Docente en Acajutla, El Salvador.
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«Tengo en mí un compromiso grande con los niños, en especial al ser tan pequeños y necesitar tener conocimientos básicos de matemáticas y números»
Karla María Muñoz es docente del Centro Escolar Caserío San Cristóbal, Cantón Miravalles, ubicado en la zona rural de Acajutla, departamento de Sonsonate, El Salvador. Desde el año 2000 ejerce su profesión como docente a pesar de tener unos inicios muy diferentes.
Karla comenzó sus estudios universitarios en arquitectura y le fascinaban todas las materias relacionadas con los números. Aunque no pudo finalizarla, siempre le quedó el deseo de seguir aprendiendo matemáticas. En el año 2000 se graduó como docente y comenzó a dar clases en un colegio privado a niños de primer grado. Años después tuvo la oportunidad de optar por una especialidad, la que tanto ella deseaba: matemáticas.
“El Ministerio de Educación me brindó la oportunidad de estudiar una segunda especialidad en la carrera docente y fue así que me formé en matemáticas. Años antes, cuando dejé la arquitectura, me quedó el gusto por las matemáticas y la vida me llevó a otros rumbos: la docencia. Especializarme no me costó mucho, porque de verdad disfruto las matemáticas”
Adaptando las matemáticas a la educación digital
Desde hace tres años, Karla también cuenta con el acompañamiento de ProFuturo para apoyarla en su labor docente. El centro escolar cuenta con tablets para impartir clases a los niños y ella ha sido formada para implementar en sus clases estas herramientas.
“Nos invitaron al proyecto y todos mis compañeros profesores y yo nos organizamos para participar en las formaciones para el uso de la maleta en clases. Yo me sentía nerviosa y con miedo la primera clase que tuve de esta manera, ¡pero ni a mí ni a los niños nos costó! Todos nos familiarizamos con estas herramientas”
Desde la llegada del ProFuturo al centro escolar, Karla ha estado muy dispuesta a querer formarse. A pesar de las múltiples responsabilidades previas que tiene como docente, siempre mostró interés en aprender, en ser un apoyo para sus compañeros y no rendirse. Además, tuvo la oportunidad de ser parte de varias formaciones y talleres. Su proactividad la ha llevado incluso a participar en los encuentros nacionales de docentes de ProFuturo, y también tuvo la oportunidad de asistir a un encuentro binacional.
“Fui a varias capacitaciones donde conocí la instalación, los elementos y las herramientas de la maleta y hacíamos prácticas. También me uní a las formaciones en línea de herramientas como Classroom y Meet. Sentí que aprendí muchísimo y que todo fue muy práctico”.
Enseñar durante la COVID-19
Actualmente, Karla imparte clases a niños de segundo grado, con los cuales ha sido un reto trabajar debido a las suspensiones de clases por la pandemia. Sin embargo, se comprometió aún más con la educación de aquellos que no pueden acceder fácilmente a las clases a distancia.
“Tuve varios casos de niños que no podían recibir sus clases. El año pasado yo estaba a cargo de primer grado y tomé la decisión personal de ir casa por casa a entregar guías impresas para dejarlas a los padres de familia sin ningún coste, además de las visitas domiciliares a los niños que no podían recibir materiales y clases en línea porque no contaban con dispositivos móviles o acceso a internet en sus hogares. Mi familia a veces me decía, para qué vas, te contagiarás, pero tengo en mí un compromiso grande con los niños, en especial al ser tan pequeños y necesitar tener conocimientos básicos de matemáticas y números”.
Superando retos
Enseñar matemáticas de forma virtual ha sido un reto grande para Karla, pero su experiencia previa con formaciones en TICs gracias a ProFuturo, sumado a su compromiso por la educación de los niños y su facilidad para el uso de herramientas tecnológicas han sido claves para facilitar su trabajo y el aprendizaje de los niños. Durante la suspensión de clases por la pandemia, por la misma dificultad de los padres de familia que no contaban con recursos, no pudo brindar clases a través de plataformas como Zoom, sin embargo enviaba sus clases a través de WhatsApp y hacía visitas domiciliares a los niños que no tenían acceso a recibir sus materiales por falta de dispositivos.
“Con la ayuda de ProFuturo hicimos varios ensayos para conectarnos con los niños pero algunos no podían ver las imágenes por el tipo de dispositivo que tenían en casa o no se podían conectar. La solución fue comenzar a grabarme dando clases de matemáticas con la ayuda de mi hijo. Después edito los videos y los envío a los niños por WhatsApp a los teléfonos de sus padres.”
Aún ante las adversidades, el entusiasmo que caracteriza a Karla se mantiene. Es una docente que busca soluciones a los problemas y se pone al servicio de sus compañeros cuando tienen dudas o le piden ayuda para utilizar recursos o crear clases en línea. Es autodidacta y el equipo de ProFuturo ha visto como nunca se ha rendido, sino que va más allá por sí sola. “Lo que más me gusta de ProFuturo es que han acercado la tecnología a los docentes y alumnos de escasos recursos en las comunidades”