Malaui es un país situado en el sureste del continente africano. Limitando con sus vecinos Tanzania, Mozambique y Zambia, este rincón africano ha librado una batalla constante contra la pobreza y la dependencia de la agricultura de subsistencia.
A pesar de haber obtenido su independencia de los británicos en 1964 y de contar con una estructura política democrática, Malaui se encuentra entre los países más desfavorecidos del mundo. Sus habitantes enfrentan dificultades diarias para satisfacer sus necesidades básicas, y el 20,1 % de su población vive en la pobreza extrema (Grupo Banco Mundial, 2020), lo cual representa un desafío en el camino hacia el desarrollo.
No obstante, Malaui es mucho más que sus desafíos internos. Este país acoge a más de 50.000 refugiados y solicitantes de asilo, quienes buscan un refugio seguro provenientes de la República Democrática del Congo, Ruanda, Burundi, Etiopía y Somalia.
Para dar cabida a aquellos que huyen de la violencia y el conflicto, Malaui estableció el campo de refugiados de Dzaleka en 1994, bajo los auspicios del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). Sin embargo, el aumento exponencial de la población en estos campos ha generado una presión inmensa sobre las ya limitadas infraestructuras y servicios disponibles. Según datos oficiales de ACNUR, en agosto de 2021 había 51.286 refugiados y solicitantes de asilo en Dzaleka. Este campamento albergaba a 23.107 niños y jóvenes de entre 0 y 25 años, lo que representa aproximadamente el 49% de la población total.
Uno de los problemas más importantes en el campo es el de la educación: la falta de infraestructuras y recursos humanos ha limitado el número de estudiantes que pueden ser matriculados y la masificación de los tres únicos centros escolares de Dzaleka (uno por etapa educativa) constituye uno de los mayores desafíos que dificultan el acceso a una educación de calidad para los jóvenes refugiados en Malaui.
ProFuturo y la educación digital en contextos humanitarios
En 2017, ProFuturo comenzó a adaptar su programa de Educación Digital a contextos de crisis humanitarias con el objetivo de favorecer el acceso a una educación digital de calidad a estas niñas y niños que se encuentran, tanto en campos como en centros de refuerzo y asentamientos informales en entornos urbanos o rurales. El modelo posee un enfoque holístico, basado en los estándares ofrecidos por la Red Interagencial para la Educación en Situaciones de Emergencia (INEE), pero también dedica una especial atención a la formación docente, uno de los pilares de los programas de la Fundación. En este sentido, ProFuturo ofrece formación, acompañamiento y apoyo continuo a los docentes para impulsar la integración de la tecnología en el proceso de enseñanza. Esto es importante porque fortalece la capacidad y la confianza de los maestros para utilizar los recursos digitales dentro del aula y brinda oportunidades de aprendizaje atractivas para los estudiantes. También presta atención a la participación comunitaria y ofrece apoyo psicosocial, además de materiales didácticos.
El proyecto: acceso, calidad y resiliencia
Gestionado por el Servicio Jesuita a Refugiados (JRS) y coparticipado por ProFuturo y la Fundación Entreculturas, este proyecto piloto, iniciado en septiembre de 2019, implementa el modelo de ProFuturo en Contextos Humanitarios al que nos hemos referido en el epígrafe anterior. Así, contempla una intervención holística que garantiza tres pilares fundamentales: el acceso a la educación, la calidad educativa y la resiliencia de los niños y niñas refugiados. Atiende a 4.000 estudiantes en la escuela primaria de Dzaleka y se centra en tres objetivos principales:
En primer lugar, garantizar el acceso de los niños y niñas a un entorno seguro, proporcionando alimentación, material escolar y otras herramientas que faciliten el aprendizaje en el contexto de los campos de refugiados. Esto incluye la implementación de un programa de alimentación escolar, la instalación de paneles solares, la construcción de aulas y letrinas, y la mejora de los puntos de agua y lavado de manos.
En segundo lugar, se busca mejorar la calidad educativa mediante la introducción de la tecnología en los métodos de enseñanza. A través del programa ProFuturo, se proporcionarán equipos tecnológicos, como computadoras, tabletas y proyectores, así como formación para los docentes, con el objetivo de integrar la educación digital en el currículo.
En tercer lugar, se reforzará el apoyo psicosocial a través de la contratación de vigilantes que se ocuparán del bienestar de los estudiantes, la creación de áreas recreativas, la realización de actividades de apoyo psicosocial y visitas a los hogares, y la participación de los padres en las actividades escolares.
La evaluación
Con el objetivo de analizar los resultados del proyecto, así como de extraer lecciones aprendidas de cara a futuras intervenciones, ProFuturo contó con la colaboración del Possible Lab para la realización de una evaluación de impacto.
La evaluación utilizó una variedad de métodos cualitativos y cuantitativos para recopilar y analizar datos con el fin de obtener pruebas sólidas. Para garantizar la verificación y confiabilidad de los resultados, se llevó a cabo un proceso de triangulación que comparaba la información recopilada de diferentes fuentes, como entrevistas, documentos y datos analíticos. También se realizaron revisiones exhaustivas de documentos y literatura relacionados con el proyecto, se llevaron a cabo entrevistas semiestructuradas con informantes clave y se realizaron observaciones directas durante las visitas al campo de refugiados. Además, se utilizaron métodos cuantitativos, como datos del panel de ProFuturo y encuestas a docentes y estudiantes a través de las tabletas ProFuturo. Al final del trabajo de campo, se realizó un taller de validación de los resultados con representantes de las organizaciones involucradas en el proyecto.
Estos enfoques metodológicos proporcionaron una base sólida para el análisis, cuyas concusiones y recomendaciones resumimos a continuación.
Superando barreras con tablets: educación innovadora en contextos humanitarios
A lo largo de la implementación del proyecto, se han identificado varias conclusiones clave que han surgido de la experiencia y evaluación del programa educativo en el campo de refugiados.
Adecuación de la solución tecnológica a la situación, nivel y edad de los niños. Aparte de algunas lecciones, especialmente en matemáticas, el nivel académico identificado en el sistema es adecuado para la edad y el nivel de los grupos destinatarios. Además, ha habido un ejercicio de adecuación de los planes de estudio, realizado principalmente por los docentes del Laboratorio Digital. Sin embargo, el profesorado de primaria no está al tanto de esta adecuación del plan de estudios y confían en el docente del Laboratorio Digital para impartir las clases en función de las lecciones que están impartiendo, donde hay un buen nivel de coordinación.
Mejoras en las competencias digitales de niñas y niños. El programa es muy pertinente y responde a las necesidades de la comunidad a la que va dirigido. Según los resultados de esta evaluación, los niños y niñas están mejorando sus competencias digitales, sin constatarse que exista un impacto visible en su rendimiento académico, probablemente debido al poco tiempo que los estudiantes tienen para interactuar con la tecnología.
Mejoras en la motivación y el compromiso de los estudiantes. La evaluación muestra que los estudiantes están más motivados para acudir al centro que antes de la introducción del aprendizaje digital. Está claro que las tabletas y las lecciones que contienen resultan atractivas para los estudiantes y que estos esperan con impaciencia las sesiones de clase digitales. Existen pruebas de que las clases digitales han contribuido, en cierta medida, a reducir el absentismo y el abandono del alumnado.
Sin cambios en el compromiso de las familias. No existe causalidad entre la intervención de ProFuturo en el centro y el nivel de confianza y compromiso de las familias con la educación de sus hijos e hijas: entienden la importancia de desarrollar competencias digitales, si bien la mayoría de las familias entrevistadas no conocían el programa ni su alcance.
Mejoras limitadas en el bienestar psicosocial de alumnos y profesores. El bienestar del alumnado y del profesorado ha mejorado de forma limitada. Esta mejora está relacionada con el elemento motivacional que supone el uso de las tabletas como recurso educativo, no con el apoyo psicosocial, que no se percibe en el entorno escolar como aportación de este proyecto.
Equipamiento técnico apropiado aunque se necesita mejor infraestructura solar. El equipamiento de la escuela es muy apropiado para el entorno del campamento de Dzaleka. Sin embargo, la infraestructura solar disponible en la actualidad se diseñó para mantener menos aparatos de los que hay en la actualidad. Por tanto, es necesario actualizar la infraestructura solar para acomodar cualquier aumento de la demanda de energía debido al incremento de los aparatos.
Lecciones aprendidas
En función de estos resultados observados, ¿qué aspectos debemos tomar en consideración para mejorar la implementación y el impacto del programa?
Mayor integración del programa en la escuela principal. Es fundamental que el programa digital esté plenamente integrado en la escuela principal en lugar de ser gestionado como una entidad independiente de apoyo. Esto permitirá una mayor coherencia y sinergia entre las diferentes áreas educativas.
Adecuación al plan de estudios. Si bien el contenido de la solución de ProFuturo es valioso, se recomienda realizar una adaptación más completa para que se ajuste al plan de estudios nacional. Además, es esencial sistematizar y comunicar de manera efectiva el ejercicio de adecuación del currículo a todos los docentes.
Mayor exposición a la tecnología para los docentes. Es necesario brindar a los docentes de educación primaria una mayor exposición a la tecnología como herramienta de enseñanza. Esto garantizará una mejor comprensión y aprovechamiento de los recursos digitales, lo que contribuirá al logro de los objetivos del proyecto.
Utilización completa de la plataforma ProFuturo. Se recomienda aprovechar todas las funciones y capacidades que ofrece la plataforma de enseñanza de ProFuturo, no solo como herramienta de aprendizaje, sino también como herramienta principal de enseñanza, evaluación, seguimiento y planificación.
Mejora en la comunicación y coordinación. Es importante establecer protocolos de gestión claros y definidos entre las entidades involucradas en el proyecto para subsanar diferencias y asegurar una comunicación y coordinación efectiva y satisfactoria.
Fomento de la apropiación escolar. Se debe trabajar en el fomento de la apropiación del proyecto ProFuturo por parte de los docentes y directores de la escuela, evitando que lo perciban como un proyecto separado e independiente. Esto implica proporcionar formación, apoyo y exposición adecuada a la tecnología, garantizando así su apropiación y sostenibilidad a largo plazo en los `propios planes de centro.
Trabajar en los contextos educativos más complejos es una de las apuestas más decididas del Programa Profuturo. Contar con socios y colaboradores de amplia trayectoria en contextos de esta índole, en particular los de refugio, es un privilegio para profundizar en experiencias de mejora y transformación educativa. Poder contrastar lo que funciona de la educación con lo digital y bajo qué circunstancias (visión holista educativa, con la multiplicidad de factores que intervienen) es también una de las misiones que dicho Programa asume como gran reto. Por ello, resultan imprescindibles trabajos de evaluación de impacto como el realizado en este proyecto, ya no únicamente para extraer conclusiones robustas de diseño instruccional, procedimiento o intervención operativa sino, y sobre todo, para modelizar y sistematizar los aprendizajes habidos en la intervención, conjuntamente con los actores principales de la misma: educadores, alumnos y familias.