito. Aunque al principio muchos de ellos se mostraron reacios al proyecto, una vez tuvieron la oportunidad de ver el equipo y utilizarlo, se produjo un cambio positivo en su comportamiento.

“Lo que más me llama la atención del grupo de profesores con el que trabajo es la forma en que han abrazado el proyecto. Incluso van más allá y se ofrecen como voluntarios para recibir formación adicional en su tiempo libre. Incluso han introducido ideas de aprendizaje innovadoras en su aula, como influencia del proyecto ProFuturo”. 

La tecnología que une

Namile comenzó a formarse en competencias tecnológicas en febrero de 2021 y, desde entonces, es su aliada a la hora de enseñar y ejercer sus labores como coach educacional de otros docentes. “Formar a los profesores es todo un reto, porque cada uno de ellos tiene sus propios puntos de vista, que tengo que respetar. Gracias a las habilidades de liderazgo que he adquirido durante mi formación, es más fácil enfrentarse a diferentes situaciones.

Por otra parte, Namile explica cómo el aprendizaje digital ha permitido ser más flexibles en las aulas dependiendo de los niveles de sus alumnos. “Los profesores pueden crear un contexto educativo que se adapte a las necesidades del niño. Algunos alumnos son visuales, auditivos y cinestésicos, por lo que el aprendizaje digital permite satisfacer las tres necesidades”. 

Namile es consciente de que ser coach educacional a veces puede resultar estresante y tener un sinfín de responsabilidades. Sin embargo, cree en el poder del trabajo conjunto de coaches y profesores para conseguir el éxito de ProFuturo. “Los niños están llenos de fuego, de deseo y de asombro, y en concreto los profesores pueden encender el fuego en la imaginación de los niños. Es nuestro compromiso con todos y cada uno de nosotros mantener el fuego encendido dentro de esos niños. Al traer la educación digital estamos simplemente liberando el futuro. Liberemos el futuro del mañana a través del programa ProFuturo. El mundo que deseamos se puede ganar con nuestro compromiso.”