Historias

Me llamo Manuel y creo que la educación reduce las desigualdades

Manuel Domingos Pedro Duas Horas

Coordinador regional en Angola.

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Manuel intenta, desde su desempeño profesional en ProFuturo, reducir el impacto de la pobreza y de las difíciles condiciones de vida de los niños y niñas a través de un solo camino: mejorar su educación incorporando herramientas digitales en el aula.

Manuel Domingos Pedro Duas Horas es coordinador regional de ProFuturo en Angola y dirige el trabajo de los coordinadores locales de cuatro provincias del país: Luanda, Caxito, Viana y Cabinda. Antes de la llegada de la Covid-19, su trabajo se limitaba a la zona de Luanda. Sin embargo, su experiencia hizo que su labor se extendiera a las otras tres zonas del país. En este relato te contamos los orígenes de Manuel como coordinador en Luanda.

La vida en Angola

Manuel estudió Matemáticas en la universidad y se casó con la que había sido su novia de siempre, Maria de Fátima Lourenço Monteiro Duas Horas, una amiga de su mismo pueblo con quien en la actualidad reside en Viana, una zona limítrofe a noventa minutos en coche de Luanda que está viviendo un despertar gracias a la industrialización y a su proximidad con la capital. Manuel y Maria de Fátima tienen cuatro hijos: dos niños y dos niñas. Queila Ana, la más pequeña de la casa, es muy despierta y a veces se entretiene jugando con su padre mientras este prepara las visitas a los colegios. 

El portugués es la lengua oficial de Angola, aunque también se hablan diversas lenguas locales, como el kimbundu. Luanda es una ciudad con algo más de siete millones de habitantes —muchos de ellos desplazados desde las zonas rurales de Angola por la Guerra Civil, que finalizó en 2002 tras 27 años de conflicto—.

Antes de convertirse en coordinador de coaches locales de ProFuturo, Manuel se encargaba de visitar escuelas en la zona. Para ello, atraviesa a diario los suburbios de Luanda, perdiéndose entre los puestos de los coloridos mercados callejeros de fruta y de pescado, y sorteando los baches, los barrizales, la basura y la violencia que flota latente en un lugar de tremenda pobreza, donde, además, las mujeres y niñas en muchas ocasiones son marginadas por su sexo. 

La vida en Luanda y sus alrededores es realmente difícil para las personas más desfavorecidas. Además, las desigualdades sociales y económicas son muy notorias. Un ochenta por ciento de la población sobrevive con menos de dos dólares al día y solo un nueve por ciento de la población tiene agua corriente. 

Tres cuartas partes de los habitantes de Luanda viven en asentamientos no oficiales, en chabolas o en pequeñas casas construidas por ellos mismos que son demolidas sin previo aviso una y otra vez para construir, en su lugar, nuevos edificios de viviendas para las clases altas del país. En los suburbios la vida sucede a pesar de las duras condiciones, de la falta de suministros y de la violencia.

Acercando la educación digital

Manuel se reúne de forma periódica con los profesores y directores de las cinco escuelas de las que es responsable para impartir la formación presencial que estos reciben de forma regular durante todo el programa; para resolver las dudas que puedan tener respecto al uso de la plataforma pedagógica digital diseñada por ProFuturo; para asistirlos en el diseño de nuevo material curricular que los profesores y profesoras pueden poner a disposición del resto de los docentes usuarios de la plataforma y para confirmar que todo funciona bajo los estándares de calidad pautados por ProFuturo. 

Esta formación está orientada a identificar las mejores competencias de cada docente y a hacer una labor constante de seguimiento en las escuelas. La cercanía que los coordinadores de zona de ProFuturo tienen con los centros y con los profesores y directores permite hacer un trabajo de campo que proporciona una información muy valiosa en el proceso de mejora constante que tiene ProFuturo.

La clase de las tabletas

Las familias suelen manifestar especial curiosidad por las clases de ProFuturo, y Manuel y los profesores dedican tiempo a explicarles cómo se emplean los recursos tecnológicos dentro del aula para favorecer y mejorar el aprendizaje de los niños. En un entorno social donde la tecnología está lejos de estar implantada en su máxima capacidad, una de las metas de Manuel es que las familias adopten una actitud positiva hacia la tecnología.

Por su parte, a los niños y niñas les encanta utilizar la clase de las tabletas, como ocurre con Emilia, una alumna de nuestro programa educativo. Manuel a veces acude a la clase y les explica cómo manejar las tabletas para aprovecharlas al máximo; así también comprueba de primera mano la eficacia del programa. Emilia, curiosa y sedienta de aprendizaje, no tiene reparos en lanzar mil y una preguntas a Manuel cada vez que acude a su centro. Por su parte, Manuel, lo tiene claro: la educación es clave para reducir la brecha educativa y digital en su país.