Historias

Me llamo Nicole y quiero ser azafata

Nicole

ProFuturo es un programa de educación digital puesto en marcha por Fundación Telefónica y Fundación “la Caixa” para reducir la brecha educativa en el mundo a través de una educación digital de calidad a niños y niñas en entornos vulnerables. Nos apoyamos en la tecnología y en metodologías innovadoras de enseñanza para que docentes y alumnos desarrollen competencias para hacer frente a los retos del s. XXI. Desde su nacimiento en 2016, hemos llegado a 40 países de Latinoamérica, El Caribe, África y Asia, mejorado las oportunidades de  casi 20 millones de niños y niñas y formado a más de 915 mil docentes.

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«Nicole es una alumna brillante —le encanta leer y su asignatura favorita en el colegio es el inglés— y está a punto de descubrir cuál es su mayor sueño: volar, convertirse en auxiliar de vuelo algún día.»

8,2 mill.

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de niños y niñas se beneficiaron del trabajo e Profuturo en Asia entre 2016 y 2018.
Foto: Jesús González

Nicole y su madre comienzan el día comprobando el tiempo que va a hacer para prepararse para la lluvia, si es necesario. La época de lluvias en la región de Manila, que transcurre desde finales de junio.

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Foto: Jesús González
La profesora del colegio de nicole piensa que Profuturo ayudará a Nicole a tener las mismas oportunidades que los niños y niñas que han nacido en entornos menos vulnerables.
Foto: Jesús González

Jeian Mae, profesora de Nicole, recibe la formación que forma parte de los itinerarios de desarrollo profesional para docentes que ProFuturo dentro de su modelo integral de educación digital.

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Los sueños de Nicole y de su profesora Jeian Mae se cruzan en el aire. A pesar de las dificultades de su entorno, sus sueños están protagonizados por un futuro lleno de oportunidades para las dos, de aviones y de viajes en los que podrán recorrer el mundo y conocer culturas, sabores, paisajes y horizontes nuevos.

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Desde el aire, el paisaje de Malabón se divide entre modernos rascacielos y construcciones tradicionales de poca altura con coloridos tejados. En los suburbios de esta ciudad, que fue considerada por muchos como la Venecia filipina, el agua de las inundaciones se mezcla con aguas residuales fruto de una red de alcantarillado con poco mantenimiento, que incluso llega a causar problemas sanitarios en la población, en especial entre los más pequeños.

Después de desayunar y asearse, Nicole recoge los platos, se pone el uniforme de falda verde y camisa blanca, y camina hasta la escuela con su madre y su hermano, esquivando por el camino motos, bicicletas, coches y tuk tuks.

«Me encanta ir al colegio», dice Nicole. «En la escuela me siento a gusto porque tengo unas profesoras muy buenas. Me gusta ir a clase porque aprendo muchas cosas». El colegio de Nicole, Acacia Elemmentary School, es un pequeño centro público con superpoblación de alumnos: en total hay unos dos mil doscientos alumnos, que se dividen en dos turnos. A pesar de la falta de espacio y de no contar con las mejores instalaciones, es un colegio colorido, luminoso y con algunos árboles, en el que los niños y niñas pueden aprender en todo momento con lecciones pintadas.

Con la ayuda de ProFuturo, el profesorado del Acacia se encarga de despertar la curiosidad de los niños y niñas y de dotarlos de las competencias necesarias en el siglo XXI, como las competencias digitales, la capacidad de trabajo en equipo, la creatividad, la resolución de problemas, etc. Los docentes conocen el gran poder de atracción que tienen los dispositivos tecnológicos en los niños, que se sienten exultantes cuando tienen clase en el laboratorio informático, y lo aprovechan para sacar el máximo rendimiento a sus alumnos.

El equipo docente cuenta con los contenidos pedagógicos de ProFuturo, que tienen como objetivo desarrollar las competencias curriculares del alumnado, sobre todo en las áreas relaciona- das con la lingüística y STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas).

Después de volver del colegio, Nicole se irá a dormir, esperando con muchas ganas que amanezca un nuevo día de sol lleno de aventuras y aprendizaje, de juegos y de deporte en Acacia Elementary School.

El impacto de la covid-19 en la historia de Nicole

Como no podía ser de otro modo, la pandemia también ha tenido un importante papel en la historia de Nicole. Filipinas, que ha impuesto algunos de los cierres más prolongados del mundo, ha sido uno de los últimos países en reabrir las escuelas. UNICEF estima que 27 millones de estudiantes han perdido más de un año de aprendizaje presencial.        

Afortunadamente, los centros educativos empiezan a retomar la actividad presencial y alumnos como Nicole están volviendo paulatinamente a la rutina. Una rutina de enseñanza y aprendizaje imprescindible para su desarrollo y un futuro sin fronteras.      

La de Nicole no es la única historia que cuenta en primera persona el poder transformador de la educación digital. Puedes descubrir las de Emilia (Angola)Cristiano (Brasil) y muchas más en la web de ProFuturo