Superado (al menos en este Observatorio) el falso debate de la tecnología en las aulas, toca hablar ahora de lo más difícil. Decíamos entonces:
La tecnología educativa no es una panacea ni una amenaza para la enseñanza tradicional; es una herramienta poderosa cuando se utiliza de manera reflexiva y estratégica. Su potencial radica en su capacidad para adaptarse a las necesidades cambiantes de la educación y para proporcionar un acceso más equitativo a oportunidades educativas. Desmitificar la tecnología educativa implica comprender que su efectividad no proviene de su mera presencia, sino de cómo se integra y potencia la experiencia de aprendizaje, siempre en armonía con los principios fundamentales de la enseñanza efectiva y la conexión humana.
Eso significa que un sistema educativo efectivo debería ayudar a los estudiantes a lidiar con el rápido desarrollo de las tecnologías y el acceso continuo a ingentes cantidades de nuevo conocimiento e información, mientras fomenta habilidades de pensamiento crítico, creatividad y colaboración. Para asegurar que esto pueda suceder, los gobiernos y las escuelas requieren una estrategia digital que ofrezca orientación sobre cómo implementar sistemas digitales, tecnologías, diseño de aprendizaje y pedagogía, al tiempo que proporciona una base para la evaluación comparativa del rendimiento contra criterios basados en evidencia.
¿Y eso cómo se hace? Para saberlo, hemos decidido fijarnos en los más listos de la clase. ¿Cómo integran las tecnologías digitales para la enseñanza y el aprendizaje los sistemas de educación pública de alto rendimiento?
El estudio Digital Education Strategies Around the World: Practices and Policies ha analizado el uso e implementación de tecnologías en 10 sistemas educativos alrededor del mundo que han destacado por sus buenos resultados analizando cómo han integrado la tecnología digital para la enseñanza y el aprendizaje en la educación primaria y secundaria. El Observatorio ha querido echar un vistazo a sus conclusiones y aprendizajes para extraer lecciones aprendidas que puedan servir de guía a aquellos que se encuentran más rezagados en la integración de la tecnología en sus sistemas educativos.
¿Cuáles han sido sus principales conclusiones? Lo vemos.
Integración de competencias digitales en la formación docente
Para mejorar y enriquecer la enseñanza y el aprendizaje, los gobiernos se han centrado en las competencias de los docentes en el uso de tecnologías digitales. El hallazgo generalizado entre países es que la integración de tecnologías digitales en la educación debe alinearse con enfoques a nivel de sistema para desarrollar docentes y líderes educativos altamente competentes. Los sistemas educativos modernos reconocen la importancia del desarrollo profesional continuo y comprenden que, a medida que la tecnología avanza, los docentes requieren estrategias flexibles de TIC que apoyen su desarrollo y capacidad para integrar y actualizar las tecnologías utilizadas en sus aulas.
Un segundo aspecto que se desprende de lo anterior es la necesidad de los docentes de aprender cómo usar las TIC en su aula. A los docentes les falta confianza a la hora de usar sus competencias digitales en el aula. Lo dicen las encuestas TALIS de 2018 (por ejemplo, en Finlandia, solo el 21% de los docentes se siente preparado).
Portugal, Irlanda, Alemania, Escocia y Finlandia han implementado programas destacables para mejorar las habilidades digitales de los docentes y la integración de las TIC en el aula. Portugal ha centrado sus esfuerzos en el desarrollo profesional y la creación de comunidades de práctica para el aprendizaje entre pares. Irlanda ha adaptado el Marco de Competencia TIC de la UNESCO para sus docentes, integrando las TIC en la formación docente, lo cual ha aumentado la confianza y disposición de los docentes hacia las tecnologías digitales. Alemania puso en marcha una estrategia que situó la alfabetización digital docente en el centro de sus actuaciones y la región de Escocia se apoyó en una plataforma digital «Glow» para promover el aprendizaje colaborativo y la compartición de recursos. Por su parte, Finlandia lanzó un programa de dos años para desarrollar competencias docentes en alfabetización digital proporcionando maestros mentores para apoyar el uso de herramientas digitales, que obtuvo resultados muy positivos según una revisión de 2019.
Promoción de la igualdad de acceso a la tecnología
La equidad en el acceso a las tecnologías digitales es esencial para evitar ampliar la brecha educativa. Estas brechas digitales suelen ser de dos tipos:
La diferencia de acceso entre quienes pueden beneficiarse de internet y la infraestructura TIC y quienes no. El estudio identifica cómo han abordado esta brecha algunos países y regiones, como Portugal y Escocia. El primero impulsó un plan tecnológico para la educación, entre 2000 y 2008, que con una inversión público-privada de casi 3.000 millones de euros, permitió que las escuelas obtuvieran acceso a internet y equiparan las aulas con computadoras y pizarras interactivas. En Escocia, la Estrategia de Aprendizaje y Enseñanza Digital lanzada en 2016 buscaba mejorar el acceso a las TIC para estudiantes, con iniciativas como el programa Connected Learning en Glasgow, que distribuyó 55.000 iPads a niños de primaria y secundaria. Sin embargo, estos planteamientos dotacionales generan opiniones encontradas y la evidencia sobre sus resultados suele ser mixta, ya que, como sabemos, la integración efectiva de la tecnología en educación necesita una planificación cuidadosa que incluya la capacitación adecuada para los docentes, la adaptación del currículo y un enfoque claro en cómo la tecnología puede mejorar el aprendizaje y la enseñanza.
La segunda brecha hace referencia a la diferencia entre quienes tienen las competencias y habilidades para beneficiarse del uso de computadoras de aquellos que no. Para abordar esta brecha, las preocupaciones centrales son las habilidades digitales y el uso de la tecnología por parte de los estudiantes. En este sentido, los países buscan cerrar esta brecha a través de estrategias como InCoDe.2030 en Portugal o la iniciativa Opening Up Slovenia, que reconocen la importancia de que los estudiantes desarrollen no solo habilidades digitales sino también habilidades socioemocionales y actitudes positivas hacia el aprendizaje.
Uso de datos para la toma de decisiones basadas en evidencia
Otra importante lección que se deriva de la experiencia de esto países avanzados es el uso que estos hacen de los datos para informar la toma de decisiones y mejorar las prácticas educativas. El acceso a datos de alta calidad y relevantes sobre los estudiantes (asistencia, calificaciones, salud emocional…) y las escuelas (ambiente de aprendizaje, recursos disponibles…), cada vez más facilitada por el avance de la tecnología, permite a los responsables educativos tomar mejores decisiones.
Un aspecto especialmente destacable de los casos analizados en el estudio, es la puesta en común de datos y evidencias con comunidades amplias y partes interesadas. Por ejemplo, en Australia, Irlanda y Nueva Zelanda, se alienta a las escuelas a capturar y compartir prácticas de enseñanza innovadoras para desarrollar una base de investigación sólida de modo que todo el sistema educativo esté mejor informado en la integración de TIC. Es el caso de The Voice of Schools en Australia, una plataforma que no solo da voz a los educadores en la toma de decisiones sobre estrategias de aprendizaje digital sino que además ha desarrollado un centro de estadísticas y evaluación de la educación, que realiza análisis en profundidad de programas educativos y resultados para informar la toma de decisiones basada en evidencias del gobierno.
Otro enfoque que está ganando impulso en la recopilación y uso de los datos es el uso de plataformas de aprendizaje personalizado, que actualmente se utilizan en varios sistemas educativos, como los de Estonia, Escocia y Finlandia, donde las plataformas de aprendizaje en línea y los caminos de aprendizaje individualizados están siendo adoptados a nivel nacional para apoyar las elecciones individuales de los estudiantes.
Incorporación de la Inteligencia Artificial en la educación
La integración de la IA en la educación ofrece oportunidades para personalizar el aprendizaje y hacer la educación más inclusiva. Aunque su implementación aún está en fases experimentales en muchos sistemas, los casos de uso exitosos de IA para apoyar las necesidades educativas especiales, la evaluación formativa y la adaptación de materiales de aprendizaje señalan el potencial transformador de estas tecnologías en el futuro de la educación.
Por ejemplo, en Nueva Gales del Sur se está usando para mejorar los procesos de administración estudiantil y gestión escolar, y en Singapur también han comenzado a explorar cómo la introducción de la IA en los currículos escolares puede ayudar a desarrollar competencias digitales y de IA, preparando mejor a los estudiantes que ingresan a sectores laborales ya preparados para la adopción de esta tecnología (ciberseguridad, logística, manufactura y finanzas).
Así, aunque el tema es increíblemente complejo y ha generado y seguirá generando millones de páginas con evidencia y opiniones en todos los sentidos, de la lectura de este artículo podemos deducir que una integración exitosa de la tecnología en los sistemas educativos, requiere un enfoque holístico que trascienda la simple provisión de herramientas digitales. Requiere además de compromiso, colaboración y una visión compartida entre todas las partes implicadas (gobiernos, instituciones educativas, docentes, estudiantes y familias). Porque solo a través de un esfuerzo concertado y estratégico podrán los países integrar eficazmente la tecnología en sus sistemas educativos.